La Franja de Gaza se halla en un punto de inflexión después de décadas de conflicto entre palestinos e israelíes. En medio de la devastadora guerra con Israel, surgió una pregunta central: quién gobernará ese territorio si finalmente Hamas es derrotado y acepta desarmarse.
Una de las opciones más discutidas actualmente entre las potencias internacionales es el regreso de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), liderada por Mahmoud Abbas.
Esta semana, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el primer ministro de la ANP expresó abiertamente su rechazo a Hamas y la decisión de asumir ellos el control.
“Israel debe retirarse completamente de la Franja de Gaza y Hamas debe renunciar a su control sobre la Franja y entregar sus armas a la Autoridad Palestina”, dijo Mohammad Mustafá. Y subrayó la disposición de la ANP a “asumir la plena responsabilidad del gobierno y la seguridad en Gaza, con apoyo árabe e internacional”.
Sin embargo, esta posibilidad enfrenta una serie de obstáculos y desafíos que la hacen compleja y, para algunos analistas, poco probable en el corto plazo.
La caída de Hamas. La ofensiva militar israelí, tras el sangriento ataque del 7 de octubre de 2023, diezmó la infraestructura de Hamas y ha debilitado su capacidad de gobierno.
El movimiento islamista perdió el control de la mayor parte del territorio, con Israel controlando aproximadamente el 65-75%, se ha confirmado la muerte de líderes clave de Hamas, entre ellos Yahya y Mohammed Sinwar.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirman haber eliminado a más de 17 mil milicianos, lo que representa aproximadamente la mitad de las fuerzas armadas de Hamas, y haber destruido la mayoría de sus estructuras militares y de producción de armas.
También perdió apoyo en la población. Crecieron las críticas internas en las redes sociales, donde culpan a Hamas por la destrucción de Gaza a raíz del ataque del 7 de octubre. Incluso hubo tibias marchas de repudio.
En un principio la mayoría de los palestinos de la Franja apoyó el ataque de la agrupación contra civiles isaralíes, pero ahora sólo el 39% lo sigue respaldando. Muchos ya no creen que Hamas vaya a ganar la guerra.
Pese a todo, la organización logró sobrevivir al conflicto en curso. Hamas demostró una notable capacidad de resiliencia. Continúa con el contrabando de armas y reanudó operaciones de seguridad interna.
El brazo militar de Hamas, las Brigadas Qassam, aumentó el reclutamiento en medio de la destrucción, con combatientes aún operando en Gaza después de casi 20 meses de guerra.
El grupo mantiene la capacidad de reclutar y llevar a cabo operaciones en Gaza, utilizando su red de túneles para acciones en el norte a pesar de la despoblación.
Las percepciones sobre el futuro de Hamas son complejas y a menudo contradictorias. Lo único cierto es que la guerra provocó una destrucción masiva y una grave crisis humanitaria, y generó un vacío de poder que, según la comunidad internacional, no puede ser llenado por Israel, quien descartó la reocupación de la Franja.
En este escenario, la ANP se presenta como la alternativa más lógica para muchos, incluyendo a Estados Unidos y otros países occidentales.
La pelea con Al Fatah. Hamas controla la Franja de Gaza desde la toma del poder en 2007, después de una guerra fraticida con el partido Al Fatah, de la Autoridad Nacional Palestina.
En enero de 2006, Hamas triunfó en las elecciones parlamentarias palestinas, superando a su rival Fatah. Pero rechazó la propuesta de Occidente de que reconozca el Estado israelí y cese con las actividades terroristas para continuar recibiendo la ayuda exterior.
Esto, así como diferencias internas por el control de la policía, derivó en un enfrentamiento con Al Fatah, de tendencia más moderada. En 2007 la agrupación islámica tomó violentamente el control de manos de la ANP, ejecutando a oponentes y consolidando una profunda división entre las dos facciones.
Esta división resultó en dos gobiernos de facto: Hamas en Gaza y la ANP, liderada por Fatah, en Cisjordania. Todos los intentos de reconciliación fracasaron.
La debilidad de ANP. La Autoridad Palestina, y en particular su presidente Mahmoud Abbas, no goza de gran popularidad en Gaza ni en Cisjordania. Muchos palestinos la perciben como corrupta y desconectada de las necesidades de la población. Su regreso a Gaza podría ser visto como una imposición externa.
Los analistas también consideran que Hamas resistirá el pase de control de la Franja a su enemigo local. Además, tiene una fuerza mucho más poderosa que la de la ANP, cuyos recursos son exiguos.
Israel ha expresado su oposición a que Hamas continúe en el poder, pero no ha respaldado públicamente el regreso de la ANP porque tiene reservas sobre su capacidad para garantizar la seguridad y evitar ataques desde Gaza.
Estados Unidos tampoco ve con buenos ojos que la ANP tomo el control y considera que la agrupación debe ser revitalizada para ser un socio viable.
Egipto y otros países claves de la región, como Jordania, han expresado su apoyo a la ANP, pero también han señalado la necesidad de una reforma interna y un plan claro para la reconstrucción de Gaza.
Por lo tanto, la posibilidad de que la Autoridad Nacional Palestina reemplace a Hamas en Gaza es, a la vez, una esperanza y un desafío monumental.
“La guerra continúa”
R.P.
El gobierno de Israel mantiene su postura rígida respecto a Gaza. Sus autoridades están dispuestas a continuar con la ofensiva militar hasta eliminar a Hamas y recuperar a los rehenes.
El jefe del Estado Mayor del ejército israelí, Eyal Zamir, lo dijo claramente durante una visita a sus tropas en el territorio palestino. “En los próximos días sabremos si podemos alcanzar un acuerdo para la liberación de nuestros rehenes. De no ser así, el combate continuará sin descanso”, advirtió.
“La guerra continúa, y la adaptaremos a la realidad cambiante según nuestros intereses”, agregó Zamir.
Hamas también se muestra intransigente. Este sábado sostuvo que no depondrá las armas hasta la “plena restauración” de sus “derechos nacionales, el principal de ellos el establecimiento de un Estado palestino independiente y plenamente soberano con Jerusalén como su capital”.