En el último discurso oficial donde Alberto Fernández anunció continuar con el aislamiento obligatorio hasta el 26 de abril, se dio a conocer los últimos datos sobre la situación del coronavirus en nuestro país. En las imágenes que se difundieron la semana pasada desde Olivos, el Presidente brindó mucha información estadística sobre al avance de la pandemia en la Argentina. Sin embargo, no hizo énfasis en los testeos.
Testear sirve para saber con mayor exactitud la cantidad de personas que portan coronavirus, esto le permite a un país ser más eficiente a la hora de aplicar el aislamiento y tránsito de esos afectados. Es sabido que “probar cada caso sospechoso”, fue una de las recomendaciones más enfáticas de Tedros Adhanom Ghebreyesus, presidente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como prueba del éxito contra la pandemia.
Sin embargo, según las estadísticas difundidas por la OMS y a las que tuvo acceso el Equipo de Investigación de Perfil Educación, los últimos datos indican que Argentina se ubica entre los países que menos testeos realiza en todo el mundo.
Ocurre que, si se consideran las cifras informadas por las autoridades sanitarias de cada país, las cuales dependen de cómo cada uno registre y actualice los datos, y los de la OMS al 3 de abril, Argentina está en el puesto 70 del ranking mundial.
Islandia, donde el test se efectúa en forma gratuita, encabeza el ranking de la OMS con 53.577 test realizados por cada millón de habitantes, es decir, hasta el 2 de abril testeó al 5,75% de su población. Alemania también tiene una de las cifras más altas con 918.460 totales al 4 de abril. En la misma semana, Italia realizó 541.000 test en total. Noruega, Suiza, Hong Kong y Australia, en promedio hacen más de 10.000 test por millón de habitantes, cada uno. Mientras que Suiza tiene 8 mil por cada millón de habitantes, España 7.600 y Corea del Sur 7.000.
Otras estadísticas como las disponibles en worldometers.info, también indican la misma situación para nuestro país.
Argentina fue aumentando la cantidad de test realizados en las últimas semanas y el número de casos positivos sigue siendo bajo comparado con otros países, hasta la fecha hay 2.571 casos confirmados, 115 muertos y 631 recuperados. El Equipo de Investigación se comunicó con el Ministerio de Salud que informó que el país adquirió 555 mil reactivos para llevar a cabo los testeos y hay otro pedido más efectuado.
“Los reactivos para estas técnicas son todos importados. Estamos en un momento complejo donde todo el mundo está queriendo comprar lo mismo a iguales proveedores. Puede aparecer el problema del abastecimiento porque quienes fabrican tienen un tope, un límite. Nuestro país se tiene que poner en la fila del mundo”, comentó Javier De Filippo, bioquímico del Instituto Malbrán, al Equipo de Investigación.
“Los vuelos internacionales están restringidos, es decir, para que lleguen las cosas a veces hay que hacer unas gambetas bastante interesantes. También sucede que los grandes países como Estados Unidos, están delante de Argentina en la compra, si quieren pagan el doble y se llevan todos los reactivos. Es una situación compleja. De todos modos nuestro país, por ahora, está abastecido. Tenemos que jugar para la situación no empeore. Hoy hay muchos laboratorios haciendo los testeos, el Ministerio no está poniendo restricciones para la compra y hay varias vías”, concluyó De Filippo.
Para referirse a las medidas que está tomando Argentina para “aplanar la curva”, Alberto Fernández comparó las cifras nacionales de 1975 casos, con las de Chile, que tenía hasta esa fecha 6501, y Brasil, que lleva 19.638.
Esta mención desató una polémica con el gobierno de Sebastián Piñera que al día siguiente respondió con un informe en el que se hace hincapié en el número de testeos realizados por ese país. Según las cifras oficiales, Chile hace mayor cantidad y, a diferencia de Argentina, la cuarentena se aplica de forma progresiva.
En el informe chileno se plantea la diferencia de testeos entre ambos países con datos tomados al 11 de abril que indican que Chile realizó 76.374 pruebas de coronavirus mientras que Argentina 24.374. El país trasandino realizó 2.133 testeos por millón de habitantes, Argentina lleva realizados alrededor de 439 análisis por cada millón de habitantes.
"Chile tiene un ritmo mayor de testeos. Pero hacemos lo que la Organización Mundial de la Salud dice que es correcto hacer", había reconocido Fernández en una entrevista brindada a Telefé. “Ese país tiene un tercio de nuestros habitantes y la proporción de muertes es mayor a la nuestra" señaló el Presidente.
La cartera de Salud informó que la distribución del material se realiza considerando dos parámetros. El primero, por la cantidad de habitantes de cada una de las provincias y, el segundo, por la cantidad de casos registrados cada día. Basándose en esos dos principios se hace una redistribución equitativa. “No es un reparto a demanda y no tenemos registrados faltantes de kits”, aclararon desde la administración.
En la primera fase de descentralización del Malbrán, para la realización de las pruebas en distintas dependencias del país, el Ministerio de Salud distribuyó 35 mil reactivos en 24 jurisdicciones del país. Entones, 4.000 reactivos se distribuyeron en la provincia de Buenos Aires, otros 3.000 en la Ciudad de Buenos Aires y 2.000 en Santa Fe, Córdoba, Chaco y Tierra del Fuego, estos cuatro últimos lugares tuvieron tasas elevadas de contagiados por cantidad de habitantes. Mientras que el resto de las provincias recibieron 1.000 cada una.
Especialistas que asesoran al Gobierno también tienen distintas miradas sobre si ampliar o no la cantidad de testeos. Son los casos, por ejemplo, de Pedro Cahn, de la Fundación Huésped y Eduardo López, del Hospital Ricardo Gutiérrez. Mientras Cahn asegura que se está en el nivel recomendado por la OMS, López considera que Argentina debe testear más.
Las diferencias entre ambas posturas varían en que, por un lado, si se testea solo a los casos de personas con síntomas pasan desapercibidas los asintomáticas que, según evidencia científica, también contagian el virus. Por otro, quienes no comparten esta mirada, indican que sería imposible testear a toda la población y, si se seleccionasen aquellos casos que tienen síntomas respiratorios, se estarían gastando los recursos. Aseguran que hay que tener una conducta racional del uso de testeos.
Para la detección del Covid-19 hay dos niveles de testeos. Uno es el que se realiza a los pacientes con posibles síntomas y otro abarca a la población de forma masiva. Este último solo se está llevando a cabo en algunos países y regiones muy acotadas del planeta como, por ejemplo, Islandia.
Por su parte, en aquellos países donde el testeo se está haciendo solo a la población con síntomas, se obedece a un fundamento médico porque a aquellas personas a las cuales les da positivo, se procede a su aislamiento y posterior tratamiento.
“Argentina, ni ningún país con dimensiones similares, tendría la capacidad técnica ni humana para testear a toda su población, sería básicamente imposible. Por eso, se está avanzando en el desarrollo de unos test que se conocen como rápidos. En países como Estados Unidos ya están funcionando y en nuestro país hay varios grupos que lo están llevando adelante, apuntan a evaluar a una mayor cantidad de personas, con síntomas y sin ellos. En eso están trabajando científicos de distintas universidades nacionales en conjunto con el Malbrán”, señaló María Alejandra Zinni, doctora en Ciencias Básicas y Aplicadas y directora del Departamento de Ciencia y tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes.
La “Reacción en Cadena de la Polimerasa”, conocida con la sigla PCR por su denominación en inglés, es una prueba mediante la cual se detecta un fragmento del material genético de un patógeno o microorganismo para el diagnóstico de una enfermedad. Actualmente es la utilizada para la pandemia del Covid-19.
En el testeo por PCR lo que se está viendo es presencia del material genético del virus, mientras que en un método rápido se puede estar mirando anticuerpos o cualquier otra parte del virus pero no el gen. Esa es la gran diferencia. “Por eso el PCR requiere de una tecnología más avanzada para el diagnóstico, en cambio, los test rápidos llevan una tecnología muy avanzada para desarrollar el kit pero muy fácil de aplicar después a nivel comunitario”, aclara Zinni.
En contraste con la PCR, estos test rápidos no identifican el ARN del virus, solo detectan los anticuerpos producidos a través de una muestra de sangre, o por proteínas del COVID-19 ubicadas en las muestras respiratorias de exudado nasofaríngeo.
A grandes rasgos en los test rápidos se ve la reacción que el organismo tiene cuando estuvo en presencia del coronavirus, que es la presencia de los anticuerpos. Las pruebas con antígenos, donde se coloca un test en la garganta y en 15 minutos se indica si la persona tiene el virus o no, si da positivo es muy probable que se tenga el Covid-19, ahora si da negativo no quiere decir que no se lo tenga, porque la sensibilidad del método no siempre lo va a detectar.
Los test adquiridos por el Ministerio de Salud de la Nación son los kits para hacer los testeos PCR, esto quiere decir que el método permite identificar algunas partes del virus. La PCR tiene alta especificidad y sensibilidad al momento de la detección, por eso es un método confiable. “PCR son los kits con los que trabaja Malbrán y los distintos centros. Los otros kit de testeos usan una metodología distinta, es como pensar la diferencia que existe análogamente entre, por ejemplo, un test rápido de embarazo y un análisis de laboratorio para determinarlo. Este último sería el equivalente de la PCR”, concluye Zinni.
En términos técnicos, la práctica para hacer el diagnóstico del coronavirus es parecida a la que se usaba para detectar el H1N1. Este es un virus nuevo y como tal cada vez el mundo va sabiendo más cosas con el paso del tiempo. Ante la falta de una vacuna que cure la enfermedad, la única solución para aplanar la curva de contagios que han encontrado los países, hasta el momento, es el aislamiento social.
El Equipo de Investigación es dirigido por Rodrigo Lloret y está integrado por los mejores egresados del Posgrado en Periodismo de Investigación y la Escuela de Comunicación de Perfil Educación.
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