Hoy llega a Star + una comedia satírica estadounidense que toma personajes orientales como protagonistas. Quizás apalancados por el éxito de Todo a la vez en todas partes, la película independiente con impronta china, se empezaron a producir más historias relacionadas con esta cultura. Y ese es el caso de Quiz Lady, protagonizada por la multifacética Awkwafina y Sandra Oh. Aquí componen a dos hermanas en una familia completamente disfuncional, al tal punto que en la adultez ni se ven a menos que la mayor (Oh) precise algo de la menor.
Pero un conflicto relacionado con la madre (al fin de cuentas la responsable de esta disfuncionalidad) las vuelve a juntar. La mayor, Jenny, es libre al punto de andar sin rumbo. Anne (Awkwafina) es muy callada y tiene una vida rutinaria de la que sólo escapa cuando mira un programa de preguntas y respuestas que es su refugio desde chica. Lo hace acompañada por el perro que la hermana descartó, Sr Lunguini, y responde correctamente a todas las preguntas. Pero por culpa de la madre, tendrá que conseguir dinero urgente y ahí es cuando la hermana logra anotarla como participante en ese programa de preguntas y respuestas.
Claro que para alcanzar esa instancia se van a meter en más de un lío en el que ambas actrices generan un desborde de simpatía que las hace muy queribles. Y a veces hasta dan vergüenza ajena. Habrá que tener un poco de paciencia pues la película se empieza a poner interesante pasada la primera media hora, cuando comienza pieza a tomar ritmo. Y en esas peripecias que las llevan a viajar y participar del programa de preguntas y respuestas están rodeadas de personajes muy estereotipados, encarnados por caras muy conocidas como Jason Schwartzman, Tony Hale y Holland Taylor, que compiten por ver cuál de sus personajes es el más disparatado, revelando costados oscuros de sus personalidades. Pero sin dudas el encanto mayor se lo lleva el gran Will Ferrell, quien hace del conductor del programa de TV desde que Anne es chica, y está adorable.
Por otro lado, esta película no sólo sirve para meternos en el mundo de los inmigrantes chinos y mirarlos desde la comedia, sino que ofrece otra faceta de Awkwafina, lejos de la disparatada amiga de Locamente Millonarios, o de la partenaire del protagonista en Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos. Aquí la vemos en una composición dramática que da paso a las situaciones risueñas, casi enojada con el mundo, escapándole a las otras personas en una gran interpretación. Y Sandra Oh es lo opuesto: exuberante, exagerada, casi burda. Entre las dos entregan una divertida conjunción que convierte a esta película en ideal para olvidarse por un rato de los problemas y terminar de verla con una gran sonrisa.