El presidente Alberto Fernández sorprendió al asegurar, durante la última conferencia de prensa desde la Residencia de Olivos, que “la cuarentena no existe más”. Sucede que luego de 150 días de encierro, hubo quienes comenzaron a relajarse y encontraron alternativas para transgredir las restricciones vigentes. Un ejemplo de ello quedó expuesto a partir de una encuesta que reveló que 4 de 10 argentinos rompieron la cuarentena para tener sexo.
De poco sirvieron las videollamadas subidas de tono y la esperanza de volver a verse pronto. Ni siquiera parece haber sido efectiva la masturbación, promovida en forma oficial. Y así quedó plasmado en un estudio sobre “sexualidad y cuarentena” realizado por la fundación AHF Argentina (AIDS HealthcareFoundation), entre 647 personas de todo el país, que indicó que el 43% de los que no pasaron el aislamiento con su pareja decidió romper la cuarentena para tener relaciones sexuales.
Incluso, hubo quienes fueron aún más lejos y se animaron a continuar con el “levante” y el placer casual: un 20% de los encuestados manifestó haberse encontrado con una pareja ocasional y un 6% se arriesgó a intimar con un desconocido.
Sexo virtual, hijos, vínculos de hecho: amor en tiempos de la cuarentena
Consultada por PERFIL, Mar Lucas, psicóloga y especialista en sexualidad, explicó que esta transgresión en la conducta, a pesar de constituir un riesgo para la salud, debe entenderse en el marco de la extensión en el tiempo de la cuarentena. “Tras varios meses de aislamiento, estamos atravesando el período de la negación donde empezamos a generar un montón de ideas y de supuestos, como 'bueno, no va a ser tan grave' o 'yo me cuido, seguro que el otro también', para minimizar los riegos mentales y dejar de ver los riesgos reales, para así poder concretar el encuentro”, sostuvo la licenciada.
Por su parte, Juan Carlos Kusnetzoff, reconocido sexólogo, explicó que “la sexualidad humana tiene tres condiciones: fragilidad, vulnerabilidad y emociono-dependencia, que no son compatibles con la cuarentena”. Por lo que, según sostiene, la capacidad de mantener la abstinencia “depende de las circunstancias emocionales que atraviesa cada persona”.
Sin embargo, Florencia Cahn, médica infectóloga y presidente de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología, alertó sobre los peligros de romper la cuarentena y aseguró que “una trasgresión individual puede repercutir en la salud de otros”. Lo que corresponde a la intimidad es más difícil de controlar, por eso es importante acudir a la responsabilidad individual. Uno puede decir ‘estuvimos los dos en cuarentena, no pasa nada’, pero lo cierto es que uno sale, va a hacer compras y está en contacto con otra gente. Entonces, es fundamental ser muy responsables en este aspecto”, sostuvo. Y agregó: “Se entiende que la cuarentena se hace larga y difícil, como así también la falta de encuentros más íntimos, y es entendible, pero la realidad es que hoy por hoy, sobre todo en el AMBA, hay que tratar de evitar este tipo de actividades porque pueden significar un riesgo para los contagios. Hay formas más atípicas de encontrarse con otros, a través de la virtualidad”.
Los riesgos del placer, el sexting y su lado B
Cahn coincide con las recomendaciones del Ministerio de Salud de la Nación. En conferencia de prensa, el infectólogo José Barletta invitó a la población argentina a apelar a las videollamadas, la masturbación, el sexo virtual y el sexting para satisfacer los deseos íntimos, y de ese modo evitar la propagación del virus.
Si bien en un principio, estos recursos se presentaron como una opción ante la imposibilidad del encuentro, con el tiempo fueron “perdiendo efectividad”, porque “la relación sexual se hace piel a piel, en contacto”, explicó el doctor Kusnetzoff.
Sin embargo, no existe una situación ideal. “Escuchamos personas a las que la convivencia en cuarentena les generó conflictos o desencuentros”, añade la licenciada Lucas. En este aspecto, coincide Natalia Haag, directora de Testeo y Prevención de VIH de la fundación AHF, quien aseguró que “en la encuesta también preguntamos sobre el deseo sexual, y muchos respondieron que se les había disminuido, o incluso no tenía”.
Por su parte, Kusnetzoff, explicó: “El estar prácticamente todo el día juntos con la compañera o el compañero, cuya distancia son diez centímetros en una cama de todos los días, y al mismo tiempo convivir y verse, disminuye el deseo. La convivencia absoluta, sin salir, perjudica el deseo por una simple y sencilla razón: el deseo sexual es intermitente. Se nutre de la ausencia, no de la presencia”.
Psicoanálisis: sexo virtual, permisos para salir y el riesgo del control social sobre los cuerpos
Lo cierto es que toda nuestra vida cambió, todo se trastocó, se modificó, ya nada es como antes, y el sexo no está exento de esto.
“Todos los pacientes que atiendo de forma virtual manifiestan dudas respecto al sexo durante la cuarentena. Los hombres tienen problemas de eyaculación precoz, de erección o falta de deseo sexual. Por su parte, las mujeres también vieron disminuidas sus ganas de tener sexo, les cuesta alcanzar el orgasmo o tienen dolores en la penetración. El verdadero problema no es el problema en sí sino el antecedente, es decir, lo que lo provoca: la cuarentena. Vivimos en un contexto social del que es imposible abstraerse. Te penetra por todos lados”, afirmó el sexólogo.
“Vamos camino a una nueva vivencia, a una nueva consciencia de donde estoy yo, cuál es mi lugar en la vida, cuál es mi posición en comunidad y cómo son los vínculos. Y ahí, obviamente, que incluimos la sexualidad porque somos seres sexuados y el cómo nos vinculamos, con qué amorosidad, con qué espacio para la emocionalidad y con qué espacio para el placer será un uno de los mayores aprendizajes, a nivel individual y colectivo que sacaremos de todo esto”, completó Lucas.
*Por Florencia Coronel, integrante del Equipo de Investigación de Perfil Educación