María Julia Oliván integra el panel de Intratables (América) desde julio. “Al principio pensaba que era todo de espectáculos, y con el pasar de los programas me di cuenta de que era un espacio de muchos debates, y hay cosas piolas para decir”, analiza.
—¿Qué función cumplís?
—No tengo un título. Sí sé que nunca dejé de ser yo como periodista y persona. Creo que mi mirada va con el tema de género, contra las estigmatizaciones que hay respecto a las mujeres.
—¿La tele sigue siendo machista?
—Sí. Y este programa es piolísimo, rupturista, no somos adornos, estamos ahí porque tenemos carrera y no un lindo cuerpo. Y Santi (Del Moro) es un gran conductor que permite abrir el juego, en un canal dirigido por una mujer, Liliana Parodi. Igual, hablo con mis fuentes, dueños de medios, directores, gente de poder, políticos, siempre hay una gota machista. Para acceder a ciertos lugares ya no basta con ser buena en tu laburo sino que queda en claro que debés tener una relación con alguien de poder. Podés vivir situaciones de acoso, como me pasó con un político.
—¿Sí?
—Sí, no voy a decir quién, pero fue hace diez años cuando era ministro. Hace un tiempo me pidió perdón.
—¿Es un retroceso pasar de conductora a columnista?
—No. Todo lo que hice en mi carrera nunca fui para atrás. No acepté estar por una necesidad económica, y poder aggionarme y seguir haciendo periodismo es un desafío.
Tras bajarse de la conducción de 6,7,8 escribió el libro 6,7,8. La creación de otra realidad (2010) con el que agotó la primera edición de 8 mil ejemplares. “Me costó hacer prensa. Lo hice y lo deje ahí. No soy nostálgica ni busqué guita. Termina y sigo con otra cosa”. Y responde: “No sé si pagué un costo por 6,7,8. Sí creo que había más equilibrio, no todos estábamos de acuerdo con todo”.
—¿Qué creés que va a pasar con tus ex compañeros de “6,7,8” y Diego Gvirtz luego de diciembre de 2015?
—Absolutamente nada. Quizás tengan menos trabajo aquellos que basaron su carrera en medios estatales, van a sentir ese cimbronazo y se reacomodarán en otro lado, al igual que los actores que jugaron para el kirchnerismo. Van a estar en otro lado. Se reciclarán. Todos nos reciclamos.
—¿Y Gvirtz?
—No creo que no sepa cómo rearmarse en relación con un nuevo gobierno. Lo tiene pensado. Es súper inteligente y podrá sobrevivir sin el kirchnerismo, así como fue inteligente para proponer un programa tan funcional a lo que estaba necesitando el Gobierno en su estrategia comunicacional.
Ex periodista de Día D, Argentinos por su nombre y La Liga, Oliván dice que Periodismo para Todos “es muy Lanata. Es el mismo personaje que conocí, con más infraestructura: avión privado, 25 personas en la producción, y rodeado de periodistas que tienen ideales y están entusiasmados con hacer denuncias, jóvenes, y que lo tienen muy arriba, como me pasaba a mí”.
—¿Es ético que Lanata trabaje para Cristóbal López en 2014?
—Es loco, porque lo ha denunciado. Lanata es un empresario-periodista, y hace ese tipo de jugadas para seguir teniendo aire. Lanata juega al juego de mercado de medios. No es clarinista, sino que siempre se construye y crece siendo opositor.
“Me siento deseada”
—¿La maternidad es una asignatura pendiente?
—Con mi anterior pareja buscamos, quedé embarazada pero lo perdimos. No tengo ningún problema para ser madre, pero no lo vivo como un objetivo. Lo importante es ser feliz.
Todos los días, a las 9, Oliván, 38 años, hace la columna de política en LT 9 de Rosario. Luego se encarga de cuestiones de contenido y administrativas de su blog www.mariajuliaolivan.com.ar, que fue creciendo paulatinamente, con un tráfico de 15 mil visitas mensuales y diez marcas que lo auspician. En Twitter tiene 32 mil seguidores. “¿Que me dicen gorda? A los que me bardean no les doy bola. Siempre fui gordita, y si bien hago deportes nunca fui una obsesiva del cuerpo. Me siento deseada, siempre tuve buenos novios y gente linda a mi alrededor”.