Pablo Finkelstein ha demostrado ser una de las voces más originales del cortometraje argentino en los últimos años. En una entrevista exclusiva con Perfil.com, el cineasta nos lleva en un viaje a través de su trayectoria y por dónde cree que su carrera se encaminará en el futuro.
—¿Cómo descubriste tu pasión por el cine?
—Según recuerdos de mi padre, mi pasión por el cine nació cuando era chiquito y después de haber visto "Cinema Paradiso", decía que quería ser proyectista.
—¿Cómo comenzó tu carrera en el mundo del cine?
—Estudié cine en la FUC y comencé a filmar videoclips, documentales cortos y fashion films. Siempre tuve la pasión por contar historias y aplicar una impronta narrativa a todo lo que hacía.
—¿Por qué elegiste el cortometraje como medio para contar tus historias?
—Me gusta el desafío de lograr una emoción donde el tiempo de atención es menor pero la intensidad es completa. A su vez, me inspira la limitación temporal y la obligación de sintetizar el relato. Contar dramas con contenidos realistas, explorando al personaje, probar temáticas que generalmente son polémicas, controversiales, temas tabúes, llevándolo a la perversión intelectual. Lo importante para mí es transmitir un mensaje para que el espectador reflexione y pueda abrir un nuevo canal filosófico generando nuevas formas de ver la realidad.
—¿Cuál fue tu primera experiencia en la producción de cortometrajes?
—Fue participando del concurso Proyecto 48, ahí viví mi primer experiencia de filmar con pocos recursos, trabajando en equipo y sin nadie que limitara mi creatividad, excepto el tiempo y las reglas del concurso. Presentamos un cortometraje llamado “Eterno retorno” y ganamos el premio por elección del público.
—¿Qué aprendiste de esa experiencia?
—Pude entender donde reside mi pasión, ya que el proceso completo de desarrollar una obra desde cero hasta verla proyectada, en un festival "clase A" como el Festival internacional de cine fantástico de Catalunyas en Sitges, España, terminó de clarificar por qué el cortometraje es hoy en día el medio que más me apasiona.
—¿Qué lugar debería tener el cortometraje en la industria del cine ?
—Creo que el cortometraje debería tener más espacios de distribución debido al paradigma actual de atención breve del público, donde las series son elegidas sobre las películas. El 2020, me obligó a encarar los proyectos de cortometraje en menor escala. Entendí que no hay que confundir cantidad con calidad. De hecho, sintetizar una historia y transmitir una emoción en 15 minutos o menos es más complejo que hacerlo en 2 horas. Esto me permitió explorar universos diferentes sin el miedo a fallar y tomando mayores riesgos creativos.
—¿Cuáles son tus proyectos actuales?
—Acabo de terminar "La represa" un cortometraje co-dirigido junto a mi socio creativo Isidro Escalante. Tenemos grandes expectativas para el circuito de festivales ya que hemos recibido invitaciones importantes. Actualmente sigo ejercitando el músculo audiovisual haciendo cortometrajes y desarrollando proyectos de largometraje y series, incluso un documental. Además estoy terminando la postproducción de un cortometraje que produje y filmé dirigido por Piwa La Piwa y financiado a través del programa de Impulso Cultural del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Trata sobre la crisis migratoria en Argentina, abordando el caso de un jóven refugiado nigeriano que llega al país con esperanzas de encontrar una vida mejor.
—¿Qué consejos le darías a alguien que quiere hacer un cortometraje?
—Mi consejo sería que se arriesguen y confíen en su instinto. El proceso creativo es un camino lleno de altibajos, permitiéndose el error para poder crecer y desarrollar un estilo. Colaborar en los proyectos de otros y aprender juntos. Prestar atención a los detalles y trabajar en colaboración con otros creativos. En equipo somos más fuertes.