Con el puntapié de las sesiones ordinarias, Macri ensayó una suerte de crítica un poco edulcorada de su gestión. “Me van a recordar que dije un año atrás que `lo peor ya pasó` y tienen razón”, dijo. Paso siguiente pidió paciencia: las “soluciones profundas llevan tiempo… porque estamos resolviendo problemas que no son coyunturales sino estructurales”.
Tres fueron las causas de haber descarrilado la economía en 2018 según Macri: "la salida de fondos de los mercados emergentes, la sequía (que afectó la cosecha) y los cuadernos (la causa de corrupción que a su criterio frenó decisiones empresarias). Eso nos agarró a mitad de camino."
No le escapó a hablar de la pobreza y responsabilizó a la inflación por la misma. Sin embargo, no hubo reconocimiento de errores no forzados propios.
Circula en el gobierno un monitoreo social y agenda política confidencial de 2700 casos con un margen de error del 2%. En este informe el principal problema para la sociedad es el empleo 42%. Tema que Macri tocó solo tangencialmente. Le siguen la inflación 41% y la inseguridad 30%.
Lo más llamativo de este informe confidencial, lo más preocupante para el gobierno es el escenario político. En un escenario sin Lavagna, Cristina Fernández de Kirchner ganaría la primera vuelta con un 37% a un Macri con el 24%, tercero sería Massa con un 7%. En el escenario con Lavagna, CFK ganaría las elecciones con un 38% de los votos a un Macri con el 23% y Lavagna con el 12%. Lo más llamativo y preocupante es que Macri perdería en cualquier escenario de ballotage con CFK por 15 puntos, con Massa por 4% y con Lavagna con por 16%.
Ese es el punto de partida para el gobierno a cinco meses de las PASO. Por eso la efusividad del final del discurso de Macri. Las elecciones no están perdidas pero va a haber que hacer un esfuerzo gigantesco en la campaña para polarizar la elección. Es imprescindible que el gobierno ponga a jugar a los ministros con mejores niveles de conocimiento y con una imagen neta positiva. Por ejemplo, Rogelio Frigerio tiene un 15% neto entre imagen positiva y negativa a su favor contando con un 81% de nivel de conocimiento. Ni Patricia Bullrich tiene esos números (-20% de imagen neta). Es increíble que en este caso particular se lo haya relegado de la toma de decisiones más importantes. El gobierno tiene que poner toda la carne al asador si no quiere quedar como un pato rengo.