INTERNACIONAL

Violenta represión en Honduras: dramáticos mensajes de Zelaya y CFK

Un video muestra cómo el ejército disparó contra manifestantes pacíficos que pedían por el presidente depuesto. Qué dijo Cristina.

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Al menos dos civiles muertos fue el saldo de la violenta represión que, con disparos de armas de fuego y lanzamiento de gases, el ejército llevó a cabo contra unos 30 mil manifestantes que pacíficamente aguardaban en torno al aeropuerto el retorno a Honduras del depuesto presidente Manuel Zelaya, quien intentó aterrizar allí pero finalmente debió ser desviado hacia Nicaragua y luego a El Salvador, desde donde emitió un dramático llamamiento al cese de las agresiones.

"Una marcha pacífica fue reprimida a balazos (...) Este es un acto criminal, un acto que no puede quedar impune. Los criminales no pueden dirigir un país", denunció Zelaya en San Salvador, a donde llegó luego de una escala en Managua y desde donde regresó a Nicaragua entrada la noche del domingo, mientras los otros mandatarios que lo acompañaron en la conferencia -entre ellos Cristina- volvían a sus respectivos países.

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Tras denunciar la masacre, el mandatario elevó su dramático pedido:  "Llamo a las fuerzas armadas a que bajen sus rifles en contra del pueblo. (...) Les pido, les suplico y les ordeno que no repriman más al pueblo hondureño".

Zelaya hizo estas declaraciones acompañado por el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y los presidentes de Argentina, Cristina Kirchner; Ecuador, Rafael Correa; El Salvador, Mauricio Funes y Paraguay, Fernando Lugo, quienes desde Washington se habían dirigido directamente a El Salvador.

Justamente Cristina fue elegida por sus colegas para acompañar en el uso de la palabra al expulsado presidente hondureño, lo que la presidenta argentina hizo con otro discurso en el que rescató la "multilateralidad" como "garantía de que ningún individuo pueda sentirse superior y decidir en nombre de todos", así como que con lo ocurrido en Honduras "vimos que la democracia no es un bien definitivo sino que tiene que construirse todos los días, no sólo desde los autoridades sino también a partir de los ciudadanos".

Tras abogar por "un mundo multilateral, multipolar, respetuoso de las naciones y de los derechos de los pueblos", Cristina transmitió su "solidaridad" y "acompañamiento" al pueblo hondureño, y recordó:  "Formo parte de una generación y de un país que tuvo una de las dictaduras más sangrientas de las que se recuerde en la región".

Según continuó diciendo la mandataria, "reaccionar no es defender al presidente Zelaya, es defendernos a todos y cada uno de nosotros". Finalmente, la presidenta hizo una curiosa parábola al decir. "Estoy aquí en nombre de mis hijos y de los hijos de todos ustedes. La única manera de que toquen el timbre de casa a las seis de la mañana y solamente sea el lechero -y no alguien que venga a secuestrarnos- es el respeto por la democracia y las instituciones".