Las condiciones económicas y sociales en que se encuentra gran parte de la población argentina no le dan al nuevo gobierno el plus de la luna de miel que en general, experimentan los gobernantes en los primeros meses. Alberto Fernández tendrá que revertir de a poco esa inercia de insatisfacción y malhumor que reinó el último año en la sociedad. Inyectar optimismo ayuda, pero debe ser acompañado por decisiones concretas. Así muestran los últimos resultados de la Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública de la Universidad de San Andrés (@ESPOPok) realizada durante los días 17-27 de enero de 2020.
A un mes de haber asumido, el Gobierno se encuentra con un 50% de aprobación y un 38% de desaprobación. Parecieran congelarse las preferencias electorales del 27 de octubre.
Comparado con el crédito y las expectativas que despertó el inicio de la gestión de Mauricio Macri (72% de aprobación), Fernández no goza de ese bonus extra de la luna de miel masiva. Llega al Gobierno con una opinión pública desgastada en los últimos años de la gestión pasada. Ya no da crédito, ni tiene ilusiones. Pero hay un clima favorable si se compara con el 68% de desaprobación que Macri tenía en los últimos meses de su mandato.
Segmentación. La aprobación del nuevo gobierno tiene su fuerte en los sectores de nivel socioeconómico más bajo (56%) y cae por debajo de la media en los más altos (33%), donde la desaprobación llega al 59%. Los sectores medios se parten en mitades en cuanto a aprobación y desaprobación.
En términos sociales, hay una inversión de los apoyos comparado con el gobierno anterior, que cosechaba en los sectores más altos mayores niveles de aprobación.
En las franjas etarias también se encuentran diferencias significativas. Los menores de 54 años aprueban la gestión por encima del 50%, con muy bajos niveles de desaprobación entre los millennials (23-38 años). Por el contrario, entre los llamados baby boomers (55-73 años) un 40% aprueba la gestión mientras que un 53% la desaprueba. También contrasta con el anterior gobierno que conserva niveles de apoyo altos en las franjas de mayor edad.
El nivel de aprobación presenta una alta correlación con el voto: entre los votantes de Fernández nueve de cada diez aprueban al Gobierno, mientras que entre los votantes de Macri la proporción es de casi uno de cada cuatro que desaprueba. Esto indica que la percepción sobre el desempeño del Gobierno parece depender de a quién votaron los entrevistados y no del accionar del Gobierno. Puede ser un aliento para el Gobierno que un 23% de los votantes de Macri lo aprueben.
Primeras medidas. Las principales medidas de gobierno han encontrado un amplio grado de acuerdo en la población, en general (53%). Pero la distribución del acuerdo y del desacuerdo no es unánime a todas las medidas impulsadas por la actual administración. De éstas medidas las que cuentan con un grado de acuerdo casi unánime en la población son: el bono de 5 mil pesos para jubilados y AUH (82% de acuerdo), seguida del aumento de becas al Conicet (82%), y el congelamiento de tarifas (80%).
También presentan un alto grado de acuerdo en la opinión pública las exenciones impositivas para Pymes (71%), la doble indemnización por despido en un plazo de 180 días (71%), la renegociación de la deuda con el FMI (66%). Con un acuerdo cercano al 50%, pero con altos niveles de descuerdo, figuran la distribución de tarjetas alimentarias (58%), el aumento de retenciones a la soja (47%) y el protocolo de interrupción legal del embarazo que tiene un 51% de acuerdo, pero un 40% de desacuerdo, manteniendo aproximadamente la división que existía durante el debate de la LIVE. Hasta aquí las medidas que han suscitado más acuerdo que desacuerdo.
Pero no todas las decisiones del Gobierno han caído bien en la opinión pública. El impuesto solidario para las compras con tarjetas en el exterior y para la adquisición de dólares para atesoramiento, tienen un mayoritario rechazo por encima del 55%, y un minoritario acuerdo del 36%. Del mismo modo que la suspensión de los ajustes automáticos de jubilaciones y AUH (39% de acuerdo y un desacuerdo del 50%). De las iniciativas sobre las que hemos indagado, la que mayor desacuerdo presenta en la opinión pública ha sido la suspensión de los controles de DNI en las estaciones de trenes; solo un 25% está de acuerdo con esta medida mientras que un 69% se manifiesta en desacuerdo.
Imagen. Las elecciones de octubre y el consiguiente cambio de gobierno tuvieron un impacto directo en la imagen de los principales dirigentes políticos del país. El público castiga con el voto a los oficialismos que no llenan sus expectativas y valora positivamente a los ganadores, así como negativamente a los perdedores. El Presidente pasó de tener una imagen positiva del 36% en octubre, a un actual 52% de imagen positiva, lo que lo convierte en dirigente posicionado con mejor imagen. Tan solo un 35% tiene una imagen negativa del Presidente, lo que le otorga un diferencial de 17 puntos positivos. Otros políticos valorados positivamente por los entrevistados, fueron Roberto Lavagna (46%), Ricardo Alfonsín (45%) y Horacio Rodríguez Larreta (45%).
La llegada al podio de los mejor valorados tanto del Presidente como del jefe de Gobierno de CABA es un indicador de la espiral favorable a los ganadores. Este último se convierte en la actualidad en el dirigente mejor posicionado de Cambiemos, superando a María Eugenia Vidal (44%), por primera vez, en las mediciones. El jefe de Gobierno, tiene un diferencial positivo de +9%, mucho mayor que el de la ex gobernadora (-2%). También el ex presidente quedó rezagado con una imagen positiva del 32% y una negativa del 60%. Junto a Macri, otros dirigentes que tienen altos porcentajes de imagen negativa son Sergio Massa (58%), Elisa Carrió (56%), Marcos Peña (56%) y CFK (55%).
Ministros. Con un gobierno que lleva apenas un mes y medio, los ministros aún no logran ser identificados con precisión por la opinión pública, pese a muchas de las actividades e iniciativas que suelen impulsar en los primeros meses para ganar exposición pública y posicionarse políticamente al interior del Gabinete. Los ministros más conocidos por los entrevistados son Felipe Solá (87%) y Victoria Donda (74%), el resto aún no llega a ser reconocido por el 70% de los entrevistados.
Desde luego, aquellos que son más conocidos tienen más chances de tener altos porcentuales de valoraciones positivas (pero también negativa). Felipe Solá encabeza la lista con un 30% de valoraciones positivas, no obstante posee al mismo tiempo un 34% de opiniones negativas, lo que da un diferencial de -4%. En este sentido, si consideramos la relación entre valoraciones positivas y negativas, y no el nivel de conocimiento y el valor de la imagen positiva en bruto, los ministros mejor posicionados son Ginés González García (diferencial de +11%), Daniel Arroyo (diferencial de +6%), Matías Lammens (+5%) y Gustavo Beliz (+3%).
Estos resultados deben leerse con cuidado. En general, y por la experiencia de anteriores mediciones, son muy pocos los casos de ministros que aumentan su nivel de exposición, y en consecuencia su nivel de conocimiento, y logran convertirlo en un aumento de imagen positiva. Suele ser más probable que, por la misma complejidad y dificultad de llevar adelante la gestión, las noticias negativas aumenten el nivel de conocimiento y paralelamente dañen su imagen. A un mes de iniciado el Gobierno el nivel de conocimiento y la imagen con el que cuentan se debe más al nivel de conocimiento previo que acarrean, que a las iniciativas puntuales que hayan emprendido en este mes y medio. Aún falta para que este gabinete entre en el radar de la opinión pública.
En resumen. A un mes de haber asumido el nuevo gobierno enfrenta muchos desafíos sociales, económicos y políticos, pero a diferencia de otros gobiernos no tiene el plus de una luna de miel apacible con la opinión pública. El desafío será lograr convencer a la ciudadanía de a poco en base a decisiones de gobierno acompañadas de resultados. Hay poco margen para el apoyo sin condiciones y una estrategia de comunicación basada en la motivación emocional (a la Cambiemos) y daría la impresión que el actual gobierno así lo entiende.
* Conicet- UdeSA @dgreynoso