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La inteligencia artificial y los flujos inmigratorios

Las aplicaciones que utilizan la tecnología más moderna para enfrentar el fenómeno de los migrantes y, en particular, para quienes buscan radicarse en Miami.

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Global. Tanto las Naciones Unidas como el gobierno de Estados Unidos utilizan apps para tratar de regular el flujo de migración. | cedoc

Hay dos terrenos que hasta hace muy poco no tenían prácticamente nada en común y ahora se integran como fruto del tremendo avance tecnológico que se corrobora, especialmente, en el desarrollo de grandes modelos de procesamiento de lenguaje natural –en inglés LLM, Large Language Models–. Hablamos del asesoramiento legal migratorio y la inteligencia artificial (IA).

La cuestión es que con el volumen de inmigrantes creciendo sin parar desde toda América Latina hacia Estados Unidos (y, principalmente, Miami) el talento tecnológico de los innovadores de esta parte del mundo revoluciona el conocimiento experto en materia de derecho e inmigración, simplificando la complejidad del servicio de asesoría jurídica de una forma nunca antes vista.

Apps para migrantes. No es casualidad que una de las primeras aplicaciones para migrantes fue desarrollada por la propia ONU. En 2017 lanzaron MigApp, pensada para ciudadanos de 27 nacionalidades que recorren América Central.

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La aplicación ofrece datos sobre centros de salud en Mesoamérica y Estados Unidos, informa sobre requisitos para ingresar a diferentes países según de dónde provenga el inmigrante y provee un feed de noticias relevantes para quienes se encuentran en procesos migratorios.

Por su parte, en 2023 Estados Unidos lanzó CBP One, pensada para proveer citas con autoridades fronterizas a quienes deseaban ingresar al país desde México. Hoy día la app está vigente, pero ha generado múltiples controversias respecto de privacidad de datos y discriminación.

Finalmente, existe un puñado de aplicaciones que proveen servicios de envío de remesas y formas de financiamiento para los no bancarizados, e incluso algunas hacen seguimiento electrónico de trámites migratorios que ya han sido presentados ante el Estado norteamericano.

Pero ninguna integra el asesoramiento legal específico del rubro contemplando la situación del inmigrante antes de comenzar el proceso. Esto último es lo que consiguió Eduardo Pérez Guerrero trabajando con Waryl, empresa de desarrollo de software comandada por el ingeniero Oscar Oliva Valverde.

Inmigrar a Miami. “La interfaz de la aplicación emula la consultoría de un abogado especializado en inmigración”, comenta Pérez Guerrero. Al testear su usabilidad, queda claro que el bot es capaz de abordar consultas sobre tipos de visado, creación de empresas y cuestiones inmobiliarias. “Cuando la IA encuentra preguntas que excedan su configuración, puede conectar a los usuarios directamente con un abogado real del equipo”, explica el titular del estudio jurídico. A cada profesional que interviene se le envía un resumen de la conversación para garantizar una transición sin interrupciones y proporcionar asistencia continua.

La clave de la app, no obstante, reside en su extraordinaria capacidad de respuesta. No solo es rápida, sino que da respuestas completas y en español. La forma en que Valverde y su equipo programaron este software aprovecha lo mejor de la IA generativa actual: la versión 3 de Llama, la apuesta de Meta para competir con ChatGPT y Copilot (Microsoft).

Según el ingeniero, “Llama 3 ha demostrado ser igual de eficaz que ChatGPT 4 y superior a la versión 3.5 que se usa hoy día en ChatGPT, especialmente en términos de capacidad de respuesta y menores requerimientos de recursos”. A esto Oliva agrega que la confidencialidad de los datos (aspecto delicado de esta clase de servicios) no está comprometida porque se utilizan servidores propios para desplegar el programa.

Para ser claros y no tan técnicos: hoy día ninguna aplicación móvil para grandes cantidades de usuarios puede correr en servidores privados –de la empresa que la desarrolla o del cliente– porque la capacidad de cómputo necesaria es tan grande que haría que el software “se cuelgue”. 

Por eso, Inmigrar a Miami corre en la nube, pero aloja los datos sensibles en servidores propios. “Usamos dos servidores en la nube, para tener mayor elasticidad y resiliencia ante desperfectos de sistema –aporta Oliva–, pero no gestionamos información de usuarios en esa infraestructura. Esto contrasta con el uso de tecnologías como GPT-3 o GPT-4 de OpenAI, que obligan a procesar consultas directamente en sus servidores”.

Ya no cabe duda de que todo servicio cuyo núcleo sea el procesamiento de información textual tiende a ser brindado casi exclusivamente por entidades no humanas. La clave es el dataset con que los algoritmos son entrenados, y la confiabilidad que cada herramienta digital ofrece.

En otras palabras, no importa (o no debería importarnos) si hablamos con un humano o una IA experta, lo importante es que la información que brindan y la estrategia a seguir sean las adecuadas. En este caso, el prestigio de Pérez Guerrero es el respaldo de la app que lleva su sello.

La IA generativa se perfecciona y ahora demuestra ser capaz de ayudar incluso en situaciones humanamente delicadas, como los procesos migratorios. Mientras la responsabilidad por sus acciones recaiga en profesionales humanos, es posible afirmar que estamos en buenas (y digitales) manos.

*Desde Miami.