El poder del dinero en tono de comedia

Se vive un clima de armonía. Los tres, Muriel Santa Ana, Luciano Cáceres y Arturo Puig son actores, aunque también dirigen. Todos sienten tanto respeto como pasión por el oficio.
Estrenaron en el Multiteatro la comedia Como si lloviera –aquí Lluvia de plata–, del autor francés Sebastien Thiery. En el elenco también están Guillermo Arengo y Luciana Lifschitz.
Luciano Cáceres llega de grabar Sres. papis y confirma su estreno cinematográfico, para el 10 de abril: El gato negro, con Leticia Bredice. Y ensaya como director de teatro –después de las 23– El acto gratuito, de Gonzalo Demaría. Mientras, Muriel Santa Ana eligió hacer sólo teatro. “El año pasado, trabajamos juntos – recuerda Arturo Puig– en Solamente vos y le propuse al productor (Yankelevich) que ella fuera la protagonista femenina. Con Luciano hace tiempo que queríamos trabajar juntos por segunda vez, aunque ahora como director”.
—¿Cuáles son las dificultades de actuar en una comedia?
SANTA ANA: Creo que para las actrices es más difícil hacer humor. Se asocia mucho más la risa con el hombre, nosotras podemos hacer el ridículo hasta un punto. Hay situaciones o gags que funcionan, pero en algunos casos no dan resultados y una  siente que falta la risa en el público.
CACERES: Siento a este autor como a un Molière moderno, ejerciendo una crítica social. Aquí la obsesión es el dinero. La plata va transformando a este matrimonio y se va a dar la identificación con el espectador.
—¿Como se relacionan ustedes con el dinero?
C: Si tengo, bien; y si no, me adapto. Tal vez ahora, como tengo familia, estoy más pendiente de él, pero soy de gastar y regalar. No sé nada del dólar ni lo que conviene, por lo cual no sé especular. Vengo de un hogar de trabajadores, nunca tuve herencia.
SA: Cuando no tenía dinero lo añoraba, y ahora que puedo vivir de mi trabajo lo tengo cortito, no quiero que crezca mucho. Las posesiones, como los objetos, me pesan. Mi papá (el actor Walter Santa Ana) me dijo un día: “Nunca vivas de rentas”. Me proponía que no me entregara a la comodidad de no hacer nada. En realidad, es un problema tener muchas cosas.
—Pero si tuvieran mucho... ¿qué harían?
SA: Mis fantasías son alcanzables. No está en mi deseo: entre ser y tener, elijo ser, como proponía Erich Fromm. Busco crecer, no ir hacia afuera. Quizá me compraría un bar, donde sólo sirvieran café, o una librería.
C: Creo que devolvería favores, produciría películas para mis amigos y tal vez haría un centro cultural u hotel/teatro donde pudiera haber intercambio entre elencos de otros países.  Antes –hace dos años– mi sueldo era el mínimo, ganaba el básico como actor. En el teatro es distinto, muchas veces vas a porcentaje.
—¿Qué es más fuerte: el poder o el dinero?
C: Creo que tener poder genera dinero. Hoy en día, el poder está en la información, y todo se negocia. Hay gente rica y solidaria, también hay multimillonarios que viven como pordioseros. En mi caso, tengo el privilegio de poder elegir mis proyectos y tener una familia maravillosa.
—¿Qué les da la tele a los actores que son del teatro?
SA: Es otro espacio de creatividad y juego, con diferente ritmo. Todo me sirve. Creo que es un error pensar que en la televisión encontrarás lo mismo que en el teatro. Más aún cuando grabás un programa diario que busca entretener sanamente, sin caer en groserías. Mi paso por la televisión hasta ahora fue muy afortunado.  No me pasó como a otros colegas, que tuvieron falta de público o problemas con el elenco o con los canales.
—¿Dónde prefieren trabajar: canal Trece o Telefe?
SA: Hice un unitario que salió al aire por Telefe, pero producido por Cuatro Cabezas –El donante–, por lo cual no me relacioné directamente con el canal. Empecé en Pol-ka hace muchos años y en 2013 grabamos Solamente vos, pero no podría comparar.
C: Me llamaron de otros canales, pero me voy quedando en Telefe. Tuve propuestas, pero estoy muy cómodo, me queda cerca de casa y hace cinco años que trabajo con el mismo equipo técnico, desde Botineras. Ahora incluso estamos grabando juntos con mi mujer, Gloria (Carrá) y nos coordinamos mejor.
—¿Sintieron presión por los números del rating?
SA: No. Mi primer programa –donde se me pudo ver más– fue La Lola, en América, después Ciega a citas por Canal 7, por lo cual no estuve pendiente del rating. Tal vez con Solamente vos estuve más cerca de los números, más curiosa, porque mi compañero de elenco era Adrián Suar. Es tan distinto a mí, es genial, un fuera de serie, y es alucinante observarlo. Le encanta actuar y hacer reír, es de una seducción a prueba de todo. Es tu compañero actor, el protagonista, el productor general, edita y modifica, si puede ayudar en la escena, tiene los minutos grabados en su cabeza. Es muy generoso con su elenco y mis mejores remates me los cedió él. Te da mucha confianza.
—¿Y la competencia que le pusieron a “Sres. papis” con “Guapas”?
C: Veo fantástico que haya mucha ficción. Guapas me parece como un símil nuestro en versión femenina. Siento que Sres. papis tiene un público que lo sigue, lo palpo en la calle, la gente lo ve y sabe la historia.