Recientemente el economista David Jaume publicó un informe dando cuenta de los días de paro docente en el nivel primario en la Argentina en el período 1983-2018. Es decir, desde la vuelta de la democracia. El informe arroja datos que interpelan a los gobiernos, a los sindicatos y a la sociedad a encontrar una manera de normalizar el ciclo lectivo. A continuación, un repaso por los principales hallazgos del informe.
En los últimos 36 años, el promedio anual nacional de días de paro en primaria fue de 12 días. Los años con menor conflictividad fueron 1984 (2 días), 1996 (3 días) y 2015 (4 días). En el otro extremo, los años de más días de paros fueron 1988 (45 días), 1990 (25 días) y 1989 (23 días). En el último lustro, el año con más días de paros fue el 2016, con 21 días. Si sumamos el promedio anual nacional, el resultado es que la escuela primaria argentina estuvo expuesta a 432 días de paro desde el regreso de la democracia.
El escenario varía según provincia. En el período citado, Neuquén y Santa Cruz son las provincias con el promedio más alto de días paros, con 16 días. Le siguen Chubut, Jujuy, Río Negro y Tucumán, con 15 días. En estas provincias, los días de paro acumulados en el período llegan o superan los 540 días. Las jurisdicciones cuyas escuelas primarias se han visto menos afectadas por los paros son CABA, Misiones y San Luis, con 7 días de paro. Y Formosa y La Pampa, con 6 días.
El 2018 no fue un año particularmente bueno. El promedio nacional fue de 13 días y hubo provincias que tuvieron picos altos. Los casos más preocupantes son los de Chubut, con 78 días, Neuquén, con 53 días, y la provincia de Buenos Aires, con 25 días. Hay que resaltar la situación de la provincia de Buenos Aires. Esta jurisdicción concentra casi el 40% de los estudiantes del país y el 65% de su matrícula es estatal, sector en el que la exposición a los paros es mayor. ¿Qué significa esto? Que en 2018 una significativa proporción de los estudiantes argentinos estuvieron expuestos a demasiados días de paro.
Ahora bien, ¿cómo dimensionar el impacto que la conflictividad puede tener sobre los estudiantes? Pensemos, por ejemplo, en la trayectoria de los estudiantes que han cursado la primaria entre 2013 y 2018. El promedio nacional de días de paro para este período equivale a 73 días. Tomando el piso de 180 días obligatorios por ley, 73 días representan casi medio ciclo lectivo. Es decir, que hay estudiantes en nuestro país que al terminar la primaria pudieron haber perdido casi medio año de educación sólo por paros. Sin contar un sinfín de otras causas por las que se pueden perder clases. Hay provincias en las que la situación es más preocupante. En los últimos 6 años en Santa Cruz hubo 261 días de paro, en Chubut 208, y en Tierra del Fuego y Neuquén 181 y 169, respectivamente. En todos estos casos la cantidad de días de paro representa un año de escolaridad o más. Por mencionar otras provincias, en este período en Chaco los días de paro fueron 114 y en provincia de Buenos Aires 105. En ambos casos, más de medio ciclo lectivo.
Esta situación atenta contra el día a día del trabajo docente, erosiona el estatus social de la profesión y, por supuesto, hipoteca el futuro de nuestros estudiantes. Si realmente valoramos a nuestros docentes y creemos que la educación es la solución, es hora de que pongamos los medios para reducir estos niveles de conflictividad. Es lo primero que le debemos a nuestros estudiantes: vivir una escuela primaria con normalidad.
*Director Ejecutivo del Observatorio Argentinos por la Educación.