ESPECTACULOS
Iliana Calabró

“Mi marca registrada es la prolijidad”

Profesional todoterreno, acaba de estrenar Buen Plan, un magazine que va todas las tardes por Net.

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Debut. La famosa actriz llega como conductora al nuevo ciclo lleno de información. | gza. prensa ale benevento

Su nombre, Iliana, fue el capricho de su madre, quería que su hija se llamara como una princesa rusa. Pero fue su padre, Juan Carlos Calabró, quien consiguió la autorización necesaria. Este relato lo hace con su habitual simpatía la protagonista de la historia. Actriz, vedette, conductora, cocinera, madre y seguramente dueña de más facetas que aún no conocemos, Iliana Calabró está conduciendo Buen Plan, de lunes a viernes de 14 a 16 por Net TV. 

—¿Qué te atrae de la conducción y por qué elegiste Net TV?

—Me siento muy identificada con este programa. Todos los temas que tocamos me interesan y me gustan. Atrapa a todos los que nos ven. Nos comparaban con Cocineros argentinos, pero ellos tienen muchos años en el aire y nosotros recién empezamos nuestro recorrido.

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—¿Estudiaste actuación en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático?

—Sí, y me recibí con muy buenas notas. Me encantaba estudiar. Tuvimos un lujo de profesores, porque fuimos la primera camada durante la democracia. Hice un curso de técnica vocal con Susana Rinaldi. Todos se acercaban a colaborar y eran muy representativos de nuestra cultura. La carrera la hice con Silvina Bosco (fallecida en 2019). Tuve entre mis compañeros a Gabriel Goity y Jorge Suárez. Empezaron haciendo pequeñas intervenciones en El contra, aparecían como novios míos.

—¿Cómo debutaste en el teatro comercial?

—En el Conservatorio hice la muestra de fin de año con Lorena Bredeston. Nuestros padres fueron a vernos. Justo se estaba armando la temporada de Mar del Plata y Guillermo (Bredeston) me propuso para un pequeño papel. La comedia se llamaba Debajo del tapado nada, con mi papá y Darío Víttori. Un día se enfermó Ginette Reynal y la reemplacé. 

—¿En qué momento y por qué aparece la vedette?

—Siempre trabajaba bajo las alas de mi padre, haciendo cine, teatro y televisión. Sentí que quería transitar por otros personajes. Con mi espíritu inquieto quise hacer algo más transgresor y provocador. Todo empezó con una producción de fotos para la revista Caras, eso ayudó para que me tuvieran en cuenta para las revistas. Hice Terminestor de Jorge Guinzburg, junto a Miguel Angel Cherutti y Jesica Cirio (2005). Hacíamos de amazonas y se me ocurrió sellar la paz besándonos. Nos dijeron que Carlos Paz era una plaza muy conservadora. Finalmente los convencimos y fue el inicio para instalar el lesbianismo dentro de los medios. Seis años después llegó el matrimonio igualitario. 

—Con mucha experiencia en los realities, desde “Cantando por un sueño”, “Bailando” y “MasterChef Celebrity” (2020): ¿qué balance hacés?

—Me siento cómoda, pero hubo un cambio, una evolución. Sabía que no iba a ganar, por eso imprimí show a la previa para poder durar algunos programas más. Así empecé a llevar comida que sirvió para jugar. Creí que MasterChef era menos reality, pero cuando llegó aquí se priorizó más el show. Pensé que me iba a ir mejor. Cada vez que una se expone en público soy consciente y busco brindarme de la manera más acabada, por eso busco vestuario y accesorios. Me gustaba ponerle lo temático. Mi marca registrada es la prolijidad.  

—¿Y el teatro?

—El año pasado hice en Villa Carlos Paz Perfectos desconocidos, la idea era traerlo a Buenos Aires, pero nos agarró el cierre de los teatros. Ahora estoy ensayando Dígalo con mímica escrita y dirigida por Nelson Valente. En el elenco están: Andrea Politti, Carlos Belloso, Diego Gentile, David Masajnik y Gabriel Beck. Se está postergando el debut, pero no tenemos fecha de estreno todavía. Es una comedia muy divertida que ayuda a ver las actitudes cotidianas que tenemos.

 

El humor de papá

Hace ya mucho tiempo que Iliana dejó de ser solo la hija de Juan Carlos Calabró. Confiesa: “Creo que ahora hay una revalorización del humor de mi padre. Siempre hizo un humor sano, más allá que en su momento se lo acusaba de demodé. Tanto en la revista como en la televisión nunca ofendió, ni descalificó al otro. Cobró más vigencia ahora que él no está, porque se volvió a lo más sano y naïf. Cuesta más hacer reír cuando no se busca las malas palabras o la grosería”.

Por el contrario, los hijos de Iliana eligieron otras profesiones. Asegura: “Los incentivé para que estudiaran lo que los hiciera feliz, para que disfrutaran con el trabajo. El mayor, Nicolás, estudió Turismo y Hotelería, ahora está viviendo en Brasil y el menor, Stéfano, está cursando la carrera de arquitectura”.

Toda su familia vivió de cerca la dictadura. Recuerda: “Fui a la escuela Cangallo, que era bastante transgresora. No aceptó sacar textos de la bibliografía y muchas veces aparecían los de gendarmería para revisar, porque había avisos de bombas. Cuando mi padre estaba haciendo la revista Sexitante, junto a Susana Giménez y Osvaldo Pacheco, en 1982, incendiaron el teatro. Recuerdo esa noche la tristeza de mi padre y mi familia. Creo que él hizo la carrera que hizo porque tenía a mi madre (Coca) siempre apuntalándolo. Mi papá se encargó en su paso por este mundo de dejar un consejo, algo para ayudar. Era una persona verdaderamente de bien, por eso el que lo conoció tiene un buen recuerdo. Me lo dicen siempre los encargados del barrio”, finaliza.