Es un trabajo que pone el foco en esos vínculos intangibles que tenemos con los libros y sus autores. La posibilidad de amor y gratitud hacia esos autores que nos forman, que nos han ayudado a pensar, que nos han acompañado en un duelo, que nos ayudaron a poner en palabras lo que no podemos expresar y a no sentirnos solos, en definitiva”, asegura Agustina Muñoz sobre Estos pequeños libros que quedan, obra de Cynthia Edul le queda este año una función en Arthaus Central (Bartolomé Mitre 434), hoy 14 de diciembre a las 20:00 horas. Mónica Raiola e Ignacio Sánchez Mestre completan el elenco de esta pieza teatral de 75 minutos que este año arrancó con muy buena convocatoria y en 2026 volverá a formar parte de la programación del activo centro de creación contemporánea situado en el corazón de la City porteña.
Muñoz tiene 41 años y es autora, directora e intérprete. Trabaja en teatro, cine y performance. Ganó el Primer Premio de Dramaturgia del Instituto Nacional del Teatro con su obra Las mujeres entre los hielos y el Premio de Dramaturgia Innovadora del Festival Escena Contemporánea de Madrid con su obra Neón. Sus obras pasaron por Holanda, España, Irlanda, Finlandia y Cuba. También fue elegida como Mejor Actriz en la Competencia Internacional del Festival Internacional de Cine de Buenos Aires (BAFICI) por su trabajo en Viola, de Matías Piñeiro.
Ahora está en pleno rodaje de Gordon, serie de Netflix dirigida por Pablo Trapero y Pablo Fendrik basada en el libro del periodista Marcelo Larraquy dedicado a un personaje siniestro que fue parte de la Triple A y participó activamente en la represión ilegal durante la última dictadura militar. En marzo de 2026 se sumará a otro rodaje, el de Celosos hombres blancos, nuevo largometraje de Ivan Granovsky que se filmará en varios países (es una coproducción entre Argentina, Portugal, Brasil, Italia y Francia con elenco internacional).
En Gordon, Muñoz interpreta el papel de la esposa del protagonista, encarnado por Rodrigo de la Serna. “Es espectacular trabajar con él -remarca ella-. Es sorprendente lo que hace para componer al personaje, cómo se transforma de acuerdo a lo que le demanda el rol. Es alguien con un don, con un entendimiento cabal de cada escena y del ritmo que demanda. Mezcla algo del registro popular que tiene muy a mano con una inteligencia para componer que funciona en otras capas. Y es muy generoso como compañero”.
Por otra parte, muy pronto se estrenará en cines de España Ariel, película del director español Lois Patiño rodada en en las Islas Azores que fue exhibida en la reciente edición del Festival Internacional de Cine de Gijón donde asumió el rol protagónico. En esta ficción vuelve a ser importante una figura con la que Muñoz se ha encontrado seguido a lo largo de su carrera por haber participado en distintos proyectos del director relacionados con su obra: William Shakespeare.
“Yo hice Lois y Matías un mediometraje hermoso que se llama Sycorax -cuenta-. Los dos trabajan en abordajes bastante libres de las obras de Shakespeare, son traducciones muy personales. Yo tenía un profesor de actuación que decía que sólo los ingleses saben decir Shakespeare como corresponde. Que es un autor que demanda una voz, una forma de decir y un trabajo con el cuerpo muy especiales. Pero Lois quería probar qué pasaba con cuerpos que no tienen entrenamiento actoral y convocó para esta película a muchos integrantes del elenco que no se dedican a la profesión. El gran tema de la película es la diferencia entre decir y ser dicho, la pregunta sobre si nuestro destino está escrito o lo vamos haciendo nosotros. Los personajes están atrapados en una trama ficcional y la película se pregunta si se pueden correr de ese libreto o no”.
Un escenario de crisis
A.L.
En un contexto difícil para las disciplinas artísticas, Paraíso Club es una especie de oasis porteño. Agustina Muñoz es una de las integrantes de este proyecto que nació en la desconcertante época de la pandemia y también incluye a otros artistas y gestores culturales argentinos: Cynthia Edul, Ignacio Sánchez Mestre, Aliana Alvarez Pacheco, Ariel Farace, Bárbara Hang, Giuliana Migale Rocco, Lorena Vega, María La Greca, Pilar Gamboa, Romina Paula y Silvia Gómez Giusto. Se sabe que el gobierno de Javier Milei ha desplegado una hostilidad inédita contra el cine y el teatro que excede largamente la mera agresión discursiva: también ha decidido desfinanciar los organismos dedicados al fomento de esas actividades como el INCAA y el INT. La creación de este espacio que funciona a través de un sistema de membresías muy accesibles es una respuesta concreta a ese estado de cosas, una iniciativa que va más allá de la queja pasiva. “El primer año de gobierno de Milei fue muy duro a nivel anímico -sostiene Muñoz-. No entendíamos lo que pasaba ni sabíamos cómo reaccionar. Fue como haber perdido la brújula y entrar en una etapa de gran pesimismo. Se destruyeron lazos sociales e instituciones importantes que costó mucho tiempo construir. Fue y es muy decepcionante ver eso, para no hablar de todos los actores y actrices que están sin trabajo y de la cantidad cada vez más grande de gente que vive en la calle. La posibilidad de juntarse con otras personas para hacer algo que implique poner el cuerpo, estar en contacto con otros, vuelve a tener mucho sentido.