Estados Unidos se retiró del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, según anunció este martes Nikki Haley, embajadora estadounidense ante la ONU, quien calificó al cuerpo del organismo internacional como un "nido de motivaciones políticas".
"Tomamos este paso porque nuestro compromiso no nos permite seguir siendo parte de una organización hipócrita y centrada en sí misma que hace una burla de los derechos humanos", expresó la diplomática en un mensaje que brindó en Washington junto al secretario de Estado Mike Pompeo.
El anuncio tiene lugar mientras la gestión del presidente Donald Trump recibe fuertes críticas por su política de "tolerancia cero" contra la inmigración clandestina, que ya obligó a más de 2.300 niños migrantes a separarse de sus familias.
Antonio Guterres, secretario General de la ONU y uno de los críticos vocales de la política migratoria del republicano, lamentó la decisión diciendo que "hubiera preferido mucho" que Estados Unidos permaneciera en el consejo. "La arquitectura de derechos humanos de la ONU juega un papel muy importante en la promoción y protección de los derechos humanos en todo el mundo", dijo en un comunicado, según reprodujo la agencia AFP.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU fue creado en 2006 para substituir a la Comisión de Derechos Humanos y está integrado por 47 países, que son escogidos por mayoría absoluta en la Asamblea General de las Naciones Unidas. En junio de 2017 Haley ya había exigido una reforma del Consejo, y este año Washington impulsó un proyecto de resolución que contemplaba cambios profundos en ese grupo.
Entre las propuestas estadounidenses se destacan un dispositivo para que países acusados de cometer violaciones a los derechos humanos puedan ser excluidos del Consejo con mayoría simple en la Asamblea y no con el voto de dos tercios. En línea con su postura pro-israelí, Washignton exigía también que la cuestión de los "derechos humanos en Palestina" no sea incluida en la agenda de forma sistemática.