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Crítica televisión

Good Omens: Con la inteligencia de casi toda blasfemia

La serie de Amazon, escrita por Neil Gaiman, es una brillante sátira que se burla de las creencias religiosas con una trama muy divertida.

Good Omens 20190607
Tennant (el demonio) y Sheen (el ángel), en los mejores trabajos de sus carreras. | Amazon Prime

Calificación: Excelente.

En un mundo donde las religiones se han dedicado a domesticar a sus feligreses prometiéndoles un futuro venturoso post mortem a cambio de que sean obedientes en la vida, resulta promisorio que exista una ficción como Good Omens. Originalmente publicada como novela, constituyó el primer trabajo a cuatro manos entre los escritores Neil Gaiman (Sandman, American Gods) y el fallecido Terry Pratchett (especialista en tratar con humor la ciencia ficción y la fantasía, como en su excelente saga de Mundo Disco). Gaiman, ahora focalizado en el universo audiovisual (con contrato de exclusividad con Amazon), desarrolla como productor ejecutivo la serie coproducida por la BBC (en lo que es la mayor superproducción de la cadena británica de las últimas décadas), y no solo es fiel al libro original sino que maximiza sus virtudes. La miniserie acierta en todo: desde el casting hasta la estética, desde la trama hasta los efectos visuales.
Good Omens cuenta la historia de un ángel y un demonio (Michael Sheen y David Tennant, en los mejores trabajos de sus carreras) que colaboran entre sí en secreto desde el origen de los tiempos, y que ante la llegada del anticristo deciden intentar evitar la guerra entre cielo e infierno que implica el armagedón, por dos motivos muy simples: al ángel le gustan la comida y la música que generan los humanos (toda prohibida en el cielo, donde el consumo artístico se resume en La novicia rebelde) y al demonio le gusta emborracharse, y sin humanos no se produciría alcohol. 
Con un humor tan sarcástico como irreverente, la miniserie se dedica a burlarse de las distintas formas de la fe, y a las incongruencias que implica su acervo telúrico. Por dar un ejemplo, el demonio le comenta al ángel ante el advenimiento del diluvio: “¿Cómo, va a matar a todos incluidos los niños y los inocentes? ¿Eso no es más propio de mi jefe que del tuyo?”, a lo que el celestial le responde con resignación “Sí, parece que hoy está teniendo un mal día”.
Gaiman y Pratchett se permiten ridiculizar las creencias religiosas, sandeces como la fecha en que se creó la Tierra, y de esa forma generan tanto carcajadas como incomodidades a los fieles, que tienen ante sus ojos, en forma de comedia pero también de exposición lógica, que quizás no sea lo mejor creer que hay buenos y malos, si en definitiva no somos más que el jamón del sándwich que comerá otro.