Según reporta Variety en el día de la fecha, el genial director Woody Allen entabló una demanda radicada en el distrito sudeste de Nueva York por US$ 68 millones contra el gigante Amazon.
El motivo del pleito es que Allen había acordado con la empresa que le produjeran una serie de films e incluso la serie Crisis en seis escenas, que puede disfrutarse en el streaming de Amazon Prime, pero la compañía solo produjo en forma completa La rueda de la fortuna, y se desligó de A Rainy Day in New York, dejándola sin distribución y sin fecha de estreno. El motivo de los ejecutivos de Jeff Bezos para echarse atrás en el acuerdo —que cuando se selló fue materializado en una conferencia de prensa donde participaron tanto Allen como el magnate recientemente divorciado, con elogios mutuos— nunca fue explicitado en público, pero todo indica que estuvo empujado por el impacto por la denuncias del #MeToo, donde Allen volvió a ser acusado de haber abusado de su hija Dylan Farrow.
El argumento de Allen es bastante sencillo: no se puede dar de baja un acuerdo por algo por lo que la justicia ya dictaminó su inocencia hace 25 años. La suma de US$ 68 millones es el cálculo que hacen los asesores legales del artista por los 4 films que no llegó a realizar, a lo que se agregan daños y perjuicios y, claro, sus gastos en abogados.
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Más allá de si el pleito avanza o no, o incluso de cuál termina por ser la sentencia, la noticia establece que se ha entrado en la segunda etapa de los hechos generados por el #MeToo. Luego de un inicio donde arreciaron las denuncias, tanto públicas como legales, comienzan las respuestas por aquellos que resultan considerados inocentes por los tribunales. Más allá de si esa inocencia es real o fruto de la ausencia de pruebas o de mal manejos judiciales, lo cierto es que el acusado puede pasar a transformarse en acusador. No solo de quienes los denunciaron, sino de quienes tomaron decisiones —económicas, laborales, etc.— a partir de esas denuncias sin que existiera una sentencia. Y, como en todos los asuntos de la justicia civil, la sanción, de existir, es económica. Comienza, así, esta segunda etapa predecible, una batalla que abarcará muchos millones de dólares alrededor del mundo.