En Stravaganza, sin reglas para el amor, Nacha Guevara va a hacer por segunda vez temporada en Carlos Paz (formó parte de Un país de revista, última producción de Jorge Guinzburg). Para que lo conocido tenga algo novedoso, encarará un rol que nunca había interpretado: la musa de un joven (Fernando Dente) que sueña con ser poeta. Según la creadora de Eva, el gran musical argentino, su papel podría parecerse a alguno creado por Eliseo Subiela: “Es un personaje más suave e irreal. Me divierte hacerlo. Nada sucede de manera forzada, entonces eso alienta la creatividad. Los artistas rinden más cuando más les soltás la soga”. Cree que tal vez puede aportar desde la dramaturgia, “de cómo ver rápidamente la esencia de cada escena, de cada cuadro, para que cada cosa brille un poco más”, explica. Nacha también cantará cinco tangos, “no como Tania o Adriana Varela. La musa lo pasará por su personaje, la parte rítmica la lleva el resto del espectáculo”. En esto último, las miradas recaerán en una Eleonora Cassano que, en su regreso a los escenarios, a la danza le sumará acrobacia.
—¿Cómo llegás a esta altura del año, con toda una temporada por delante?
—Es una movida en la que no parás. Son muchas funciones por semana, pero llego bien. Me gusta la propuesta y en la medida en que la vamos ensayando, me gusta más. Se trabaja con entusiasmo, eso ayuda a que una se canse menos. Igual es toda una movida porque me voy con los gatos… Es una minimudanza.
—Hace unos meses le dijiste a PERFIL que extrañabas la época de la vanguardia. Sin comparar espectáculos ni momentos, pero tomando en cuenta la ambición que está puesta en el show, ¿“Stravanganza” te despierta algo parecido a lo que sentías entonces?
—Sí. Me gusta mucho ver que una persona como Flavio Mendoza, joven y exitosa, que podría achancharse y repetir fórmulas, sin embargo se aventura a cosas que no ha explorado. Eso es lo que hacen los artistas, y lo que debería hacer todo el que desee vivir una vida interesante.
—Lo decís como si no fuera moneda corriente…
—Buscar la excelencia es algo que, lamentablemente, se ha vuelto excepcional en nuestra profesión. La verdad es que el único objetivo es hacer negocio. No hablo del off, obviamente. El circuito calle Corrientes se ha quedado en cosas que sólo buscan resultados, que no son la creatividad ni el atrevimiento. Cuando pasa eso, se produce un achatamiento. En la ciencia y en el arte tiene que existir el error.
—¿Te perdonás un error a esta altura de tu carrera?
—No se trata de perdonar, sino de saber que actuar es un proceso que implica forzosamente errar. En lo cómodo y conocido posiblemente no haya errores, pero tampoco crecimiento. Hay que elegir caminar por una tierra desconocida. Es lo que hace Flavio, me da mucha alegría que ingrese sangre fresca a la producción, porque además tiene éxito, lo que los demás buscan desesperadamente, y por eso a veces tienen fracasos.
—¿Vas a seguir en el “Bailando”?
—Necesito hacer cosas mías y para eso necesito mucho tiempo. Soy lenta en los procesos creativos, para los que me hace falta el silencio interior y exterior. Como quiero probar cosas nuevas, necesito tiempo para mí. ShowMatch tiene mucha demanda, distrae mucho para cerrar la puerta y elaborar en silencio. Yo creo que no voy a seguir, que necesito hacer silencio.
Telerman, un hombre culto
—¿Que balance hacés de 2015?
—Fue un año de mucho trabajo, intenso en todo sentido, que se me pasó a una velocidad impresionante. Ya es otro año. Tengo los deseos de siempre, así que a ver si alguna vez se cumplen, porque nos cuesta cumplir con los básicos... A la humanidad le cuesta, todavía no pudimos con los diez mandamientos, así que imaginate dónde estamos. Mi concepto de vivir en la gloria es buena salud y mala memoria (ríe).
—En la ciudad fue designado Jorge Telerman al frente del Complejo Teatral de Buenos Aires. ¿Qué opinás de su nombramiento?
—Es un hombre culto y moderno en su concepción del arte. Es muy saludable que lo haya llamado el nuevo gobierno porteño, siendo Jorge un ex funcionario del gabinete de Scioli. Es una buena señal. Otra buena señal es el nombramiento de Lombardi en el Sistema Nacional de Medios Públicos. Hernán tiene muchas cosas en común con Telerman. Es muy emprendedor. De todas las carteras, la que más se movió fue la suya. En ese plano, espero que pasen cosas buenas.