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La remake como una de las bellas artes pop

Hollywood suele ser acusado de poca originalidad por repetir fórmulas, estirar la vida de franquicias e intentar vender la propiedad intelectual que se cruce en su camino. Todo lo contrario sucede en el mundo de los videojuegos. Allí los relanzamientos y las remakes no solo son moneda corriente, sino celebrados, prueba de un legado cultural reciente y un enorme éxito comercial.

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Videojuegos. Las remakes otra vez en acción. | cedoc

Una y otra vez se oye una queja: Hollywood ha perdido la originalidad. El puchero cultural apunta, no sin razón, a la tendencia, si no vicio o tic, de Hollywood a reciclar cine o series o estirar franquicias pop con cierto valor (que puede ir desde los centavos de Los ángeles de Charlie a los miles de millones de marcas como Marvel, Rápido y furioso o James Bond, pasando por los reseteos de Disney de sus clásicos animados). Frente a una nueva película de Batman (o Guasón, bueno), la queja es instantánea. Pero hay una industria cultural que hoy, y siempre, celebra la remake o la actualización (literal en este caso) de los productos que han definido su pasado, sus grandes éxitos: los videogames.

En el terreno de los videogames, la remake es considerada algo a ser celebrado. El ejemplo más cercano es el próximo lanzamiento, el 10 de abril, de Final Fantasy 7 Remake, que revisita el clásico juego lanzado en 1997. La pregunta básica, entonces, frente a la ansiedad y noticia que genera la primera parte del clásico reconfigurado es: ¿qué implica una remake o remasterización en el mundo de los videogames? La respuesta es simple, y no tanto. Del lado más básico, aquel que salta a la vista para el jugador profesional o el neófito, implica una puesta al día de sus gráficos aprovechando la tecnología de las consolas (sea PS4, XBox o la Nintendo Switch, entre otras). En una segunda instancia, esa puesta al día puede implicar tan solo esa nueva imagen sobre la vieja forma (remasterización) o, a veces, permitir una jugabilidad si no nueva (recuerden: son clásicos cuyas formas de ser jugados son fundacionales) sí alterada acorde a pequeñas modernizaciones (configuración de los mandos, velocidad actual de la narrativa de los juegos). Y, a veces, cuando se ponen jugosas las cosas, esa reconfiguración implica sumar algunas cosas, desde niveles o rincones a recorrer hasta sorpresas.

La cultura de los gamers desea la actualización de los clásicos que definieron al medio

Vale entender que las ventas previas de Final Fantasy VII Remake, cerca de los 100 mil millones de dólares, muestran aquello que Hollywood barre bajo la alfombra y vende igual, la cultura geek cuando gamer, cuando fans de los juegos, a) consume tanto como el público del cine (en 2019, el Call of Duty: Modern Warfare hizo 600 millones de dólares en tres días), y b) festeja la reinserción laboral de sus clásicos. Nintendo, experto en remakes y reconfiguraciones con su clásico fontanero saltarín, Mario, vendió en 2019 4 millones de copias de The Legend of Zelda: Link’s Awakening, el regreso a un juego de 1993.

Cuando Capcom editó la remake de su clásico de 1998, Resident Evil 2, vendió 5 millones de ejemplares (superando las ventas durante toda la existencia del juego que ponía en circulación nuevamente: algo que deja en claro que las nuevas generaciones gamers abrazan estas propuestas). En un momento donde el mundo está listo para redescubrir las diversiones de sillón. las remakes tienen una oferta que va desde íconos como Sonic, Pokémon o Mario a pasiones de culto como The Secret of Monkey Island, pasando por placeres gamers como la saga del dragón Spyro, la aventura de Metroid, los saltos del Crash Bandicoot (remake con más de 10 millones de ventas) y así la lista que ya está pegando la vuelta y buceando en hits que cumplan un aniversario de más de diez años (Guitar Hero, por ejemplo). Aquí van diez remakes y remasterizaciones cruciales del medio.

 

1.- Mortal kombat (1992-Presente)

El juego de pelea más popular de la historia (perdón, Street Fighter) sufrió un rato largo su propia leyenda. Su clásico estilo de combate mano a mano que finalizaba en un movimiento gore y absurdo (con una sonrisita en su crudeza gráfica) quiso ser moderno, quiso ser demasiado (un juego donde se suma a los personajes de DC Comics) y fue perdiendo su pedigrí. Era MK, sí, era extremo, pero se sentía dócil, sin euforia. Eso fue hasta que después de spin-offs y secuelas llegará el Mortal Kombat X, y las cosas se pusieron en orden. Clasicismo, volver a una violencia de cartoon y jugar con íconos del cine fue la solución.

2.- Final fantasy VII (1997-2020)

Square Enix, la compañía detrás del asunto, permitó (hay que considerar que venía con años de demora) que se pudieran jugar unas horas del esperado Final Fantasy VII Remake este verano (el juego completo llega en abril). El clásico de 1997 había definido una era del gaming y un paradigma para los juegos RPG (un estilo dentro de varios disponibles). Ahora, la tierra prometida que era esta remake se confirma como tal: los gráficos implican no una reescritura, pero sí la puesta en evidencia del potencial visual que ya existía en el juego. Todo adquiere una belleza casi nueva y además se juega como si fuera algo nuevito.

3.- Legend of Zelda: link’s awakening  (1993-2019)

Zelda es un clásico RPG, uno de esos juegos que quienes no tiene kilometraje en el gaming deben procesar: ni pelea mano a mano, ni carrera, ni saltos, ni fútbol. La saga de Zelda ha definido grandes logros de Nintendo y uno, de tantos, de varias remakes, llegó con Legend of Zelda: Link’s Awakening y su aterrizaje el año pasado en la consola Nintendo Switch. El juego originalmente en la Game Boy, allá por 1993, ya fue una celebración del videogame de rol favorito de una generación. La remake apeló a unos gráficos al estilo de un diorama adorable y creó así un juego casi único en su concepción. Dentro de una saga experta en remakes, aquí está la más preciosa de todas.

4.- Shadow of the colossus (2005-2018)

Si hay una fascinación quijotesca que los videogames han sabido suplir (o incentivar), esa es sin dudas la idea de pelear con criaturas que poseen, mínimo, 2 mil veces nuestro tamaño. En una época, había un juego que había representado esa proeza David versus Goliath (más diseño alucinado de Godzillas varios) y su nombre era Shadow of the Colossus. Fue una de las glorias de la PlayStation 2 y demostró, si importara, que el diseño de los videogames es más que algo para un gueto de fanáticos: puede sobrepasar, y lo hace seguido, a los films XL que Hollywood escupe sin alma jueves a jueves. Su remake aprovechó la época para mejorar aquello que ya era una montaña de ideas.

5.- Spyro the dragon  (1998-2018)

Ok, esta es la misma línea que Crash Bandicoot, el marsupial saltarín también nacido en la Play. Pero su look a lo Teletubbie no le hacía justicia a su potencial como gran juego. O sí. Pero se jugaba a escondidas. Spyro Reignited Trilogy vino a demostrarnos cuán equivocados estábamos. Spyro era el dragón violeta cute de un aceptable juego de plataformas 3D, y en la trilogía comprimida en 2018 mutó en ¡un dragón violeta cute de un invencible juego de plataformas 3D! Pocos casos dejan en claro la capacidad de reciclaje de los videogames (incluyendo aquí banda de sonido de Stewart Copeland, para no andarse con chiquitas).

6.- Pokemon: let’s go, Pikachu! / let’s go eevee (1996-2018)

Pokémon es otra franquicia muy ducha en lo que implican las remakes. Pero el caso de Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y el Let’ s Go, Eevee! es distinto. Mezclando formas clásicas de jugabilidad de los games de Pokémon, Kanto tomó Pokémon Yellow, Blue y Red (los tres juegos de Pikachu de mediados de los año 90 que fueran una puerta de entrada generacional al gaming) y sumó la mecánica del famosísimo Pokémon Go! Y entonces, más allá del salto evolutivo en sus diseños visuales, logró un acercamiento novedoso a una usina de diversión y de ideas acerca de la franquicia. Y sí, los Pokémon en tres dimensiones siguen siendo una adicción como pocas. 

7.- Oddworld (1997-2014)

Cuando dio sus primeros, bueno, pasos (entre otras cosas que salían de su cuerpo) allá en 1997 con Oddworld: Abe’s Oddysee devino una maravilla que sorprendió. La versión de 2014, Oddworld: New’n’Tasty, superó la frontera de ser una mera actualización. Visualmente, sí, claro, una puesta al día que respetaba esa sensación a stop-motion soez del original. Lo que se generó fueron nuevos desafíos, desde rompecabezas originales hasta las famosas muertes estrambóticas que caracterizaron a la saga. De esa manera, el juego que mezclaba plataformas con ingenio fue revitalizado para una nueva vida y este año se espera una nueva secuela de alta gama.

8.- Crash bandicoot (1996-2017)

El marsupial favorito de quienes jugaron de primera mano, allá por 1996, su juegazo en la primera PlayStation parecía finalmente ido. Tres juegos de plataformas, a puro salto, y varios de carreras después, todo parecía haber finalizado. Está en la liga de Mario y Sonic a la hora de cariño entre gamers que crecieron con sus juegos. En 2017 llegó Crash Bandicoot: N. Sane Trilogy, que no era otra cosa que la posibilidad de revisitar los tres primeros juegos de Play pero con bienvenidas alteraciones. Más allá de la alegría visual ahora hecha textura perfecta, las mutaciones entendían la mentalidad gamer actual y mejoraron un juego que merecía este salto.

9.- Resident evil 2 (1998-2019)

Capcom sabía lo que hacía cuando para una consola con pena y poca gloria ya hacía la remake de su invencible mezcla de RPG, acción y horror, Resident Evil (¿vieron las decenas de films y ficciones basadas en esta saga? Así de grande fue su éxito a base de encierro, zombies y monstruos diseñados). Pero las cosas se pusieron considerables, o aun más cruciales, cuando Capcom lanzó el año pasado la remake de Resident Evil 2. Lo que antes era más terrorífico por sugerente, ahora lo era por impacto visual, y por permitir que aquello kitsch que rondaba por el aire saliera en forma de pesadilla. Un cambio de perspectiva e inventiva para el horror fundacional.

10.- Metroid (1991-2017)

El segundo game de la saga Metroid, Metroid II: Return of Samus, es una prueba díficil incluso hoy. Allá por 1991 se convirtió en el juego sci-fi de acción y aventuras, de armaduras tecnológicas y disparos contra monstruos antediluveanos por excelencia. En 2017, Nintendo decidió lanzar Metroid: Samus Returns para la consola portátil 3DS, una remake de aquella maravilla/pesadilla. Pero este es uno de esos raros casos donde hablamos de mucho más. MercurySteam le dio el mando a Yoshio Sakamoto y él reescribió, en esos pequeños centímetros que se podía, la jugabilidad de aquel clásico. El resultado: el mejor juego de la saga de la gran Samus Aran.