EMPRESAS Y PROTAGONISTAS
NUTRICIÓN

¿Son efectivas las advertencias para cambiar hábitos?

La educación alimentaria nutricional es una herramienta efectiva para hacer prevención de la enfermedad. Es la forma por medio de la cual los niños, adolescentes, y adultos, desarrollan una capacidad crítica para poder optar por una alimentación más saludable.

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n la búsqueda de resolver y frenar el aumento de personas con sobrepeso y obesidad, surge la ley de etiquetado frontal de alimentos. Actualmente se está debatiendo en la legislatura el etiquetado frontal de advertencia y su aplicación. | SHUTERSTOCK

La prevalencia de obesidad a nivel mundial y su velocidad de aumento, es un factor de lucha para toda la comunidad que se dedica a la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la FAO han recomendado realizar intervenciones costo efectivas, para favorecer el consumo de alimentos de mejor calidad nutricional , conjuntamente con  la práctica de actividad física, con el objetivo de  reducir la cantidad de enfermedades Crónicas no transmisibles. 

Si leemos trabajos publicados, en cuanto al consumo de la población argentina, vemos que, desde hace años, se está incrementando el consumo de productos alimenticios con baja calidad nutritiva, en detrimento de los alimentos de alto valor nutricional. Esto aumenta la brecha entre lo que deberíamos comer y lo que comemos. 

El objetivo o estrategia para cambiar este diagnóstico, debería incluir cambios en los hábitos de vida, donde se incluya, elección adecuada de alimentos (educación alimentaria mediante), acceso a los alimentos y políticas sanitarias que acompañen el proceso entre otros. Este objetivo debe enfrentar a una familia con una estructura económica, social, educativa y laboral, muy distinta a la de hace 30 a 40 años, donde los índices de obesidad y sobrepeso eran mucho menores. La prevalencia de obesidad en Argentina en hombres adultos en 1980 era del 12,5% y un 15,1% en mujeres.

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Hoy en día, el tiempo dedicado a la elaboración de comidas es muy limitado, la vorágine cotidiana hace que muchas veces las familias elijan la opción menos conveniente. Esto, se vio reflejado en las Encuestas de Nutricion y Salud de Argentina, donde un 41 % los niños de 5 a 17 años y el 68% de los adultos, presentaron sobrepeso y obesidad. Porcentajes que tristemente van en aumento año tras año.

En la búsqueda de resolver y frenar el aumento de personas con sobrepeso y obesidad, surge la ley de etiquetado frontal de alimentos. Actualmente se está debatiendo en la legislatura el etiquetado frontal de advertencia y su aplicación. El etiquetado en los alimentos o productos, es una de las maneras que el productor informa el contenido al consumidor. Informa ingredientes, nutrientes, origen, entre otros, por lo que es fundamental, que exista una regulación al respecto y que le asegure al consumidor la veracidad de esa información.

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 Jacqueline Schuldberg, es licenciada en nutrición (M.N. 1170). Coordinadora Grupo Estudio en Pediatria en AADYND (Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas).

Los sellos de advertencia u octógonos negros, se plantearon cumplir ciertos objetivos, para que el consumidor pueda elegir mejor. Algunos de ellos son:

► Garantizar el derecho a la salud y a una alimentación adecuada a través de la promoción de una alimentación saludable, brindando información nutricional simple y comprensible de los alimentos envasados y bebidas analcohólicas, para promover la toma de decisiones asertivas y activas, y resguardar los derechos de los consumidores.

► Advertir a consumidores sobre los excesos de componentes como azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías, a partir de información clara, oportuna y veraz en atención a los artículos 4° y 5° de la Ley N° 24.240, de Defensa al Consumidor.

► Promover la prevención de la malnutrición en la población y la reducción de enfermedades crónicas no transmisibles.

Al analizar los objetivos planteados anteriormente, sabemos que brindar información nutricional, no es solo advertir. Al advertir, solo estamos mostrando una parte nutricional del alimento.

La información nutricional, es completa cuando se identifica, de alguna manera, la matriz del alimento y no sólo, el exceso de algún nutriente crítico. El sello de advertencia no brinda la información completa del contenido nutricional del alimento, por lo que el consumidor difícilmente podrá aumentar la calidad de dieta y de esta manera contribuir a disminuir los índices de obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) en el país, planteados en el último objetivo.

Por otro lado, recordemos que esta ley no abarca, productos ofrecidos en restaurantes, puestos de comidas o confiterías etc., por lo que la ley debe ir acompañada de un plan de educación detallado, para que el consumidor, pueda aplicar esos conocimientos y la toma de buenas decisiones en casa y en todo ámbito de consumo.

La educación alimentaria nutricional es una herramienta efectiva para hacer prevención de la enfermedad. Es la forma por medio de la cual los niños, adolescentes, y adultos, desarrollan una capacidad crítica para poder optar por una alimentación más saludable. El programa debe desarrollar y estimular el conocimiento suficiente para empoderar al consumidor. 

Esto puede desarrollarse como:

Campañas poblacionales de promoción de la alimentación saludable.

► Incluir en la currícula escolar (conocimientos y habilidades) sobre alimentación saludable y cocina.

► Educación alimentaria, entornos más saludables, diversidad de oferta de alimentos, precios accesibles, entre otros.

► Talleres de cocina para ampliar consumo de alimentos saludables

¿Cómo leer los contenidos de grasa, sodio y azúcar? ¿Por qué “todo negro” es el enemigo de las decisiones racionales y a la mejor alimentación?. Para que sea una herramienta de educación alimentaria más completa y facilite  las elección de un alimento  hacia una mejor calidad de la alimentación. Cuando la cantidad importa. Porque la matriz alimentaria tiene mas valor que la simple suma de nutrientes.

Los octógonos o sellos negros estarán en la cara frontal del envase de los productos, e indicarán que el producto presenta niveles excesivos de nutrientes críticos y/o valor energético con relación a determinados indicadores.

En el documento de la Universidad de Rosario, Política y Seguridad Alimentaria Nro. 1 2020, afirma que el exceso de esos nutrientes críticos en la ingesta, tales como grasas saturadas, grasas trans, azúcares, sodio y en muchos casos exceso de calorías, están asociados al desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT). También aclara que, como es un sistema de advertencia, presenta la desventaja de que no educa al consumidor y podría generar en muchas personas temor al consumo del alimento que lo exhibe.

Según los ARTÍCULO 4 to y 6to de la ley, los valores máximos de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodio establecidos deben cumplir los límites del Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). 

Estos valores máximos se refieren a la composición final del alimento, independientemente de que el contenido de nutrientes críticos sea intrínseco o agregado y no limita las advertencias a alimentos procesados: la extiende a “todos” los envasados.

Desde el 2015 los profesionales de la nutrición, estamos utilizando la gráfica de alimentación saludable de las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA), como una herramienta educativa con mensajes simples que permiten educar a la población en una adecuada alimentación y hábitos alimentarios saludables.

Según el Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación, un 32 a 33% de los alimentos de las guías alimentarias para la Argentina, tendrían sellos negros, como hortalizas, panes, legumbres, frutas, algunos panificados, lácteos y derivados, siendo alimentos recomendados por su aporte nutricional. Un ejemplo: un pan integral envasado, tendría un sello negro por exceso de sodio, sin tener en cuenta que aporta gran cantidad de fibra.

Otro ejemplo con dos sellos, sería el tomate triturado para realizar salsas. Tendría un sello por el azúcar propio o intrínseco del tomate y otro por el sodio. Nadie discute que realizar una salsa con tomate fresco es lo ideal, pero hay situaciones en la que es una opción práctica, ya sea para un consumo familiar o para una institución o para establecimientos escolares o comedores comunitarios. 

Otro ejemplo donde queda claro que el sello advierte, pero no educa, es cuando se coloca un sello negro de exceso en azucares de la misma manera, a una bebida con 11 gramos de azúcar y a otra con 4 gr. Por otro lado, esa bebida con 4 gr de azúcar, llevaría un segundo sello por contener sodio.

Entonces, ¿más sellos negros implican una peor decisión de compra? ¿Para quién? Esa persona estaría consumiendo un producto con menos azúcar y con presencia de sodio (no exceso de sodio). Si pensamos en un ejemplo de un adulto con hiperglucemia (azúcar alta en sangre)que debe elegir una de esas dos bebidas, y al leer que, una tiene 1 sello y la otra tiene 2 sellos , es probable que si tiene en cuenta la premisa de “ menos sellos es mejor” , ese adulto no elija lo más adecuado para él .

Este caso, va a contramano de uno de los pilares del rotulado de alimentos que es: No debe causar confusión en el consumidor.

Con la ley de etiquetado actual, sin modificaciones, el sistema de sellos negros no mostrará los aspectos positivos de los alimentos o productos envasados. Mostrará que tiene "exceso de…", pero no es "fuente de…"

 El objetivo sería encontrar un “sistema” que integre o logre un equilibrio entre la matriz del alimento y el nutriente critico no recomendado (ácidos grasos saturados, sodio y azucares). 

Sumarle al sello de advertencia algún símbolo o imagen que resalte el lado bueno o beneficioso del alimento, como la señalización de nutrientes saludables como hierro, calcio y fibra, entre otros, sería brindar información más completa. Sería estimular el consumo de alimentos saludables 

Si la población aprende a elegir alimentos con buena matriz, con alta densidad de nutrientes y menores nutrientes críticos, por default elegirán mejor y podremos esperar mejores resultados en las próximas encuestas de salud y factores de riesgo en Argentina.

Cualquier sistema adoptado, deberá contar con un apoyo, desde la educación alimentaria a la población, para que aprenda a interpretarlo. Entonces nos planteamos, ¿Menos sellos negros implican mejor alimentación? No necesariamente. 

Consumir menos productos envasados no implica mejor calidad de dieta, ejemplo, si una persona consume alimentos sin sellos, (pan papa fideos arroz) consumirá alta cantidad de hidratos de carbono y baja densidad de otros nutrientes. A través del etiquetado, debería facilitarse la elección de alimentos  o productos envasados. 

Hay que evitar generar dos bandos contrapuestos, como se ha escuchado que todo producto envasado o industrializado es perjudicial para la salud (no lo serian el pan integral o queso magro) y todo alimento o preparación casera es saludable (no lo serian al 100% los budines con agregado de azúcar, dulces o manteca).

Entonces, hay que reforzar que la matriz alimentaria, es muy relevante en la elección de los alimentos a consumir, independientemente sea de productos envasados o caseros o de un restaurant o de un supermercado. La problemática aparece cuando hay exceso en el consumo del nutriente crítico en sí, independientemente de su procedencia.

Para concluir, contar con una buena ley de etiquetado de alimentos es muy importante para mejorar la salud de la población. La misma debe tener en cuenta, la calidad del alimento o producto en su totalidad, y no solo el exceso de nutrientes críticos, esto garantizara que el consumidor compre con la información suficiente y veraz, que debe ser sencilla y/o comprensible.

La advertencia por si sola, difícilmente pueda alcanzar los objetivos planteados en la ley, debería considerar el valor nutricional total del alimento y junto con la educación alimentaria poder comenzar a disminuir la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles como la obesidad, diabetes, hipertensión, etc.

* Con información suministrada por Jacqueline Schuldberg, licenciada en nutrición (M.N. 1170). Coordinadora Grupo Estudio en
Pediatría en AADYND (Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas)