Simpsonville es un pueblo de Carolina del Sur de apenas 20 mil habitantes. Fue noticia a fines de octubre del año pasado cuando el "jackpot" de una lotería en la participan decenas de estados americanos se vendió en una tienda local, con un premio sideral: 1.537 millones de dólares, la segunda mayor recompensa de una lotería en la historia de los Estados Unidos. Sin embargo, ya pasaron cuatro meses y nadie apareció a cobrar ese boleto. Los comentarios en el pueblo se multiplican en cada charla, todos por lo bajo murmuran saber quién es el ganador, algunos hablan de un "ingeniero alemán", otros de un empleado de una fábrica que al día siguiente del sorteo desapareció sin dejar rastros...
Sea quien fuere, el tema es que esos 1.537 millones de dólares implican para Simponville una enorme tajada impositiva, para el gobierno local casi 70 millones de dólares, que se incluyeron en noviembre en el presupuesto de dinero a gastar y permitirían aumentar el sueldo a maestros y otros empleados públicos locales.
Ni hablar de como esperan al ganador en la tienda KcMart que vendió el afortunado ticket, ya que les toca también un porcentaje del premio, y al tratarse de una cifra tan impactante, esa suma es es otra pequeña fortuna.
De esos 1.537 millones de dólares, el ganador percibirá poco más de 1.300 millones, es decir que habrá más de 200 millones a repartir en descuentos e impuestos, pero... si el ganador no pasa por caja, nadie cobrará nada: el premio volverá a la caja de la lotería, para ir otra vez a sorteo.
De allí entonces que la simpática cuenta regresiva tenga en vilo a Simpsonville, desde el gobierno local a cada habitante que recibirá una pequeña parte, y todos se hacen a diario la misma pregunta: ¿Vino el ganador a cobrar?
El plazo del billete para transformarse en esos 1300 millones de dólares es de 6 meses, el sorteo fue a fines de octubre, por lo que ese plazo vence el próximo viernes 19 de octubre. Como ya pasaron cuatro meses y no hay noticias del nuevo rico, las autoridades de Simpsonville ya empezaron a hacer cuentas sin esos 70 millones de dólares, por lo que el presupuesto será más acotado y los festejos con brindis de octubre cada día que pasa parecen más lejos. Algunos incluso se preguntan si el ganador no habrá perdido el billete, o habrá muerto.