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Opinión

Amia: circularidad, memoria y Constitución

Caminos posibles para resolver los temas judiciales

01-03-2019 atentado de la AMIA
La explosión dejó un cráter de dos metros en el lugar y se pudo escuchar a varios kilómetros de la sede violentada. | CEDOC

Diez años después del atentado a la AMIA ocurrido en la Argentina, la mañana del 11 de marzo de 2004, el horror azotó Madrid, un atentado terrorista en la Estación de trenes de Atocha, le arrebato la vida a 193 personas que viajaban y transitaban por allí en plena hora pico. El pueblo español estaba padeciendo el segundo mayor atentado terrorista sucedido en Europa.

Menos de un mes demoro España en descubrir la trama y hallar a sus autores, el 3 de abril del mismo año la policía localizó y enfrentó a un grupo de terroristas que habían participado en el atentado.

El sistema judicial español, en sus diferentes instancias actuó, así es que para el año 2007, los españoles y el mundo podían leer la sentencia dictada por la Audiencia Nacional y la posterior y respectiva revisión del Tribunal Supremo.

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Este breve relato pretende ser y funcionar como referencia, como posibilidad y alternativa ante aquello que desde hace tiempo denomino la circularidad argentina.

El atentado a la Amia, que en estos días nos ofreció un nuevo capítulo, es una muestra más de esa circularidad que nos conduce una y otra vez a los mismos lugares, y al igual que un auto atrapado en una rotonda, estamos intermitentemente siempre delante de los mismos asuntos, lo cual nos termina mareando, nos dificulta una noción clara del horizonte, del adelante y ya no sabemos -a ciencia cierta- si avanzamos, retrocedemos o giramos; es decir, el tiempo y el futuro son confusos en la circularidad, tal vez lo único cierto sea que estamos allí transcurriendo.

Entre mis estudiantes de Derecho, algunos ya casi por recibirse de abogados, muchos (la mayoría) no habían nacido cuando sucedido el atentado a la Amia. Ellos reciben aquello que sucede ahora (ya en el siglo siguiente) y observan sentencias y también a familiares de las victimas que 25 años después –incansablemente- aun reclaman justicia y mantienen viva la memoria.

En definitiva, para salir de la rotonda y la circularidad hay dos caminos que se deben transitar: el de la memoria, la cual es una parte vital de los pueblos y el de la Constitución, pues allí hay un mapa, una guía, una hoja de ruta que hemos trazado y acordado entre todos.