ESPECTACULOS
SODA STEREO

La gran despedida del rock

Zeta Bosio y Charly Alberti regresan por dos noches a las canciones de Soda Stereo. Reflexionan sobre su legado, sus comienzos y la voz ausente de Gustavo Cerati.

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Aventura. Bosio y Alberti insisten que esta es la última bajo el nombre de Sdoa Stereo. Festejan su aventura juntos y hablan sobre los momentos donde se sintieron uno solo los tres juntos. | GZA. PRENSA URBAN / CEDOC perfil

Básicamente son una celebración. Van desde ese lado”, asegura Zeta Bosio. A su lado, Charly Alberti. Hablan de los shows, hoy y mañana, que dará Soda Stereo y amigos, de la gira que consideran el cierre definitivo de persiana para la leyenda que crearon junto al ausente Gustavo Cerati. La gira Gracias Total- Soda Stereo, que tuvo que frenar su marcha y su superproducción, finalmente comienza a dar  nuevos pasos. Así que hoy en el Campor Argentino de Polo, comienza, ahora sí, la despedida. Bosio sigue: “Las ganas de tocar estos temas nosotros una vez más, sobre todo viendo que la banda sigue estando muy presente en las casas, en la cabeza de la gente, en los corazones. Extrañando mucho a Gustavo y después del Cirque Du Soleil, nos miramos y nos dijimos: ¿Che, vamos a tocar estos temas otra vez? Era una forma de homenajear a Gustavo”. El set contará con éxitos, amigos y la voz de Cerati trabajada desde el estudio y adaptada al vivo. Bosio: “Sentir esa fantasía de tocar juntos devuelta por la tecnología. Poder volver a generar una mezcla entre vivo y grabación. Cuando lo hicimos acá en la sala, nos movió muchísimo”. Se suma Charly Alberti: “Es una celebración. Es una despedida. Es cerrar un ciclo. Nosotros no hablamos de homenaje, hablamos de recordar: para nosotros es eso, es una bendición y lo que nos toca hoy frente a la ausencia de nuestro amigo y hermano. No es que somos músicos prolíficos que andan tocando con varios músicos. También es un agradecimiento a nuestro público.

Esta gira nace desde ese lugar: después de haber hecho lo de Séptimo día, nos dimos cuenta, bah, la gente se dio cuenta, que hasta podía disfrutar un show sin que nosotros estemos totalmente arriba del escenario. Entonces, nos preguntaban: ¿por qué no hacen algo ustedes considerando que hay tantas bandas tocando por ahí? La tecnología nos permitió hacer ese gran show, y hacer eso. Le estamos dando la oportunidad a muchas personas que nunca pudieron ver a Soda en vivo y que aunque sea de forma virtual la presencia de Gustavo, que puedan ver cómo era eso”. Bosio describe el porque de la naturaleza de esta superproducción: “Para nosotros esto tenía que ser sí o sí en un estadio. No son muchas las bandas que lo pueden hacer eso de llenar un estadio. Y ahí es donde apelamos a esta idea de trabajar, además del Gustavo un poco virtual, la aspiración del ¿por qué los otros temas no hacemos con amigos y artistas de América Latina? Y desde la emoción de querer estar en esta situación, muchos nos respondieron felices y muy rápido con ganas de dar su interpretación. Todo nace de la emoción, del amor de la gente, de hacer las cosas bien que siempre distinguió a Soda”. 

—Hablan de despedida, de la ausencia de Gustavo, si tienen que destilar el legado de Soda Stéreo ¿cuál dirían que es?

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CHARLY ALBERTI: Creo que hemos escrito parte de la historia del rock de América Latina. A uno le cuesta ver que ha hecho o que dejó desde este lugar, a veces no paramos de sorprendernos con cosas que nos pasan todos los días: la gente que viene y te dice “che, me influiste en esto o aquello”. Hay muchas cosas que hemos hecho que han sido trascendentes en la vida de mucha gente. Es difícil entenderlo, eh.

ZETA BOSIO: Creo que desde este lado, del lado de haber hecho estas cosas, sí siento que dejamos la valentía de afrontar situaciones distintas y nuevas. Los desafíos. El poder adaptarnos a las situaciones. Una forma de hacer las cosas a fondo. No fuimos una banda conformista. Disco a disco siempre nos desafiamos y también show a show. Nunca tocábamos el disco tal cual lo habías escuchado en tu casa. Creo que esas cosas han ido quedando, nuestras formas de trabajar siguen incluso ahora. Este desafío es parte de eso.

A: No está ni pensado ni es el objetivo de esto el seguir sin Gustavo. Queremos generar este espacio para que nosotros y el público podamos disfrutar esto por última vez. ¿Qué puede llegar a pasar a futuro si Zeta y yo nos juntamos? Si sucede, no creo que sean estadios. Nunca me permitiría no volver a tocar a Zeta. Pero este proyecto comienza y termina acá. Es un gran regalo eso. 

—¿Cuánto pueden imaginar que diría, o que no, Gustavo en los ensayos de este show? ¿Esta esa voz en el aire todavía?

B: Estuvimos mucho tiempo ensayando y eso…

A: Eso es fundamental: Soda era una banda que ensayaba todos los días del año. Inclusive sábados y domingos, de las 15 a las 20. Salíamos de noche, juntos, y nos la recontrapegabamos, y las 15 tocas roto en la sal.

B: Era una cosa religiosa. Era nuestra vida. Al final, en los últimos discos, éramos un organismo. Uno movía un dedo, y el otro sabía que tenía que mover el codo.

A: Los tres éramos uno.

B: Para ver una hora y media de shows, nosotros ensayamos meses. Pase más tiempo con ellos que con mis hermanos. 

A: Muchos de nuestros temas eran zapadas. Planeador, por ejemplo. Gustavo le puso letra, Zeta le puso el bajo. Eso habla de una mancomunión y una forma de trabajo extrema. Podíamos hacer cualquier cosa. Es maravilloso. Eso no lo perdimos.

—¿Qué le dirían a esos Soda Stereo que ensayaban de 15 a 20 todos los días?

A: Lo bien que hicieron. Porque es la única forma en la que creo, creemos, que las cosas se pueden lograr. Hacer una banda requiere de mucho trabajo. Todo requiere de mucho trabajo. Cada una de esas horas los tres juntos, solos, tocando, fueron muy valiosas y muy importantes para todo lo que hicimos. Las cosas no salieron de casualidad. Todo salía después de mucho trabajo. Llegamos a grabar un disco, y las letras no estaban, y nos costaba. No nos sobraban temas. Era mucho trabajo. Pero así nos convertirmos en una máquina de hacer música.

B: Gustavo lo reconoció varias veces: no es que seamos buenos músicos, hay mucho trabajo. Y así lo logramos, así lo convertimos en otra cosa. La dedicación a plenos, esas horas. Para nosotros, cuando nos metemos en este mundo, de total entrega, es por eso que tenemos que hacerlo una vez, y dejarlo ahí, y seguir con la vida normal. 

—¿Les quedaron canciones en el tintero, creaciones que les hubiera gustado que terminara Gustavo?

A: No, no, como te dije antes: llegábamos con lo justo. Y decí que durante mucho tiempo los discos podían tener ocho temas. El vinilo era una bendición.

B: No nos meteríamos nunca en algo así sin Gustavo. Volver a sentir el poder de estas canciones en un estadio es más que suficiente.

 

La emocion de la epica y la vida juntos

—¿Qué los emociona de Soda Stereo? ¿Qué recuerdo, instante, idea, obra los hace sentir que hay algo que los conmueve de solo recordarlo?

A: Un sueño hecho realidad. Un sueño que pudimos cumplir. Un sueño de tres amigos que ensayan horas y horas. La amistad de tres amigos y su amor por algo. La gira de 2007 fue una gira muy sanadora para nosotros. Tuvimos una carrera espectacular siendo muy chicos, crecimos juntos (yo me pasé más tiempo de mi vida con Zeta y con Gustavo), entonces, en 2007 pudimos más grandes entender que éramos una unidad y que teníamos ganas de estar juntos. Después, por supuesto, millones de recuerdos. Es un sueño cumplido casi a la perfección.

—¿Es imposible no sentir una emoción muy grande frente a estos shows? ¿O cómo se vive una nueva despedida, que se siente definitiva y que es algo muy particular en la historia de nuestro rock y el rock latino, que ustedes ayudaron a configurar?

B: Esto que está pasando pensamos que no iba a pasar jamás. Y eso lo digo teniendo en cuenta pensando en muchas cosas. Estábamos dispuestos a afrontar los desafíos. Pero hay algunos muy fuertes, otros felices. Pero hay una verdad que descubrirmos ahora. Y eso tiene que ver con que nos volvimos a hacer fuerte nosotros dos extrañando mucho a Gustavo, y eso es parte de esa energía. Entonces ahora, después de eso, después de una pausa, nos toca volver a ser felices viviendo este sueño, porque esto nunca se nos escapa de la vista y de la imaginación, o de la realidad: todo esto no deja de ser una fantasía.