ESPECTACULOS
Coldplay

Tímidos, formales y muy poco "rockers"

Son la banda británica del momento. Estuvieron ocho días en Buenos Aires y dieron tres recitales. Chris Martin lidera el grupo, pero reparte en partes iguales todo lo que factura. Se opuso a plegarse a la campaña antipapeleras antes de interiorizarse de los motivos del conflicto argentino-uruguayo. Tomó jugo de naranja y cerveza nacional, firmó autógrafos sin vallados de seguridad y anunció que escribirá una canción sobre Maradona.

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Colmaron el Gran Rex y vendieron 9.801 entradas en un par de horas. | Santiago Cichero

Parecen ser muy buenos chicos. ¿Hay algo que los saque de sus casillas?
—Aquí, en la Argentina, nada puede molestarnos.

Pero si los integrantes de Coldplay, la agrupación inglesa que se formó en 1998, hubiesen podido adivinar el futuro, tal vez habrían contestado: “ Los periodistas”. De nada sirvió el buen humor de los músicos ni sus chistes evasivos. La conferencia de prensa que se realizó el jueves pasado en el Hotel Faena –donde los integrantes de la banda se alojaron desde el sábado hasta hoy, que parten rumbo a Brasil– terminó luego de que el cantante Chris Martin se sintiera incómodo con algunas preguntas y decidiera finalizar con el encuentro. Antes, aseguraron que estaban fascinados con Buenos Aires, que les gustaría escribir una canción sobre Diego Maradona y que su próximo disco, sobre el cual Martin bromeó en Chile al afirmar que “ hablaría sólo sobre sexo”, aún se encuentra en una etapa muy prematura.

—¿Por qué no adelantaron temas de su próximo álbum en los shows?
BERRYMAN (bajo): Nunca dijimos que lo haríamos. Estamos trabajando en el disco, pero ahora con la gira tomamos un poco de distancia del proyecto.

—¿Por qué tocaron en un lugar chico como el Gran Rex?
MARTIN: Estamos satisfechos porque siempre nos presentamos en lugares muy grandes. Cuando vamos por primera vez a un país, nos gusta tocar en teatros. Hay que ir despacio. Es como con las mujeres. No podés hacer de todo en la primera cita, ya que después es aburrido. Hay que empezar de a poco para poder conocerte bien a fondo... sin que se malentienda (risas).

—Las críticas de los shows en Chile no fueron positivas. ¿Qué opinan al respecto?
BUCKLAND (guitarra): Leí algunas, pero estaban buenas. Lo que sí nos criticaron fue por los precios de las entradas, pero ya dijimos que no teníamos conciencia de ellos.

—En Chile dijeron que no eran tan buena banda.
CHAMPION (batería): Mirá vos... Igual sería muy aburrido tocar en un lugar donde todos piensen que somos buenos.

M: Me estoy deprimiendo. Uno puede ser la mejor banda del mundo y vender 50 millones de discos, pero una sola persona es capaz de tirarte todo abajo.

—¿Qué te parecieron los recitales de la Argentina?
M: Por lo que dicen ustedes, fueron una mierda, pero nosotros los disfrutamos mucho.

La gota que rebasó el vaso fue cuando el movilero del programa Fuera de foco colgó de la mesa de los músicos una bandera con el slogan: “ No a las papeleras”. “ Esto se está poniendo incómodo, amigo. Si me decís que están contaminando, me gustaría saber dónde tengo que firmar para detenerlos ya. Pero necesito informarme más sobre el conflicto y no me gusta hablar de cosas que desconozco”, dijo Martin con un tono nervioso, mientras quitaba la bandera que el cronista insistía en desplegar. Minutos después, la conferencia terminaba.

Los shows. Una docena de periodistas, fans y ganadores de concursos los esperan en una habitación. El murmullo se corta cada vez que la puerta del cuarto, custodiada por enormes patovicas, se abre. “ Uh, llegaron”, dice una joven que no podía creer lo que veía. Allí estaban ellos. Chris Martin era más alto de lo que imaginaba y el bajista Guy Berryman mucho más lindo de lo que creía. Los cuatro son tan poco rockers como suelen decir. Saludan con un tímido apretón de manos, no hablan demasiado y para la fotografía grupal eligen ubicarse atrás de todos. “ Ojalá que dentro de unos minutos, cuando tengan que subirse al escenario, se les pase la timidez y pongan lo que tienen que poner”, comenta un señor a la salida. Sin embargo, lo único que se les puede criticar a los shows de Coldplay en Argentina es que los 90 minutos de duración dejaron gusto a poco. Con una escenografía sencilla y muchos juegos de luces, la banda inglesa que le debe su nombre al tecladista de Keane Tim Rice-Oxley, tocó versiones desprolijas de grandes hits como Fix You, Yellow, What if y Politik –canción que fue escrita días después de los atentados a las Torres Gemelas– que hicieron estallar las cuerdas vocales del público.

Entretelones. Coldplay, una de las pocas bandas en el mundo que reparte sus ganancias en forma igualitaria entre todos sus integrantes, llegó al país el sábado pasado para realizar una serie de tres conciertos en el marco de una gira por Latinoamérica que también incluyó Chile, Brasil (harán tres shows a partir de mañana en San Pablo) y México (el 3 de marzo se presentarán en el Auditorio Nacional de México). En Argentina, vendieron en apenas unas horas 9.801 entradas de entre 90 y 440 pesos, salieron todos los días a la puerta del hotel a firmar autógrafos sin vallado, cenaron con el embajador de Inglaterra, bailaron en Pachá y Club 69 y tocaron con Charly García y Gustavo Cerati en el Hotel Faena. También comieron asado, empanadas, cordero, y mientras Martin prefirió el jugo de naranja y la cerveza argentina, el resto de los integrantes de la banda optó por el vino tinto.

Así como en el mundo son varios los famosos seguidores de Coldplay (el que no se pierde un show es Brad Pitt, ex pareja de Gwyneth Paltrow, la actual esposa de Martin), también hay muchos fanáticos en la farándula argentina. En los conciertos estuvieron Florencia Peña, con su marido, Mariano Otero, y su hijo, Tomás; Mariana Fabbiani; Andrea Pietra (pareja del CEO de los recitales, Daniel Grinbank); Carlos Santamaría; Matías Martin; Natalia Graciano; Mariano Zabaleta; Andy Kustnezoff y Batata Clerc. Otros que se codearon con los ingleses fueron Guillermo Cóppola y Alfio “Coco” Basile. Según cuentan los fans, el martes a la noche los habrían visto salir del hotel de Puerto Madero cantando canciones de Colplay con “ unas copitas de más”.