Luego de su visita a Cuba, donde Francisco se reunió con Fidel Castro y ofreció 3 misas multitudinarias, el Sumo Pontífice emprendió un viaje histórico a Estados Unidos. Allí, fue recibido en el aeropuerto por el presidente norteamericano Barack Obama. Dio una charla en el Capitolio, donde fue ovacionado de pie en varias oportunidades.
En su corta estadía en Cuba, el Papa pronunció un discurso donde hizo mención a la necesidad de mirar más allá de las clases sociales, en base a las enseñanzas de Jesús a Mateo al recordar que los publicanos -recaudadores de impuestos-eran "traidores para el pueblo: le sacaban a la gente para dárselo a los otros" pero que sin embargo, Jesús "lo miró con misericordia" y lo invitó a seguirlo".
En suelo norteamericano, fue recibido por el mandatario estadounidense, quien ofreció una emotiva y franca bienvenida a Francisco en la Casa Blanca, al elogiar la humildad y generosidad del pontífice argentino y su mensaje de amor y esperanza que inspira a nivel mundial.
"La talla y espíritu del encuentro de hoy es solo un pequeño reflejo de la profunda devoción de los 70 millones de católicos estadounidenses, y la manera en que su mensaje de amor y esperanza ha inspirado a muchas personas, en nuestro país y alrededor del mundo", se dirigió el mandatario al líder religioso. Y añadió: “Usted nos exhorta a buscar la paz”, precisó Obama.
A lo que Francisco respondió: “Siendo hijo de inmigrantes estoy feliz de ser un huésped en este país que fue forjado por esas familias”, arrancó Francisco, palabras que provocaron un gran aplauso entre los asistentes al evento. “Espero con entusiasmo este día de diálogo. Durante mi visita tendré el honor de dirigirme al Congreso, como consejero, como hermano de este país”, afirmó el pontífice sobre su agenda en los días venideros en la capital estadounidense.