Apenas me dijeron que Steve Levitan estaba a cargo, acepte sin dudas” dice Johnny Knoxville. Levitan, para quienes no lo saben, es uno de los cerebros detrás de la sitcom más celebrada a la hora de los premios de los últimos años, Modern Family, y su nuevo proyecto, al que Knoxville dijo que sí sin dudarlo, es Nuevo, pero no tanto (en su inglés original Reboot), que narra la reunión de una clásica sitcom de los 80, comienzos de los 90, y su troupe bajo la nueva lente de la televisión en su segunda edad dorada, con reconfiguraciones y nuevas lecturas. Es un show meta, que se ríe y no, de un formato como la sitcom, un género por preponderancia americano, y que el mismo Knoxville, aquí como actor reventando en aquellos años y en rehabilitación ahora (“Fue un esfuerzo para mi típico rol”, dice el hombre que comanda la comedia física y juvenil de Jackass, riéndose de sí mismo) cree que es algo esencial: “La sitcom es una comedia popular que define a la sociedad. Levitan ya supo reconfigurar o adelantarse a lo que el mundo haría con Modern Family. Pero ¿por qué la sitcom es tan popular aquí y en otros lados no? No lo sé realmente. Es una buena pregunta. ¿Será su ingenuidad? ¿Será que nunca podemos soltar esa idea de la familia representada en la TV? ¿Será que nuestra identidad sí está en ese formato mucho más de lo que nos gustaría? Desde que soy niño, sé que las sitcoms han estado ahí, más básicas, más conservativas, hablando a otra familia que la nuclear. Pero siempre han estado. Quizás sea la obsesión con el status quo, y el final feliz. De verdad no tengo idea”.
Knoxville, como es sabido, se ha convertido incluso a sus cincuenta años en el embajador de la comedia física zonza pero no tanto. La tradición de pisar el rastrillo intencionalmente fue elevada a un arte siempre criticado por la soez pandilla que lo acompaña, comandada por Jeff Tremaine, llamada Jackass.
Knoxville es un hombre de la comedia, que incluso ha sido un Mesías sexual en la ficción de un alterador serial como el director queer John Waters. Frente a la pregunta sobre su lugar en la comedia, considerando este rol más tradicional: “Cuando hicimos la nueva Jackass Forever, la más reciente de nuestras películas, tenía no miedo, pero si la duda: ¿podremos? ¿funcionará? Y nos juntamos, y todo fluyó, nos divertimos, hicimos lo nuestro y lo más impresionante fue la respuesta, que creímos iba a nacer de la nostalgia, ya que hace 20 años hacemos esto, sentimos que nació de varios lugares. Tuvimos un éxito que no esperabamos, y eso nos dio un poco de valor. Entonces ¿para qué te explico esto? También me di cuenta, cuando estuve en recuperación 6 meses por una lesión grave causada por un hermoso toro, que no es una mala opción (se ríe) sumar otras vetas a mi trabajo, que aunque lo quiera ver o no hay un final de de la línea a la hora de trabajar de pararte frente a mamíferos con cuernos que están enojados con tu mera presencia en ese lugar. Pero más allá de la broma, siempre he sido parte de comedias, aquí y allá, e incluso en mi primera aparición en este show, un auto me choca…así que puedes intentar sacar a Jackass del mundo, pero no puedes nunca sacar a Jackass de mi mundo”.
—En la serie se muestra el mundo de los sitcom, desde las reuniones del equipo de guión a las lecturas de cada episodio ¿qué te generó ese universo?
—Creo que algo que me llamó la atención, y que siempre me llama la atención, es la comedia con corazón. Quiero decir, está eso que me decís, sin dudas, pero no hay un recurso que se pasa de listo: es claro, y muestra cual es la broma. Es menos un chiste sobre una trastienda que mostrar un mundo. Entonces, a lo que apunto tiene que ver con que siento que en el show hay mucho corazón. Lo cual puede sonar torpe, o simple, pero la comedia con corazón es la que más me fascina. ¿Esto de parte del tipo que baila como un viejo desnudo en Jackass? Jackass está hecho de puro amor, de caos, seguro, de fluidos también, de excesos. Pero por encima de todo hay amor. Hablábamos de John Waters: su amor por el cine, por sus personajes, por los relatos, por lo alejado de los estándares define todo su mundo. El amor por el riesgo de nuestro Jackass. Y aquí, en Steve, hay un amor genuino por contar con ironía, con acidez pero también con corazón. Siento que Steve es un enamorado de las sitcom y lo que pueden ser, y eso queda muy en claro.
—¿Es un rol que te hace pensar en otros de tus trabajos?
—No necesariamente, la verdad. Por suerte, siento que mis trabajos han sido distintos. Es decir, mi carrera ha tenido otros problemas. He logrado hacer algo bastante diferente a la media, no por mejor o peor, pero sí diferente. No soy un actor que va a decir “oh, esto que vamos a hacer es muy bizarro”. He visto demasiadas cosas que alguien no debería ver en su vida en Jackass. Y aparte, siento que acá hay algo que apela a popular, que se vincula con Jackass.
—¿Que definirías como comedia popular?
—Es difícil ponerle un nombre, una fórmula. Pero básicamente juntar a al gente frente a algo y hacerla reír, sobre todo, si me preguntan, lejos del odio como motor y sí el talento como centro de gravedad. Digo, de Buster Keaton a la feria de circo, siempre se trata de una experiencia comunal, de algo que nos sienta a todos juntos a escuchar y reaccionar, y que critica algo del mundo. Insisto, prefiero no haya odio, porque no es la comedia que me gusta: creo se puede hablar de lo que te disgusta sin ser imbécil. Aunque otros crean que lo sos.
Un milagro llamado Judy Greer
Judy Greer es uno de esos rostros que definen al perfecto actor secundario: sus roles reciente en la saga Halloween o en clásicos como Si tuviera 30, son tan solo dos menciones en una carrera plagada de pequeños y maravillosos instantes (que van desde el universo Marvel a hits indies del cine norteamericano). Aquí, en Nuevo, pero no tanto, Greer asume un rol central que el mundo de los relatos le debía hace muchísimo. La misma Greer dice: “Estoy muy agradecida del papel que me ha dado Steve. Esta sitcom, esta familia de sitcom: si hay alguien que sabe como reírse de ese universo, es Steve Levitan. Yo estoy acostumbrada al universo que muestra y creo que lo muestra como pocos, que lo muestra con un conocimiento de causa que poca gente puede dar cuenta. Es divertido poder dar un paso atrás y reírse de las urgencias de ese mundo, pero también ver donde está su corazón. Es una industria que suele mostrarse como tremenda, y lo es, pero también es el hogar de muchos de nosotros, donde nos sentimos en casa y donde intentamos que el mundo sea mejor. Muchos en esos espacios donde ahora nos reímos nos sentimos en familia”. Sobre su personaje, Bree, Greer dice: “Hay algo que me gusta del show, y es la familiaridad que tienen los personajes entre sí. Es decir, crecieron juntos, hicieron una sitcom a comienzos de los 00, y tuvieron diferentes vínculos. Creo que hay algo ahí que definitivamente me conmueve. Una de las cosas más impresionantes es crecer en esta industria, vernos cambiar, por suerte últimamente para mejor, con más oportunidades, con más diversidad”.