Sigourney Weaver le dice muy clara a PERFIL: “Hollywood no existe más”. Lo extraño es que su presencia en Hollywood ha sido fundamental para generar una nueva escuela de roles femeninos, sobre todo si pensamos en la teniente Ripley de la saga Alien, uno de sus primeros cruces con James Cameron. Hoy, director y actriz, vuelven, y regresan con el estreno de Avatar, el camino del agua, la continuación de la película que todo lo cambió justo antes de que, claro, todo cambie en base a las plataformas y la sobreabundancia de propiedades intelectuales. Pero sigamos la teoría de la leyenda: “Hollywood no existe realmente. Es una palabra un poco vieja si he de ser sincera. Siento que la industria, si bien entiendo a que apuntas, es global y las plataformas han permitido eso. Se produce en todo el planeta, y con calidad en todo el planeta. Siempre fue así, pero siento hoy todos los mercados lo entienden. Todos los que aman el cine lo entienden. Hay películas de bajo presupuesto de terror que alteran el paradigma de estreno en Estados Unidos, basado en grandes costos de promoción, o directores haciendo su película soñada gracias al presupuesto que hoy se les da a los autores. Claro que no es un escenario ideal, y que hay problemas, sobre todo de distribución”.
La actriz de Gorilas en la niebla, ganadora del Oscar, suma entonces a esa idea inicial: “ no dejo de creer que entendemos muchas cosas hoy que antes no. Entendemos que necesitamos diversidad, entender otros cines que el de nuestro país y el que sale de ‘Hollywood’, entendemos que la película que vemos nos necesita, sea en sala o en plataforma. Creo que Hollywood ya no es la base de poder que solía ser. A mi me costaba mucho ser parte del sistema de estudios, por siempre le agradecí mucho a Jim Cameron y otros autores toda la confianza que tuvieron en mí en su momento. Siento que hoy hay un circuito independiente establecido donde me siento más cómoda. Hay problemas de distribución, y de muchas índoles, pero creo es importante hablemos de cine, porque eso implica hablar hoy que somos como cultura global”.
—¿Qué crees que los relatos, sean del tamaño que sean, pueden realmente hacer por el mundo en este momento tan particular?
—Creo que los necesitamos más que nunca. Necesitamos historias más que nunca antes. Porque los desafíos que enfrentamos como sociedad, como sociedad global y como sociedades individuales, son muy grandes. Son importantes, y se sienten cruciales para el futuro que queremos, como personas, como comunidad. Se acabaron los días del individualismo. Y todavía no nos damos cuenta. Tenemos guerras, peligrosas como nunca antes debido a las armas que pululan el mundo, tenemos un cambio clímatico que cualquier rincón del planeta se da cuenta que es real, tenemos deforestación que no aporta nada a la causa anterior y le quita a generaciones futuras. Realmente estamos muy fuera de sintonía con lo que el mundo necesita de nosotros, con lo que tomamos del mismo. Tenemos refugiados sin hogar, otra vez. Tenemos un avance de la derecha, aterrador, en varios países. Por eso, está película, sin ser una solución, es una película que habla de una familia, de una que lo es de forma tradicional pero también de forma no tradicional, y las peleas generacionales del film implican, en gran parte, las peleas generacionales de nuestro planeta. Los niños tienen mucho que decir, de manera extraña en Avatar: El camino del agua yo soy uno de esos niños. Ví la película hace poco, es una experiencia increíble, inmersiva, que cree en el cine, que cree en lo que podemos pensar y sentir desde el cine. Lejos de decirnos que pensar, como todo, como todo aquello cooptado, aquí hay una película que cree en la maravilla de la familia, de la naturaleza, de la belleza. Yo creo que hoy eso es muchísimo.
—Definitivamente, nada es igual al momento del estreno de “Avatar”, hace 13 años Habiendo trabajado con él muchas veces, ¿qué crees que un director como James Cameron representa entonces en este todavía demasiado nuevo esquema?
—Cameron desde que empezó a hacer cine siempre ha sido un cineasta distinto al resto. De eso no hay duda, basta con ver Terminator, o cualquiera de sus películas. Siempre quiso ir más allá con el cine, y tomar modelos industriales y generar cosas nuevas, con conciencia de pasada, de legado, pero nuevas. Sabemos que pocos directores han hablado como él con la audiencia. Y que lo han hecho de forma exitosa, y más importante, personal. James conoce cada trabajo detrás de la cámara. Ha hecho todos los trabajos posibles detrás de la cámara. Entonces, que su film sea ambicioso no tiene nada que ver con lo que quiere lograr en pantalla. Quiero decir, con demostrarse algo. Tiene que ver sí con lo que quiere contar: es una película que quiere despertarnos, que quiere entendamos que la falta de alimento, de agua, de refugio es algo más cercano de lo que creemos. Y que lo que hacemos como espectadores, primero, y como ciudadanos del mundo después, es muy importante. Todas estas cosas que quiere contar, implican un montón para él. Jim siempre ha vivido en su mundo, con películas poderosas, bien contadas, que son experiencias únicas. Ahora quiere que nosotros vivamos el mundo desde su cine.
—Tu regreso, como mencionaste, es particularmente extraño: tu personaje en el primer film, falleció, pero aquí interpretas a una niña con una conexión muy particular a aquel primer personaje. ¿Qué implica para vos volver a una de las películas hito más reciente de la historia del cine mainstream?
—Por suerte, como decías, hay una conexión entre mis personajes en ambos films. Imaginate que cuando me hablaron por primera vez, allá en 2010, tanto tiempo atrás, mi primera pregunta fue: ¿cómo hacemos esto? Nuestra idea fue antes que nada un personaje, alguien, una niña, que estaba más cómoda viviendo en el bosque con las sus criatuturas, sus plantas y su fauna. Pero Jim tomó esa idea, y decidió, como siempre, expandirla, quiso crear un personaje mucho más complejo que esa mera idea. Entonces comenzó a dotarla de cosas maravillosas, maravillosas de contar, y maravillosas de ver en pantalla. Y, claro, sus problemas, siempre presentes. Fue hermoso poder interpretar a alguien que no es otra cosa que una real adolescente, y lo es en la mayoría de sus aspectos, pero que posee dones que realmente nadie más comprende. ¿Cuántas veces más en mi vida podré interpretar a una adolescente en mi vida? Me siento tremendamente honrada, excitada y, por supuesto, aterrada. Pero por suerte tuvimos muchísimo tiempo para prepararnos. Hasta volví al secundario para escuchar como hablan, a la hora de los tonos los adolescentes hoy.
Las palabras de Cameron
En conferencia de prensa, James Cameron, leyenda en vida del cine mainstream que todo lo ha contado, recibió, por supuesto, la pregunta más obvia: ¿por qué seguir el universo de Avatar? Su respuesta como siempre fue tan particular como contundente: “Bueno, esa es una pregunta interesante, porque le parece obvio a todo el mundo ‘hicimos mucho dinero con la primera, hagamos una secuela, ¿no?’. Pero cuando Stephen Spielberg no hizo una secuela a E.T El extraterrestre, en su momento la película más taquillera de la historia, ¿no? Parece simple, pero no es fácil capturar algo así dos veces consecutivas. Hay mucha expectativa. Pero lo cierto es que tenemos un cast increíble, entre aquellos que volvieron, y hasta encontramos la manera de traer devuelta a Sigourney Weaver. Entonces logramos reunir a esta hermosa familia de artistas e intérpretes. Entonces, por más que veas cien personajes, generalmente son 10 actores. (Se ríe). Pero somos un grupo pequeño, que se quiere mucho. Y encima logramos sumar a Kate Winslet, y fue de inmediato sentir todo aquello que sentimos en la primera película. Ese fue el gran incentivo para mí a la hora de volver y hacer todo esto nuevamente”. Más allá de la celebración por cast, Cameron suma: “Dicho esto, es importante para una secuela hacerle honores a aquello que el público amó de la primera experiencia. Pero también, ya saben, sacudir esas mismas expectativas, hacer cosas inesperadas. Hay que experimentarla, sí o sí. Al mismo tiempo, es una película que va mucho más profundo, a la hora de las emociones y del corazón”.