Hoy se estrena en los cines la película de Disney Mansión Embrujada, protagonizada por Rosario Dawson, Owen Wilson y Danny DeVito, y dirigida por Justin Simien. Es una propuesta es entretenimiento puro para toda la familia con sustos, sorpresas y mil fantasmas que acompañan la amena trama.
Inspirada en un juego de los parques de diversiones de la mega empresa, esta versión es superior a la que nos dejó Eddie Mutphy hace 20 años (sí, 20 años ya!) que podés ver en Disney +: Con una mirada 2.0 a la idea de que varias personas queden atrapadas en una casa embrujada de la zona del Mississippi, atrae desde el planteo moderno de una madre sola con su hijo, que se instalan en la casona e involucran a un variopinto grupo de cazafantasmas para que los ayuden: desclasado por amor, a un estafador, a un profesor jubilado y a una médium que es pura cháchara. Junto a al niño, que parece más caricatura que una persona real, van a intentar expulsar a los casi mil fantasmas que viven allí, dominados por uno malvado y poderoso, para que madre e hijo puedan vivir con tranquilidad.
Aunque está situada en la actualidad, el aspecto de todos los personajes vivos es atemporal, como de los años ’30, a tono con los interiores de la casa. El guión de Katie Dippold lleva muy bien a los humanos a combatir cuerpo a espíritu en los confines de esa morada, con trucos visuales maravillosos y muy creíbles (gran trabajo de por el director de fotografía Jeffrey Waldron, del montajista Phillip Bartell y del supervisor de efectos visuales Edwin Rivera), que la acercan más a un largometraje de aventuras que a una peli de terror.
En cuanto a las actuaciones, Dawson siempre está perfecta, y aquí muy bien acompañada por un sensible LaKeith Stanfield como el desclasado, que pasa por todos los estados de ánimo en la película; una sorprendente Tiffany Haddish, muy efectiva como la médium; Danny DeVito perfecto y cada vez más chiquito; y muchos nombres conocidos en los roles espectrales, especialmente Jamie Lee Curtis como Madame Leota y un irreconocible Jared Leto como el fantasma malo Crump. Y Owen Wilson, bueno, es Owen Wilson, siempre está bien, y cuando hace de bribón tierno, mucho más.
Sin dudas llevará público a las salas, principalmente a los que quieren disfrutar con un entretenimiento que los haga pasar por todos los estados de ánimo a lo largo de dos horas que se pasan volando. Y salir sonrientes de la sala. Lo que se dice un buen espectáculo.
