Mientras en Chile recrudece la violencia, aún quedan los vestigios del conflicto en Ecuador y la crisis política en Perú. Estos hechos en América Latina, sumado a la probable vuelta del peronismo en Argentina, parecen marcar esa "brisa bolivariana" de la que hablan en la Venezuela de Nicolás Maduro que busca terminar con el neoliberalismo en la región.
La suba en el boleto del subte fue la gota que rebalsó el vaso en Chile luego de varios aumentos en otros rubros y generó una ola de protestas sociales y represión del gobierno de Sebastián Piñera que ya dejó como consecuencia 15 muertos.
"La brisa bolivariana que recorre la región se convertirá en huracán", advirtió el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela, Diosdado Cabello, en un contexto en el que muchos Gobiernos latinoamericanos parecen tambalear.
"En Chile se están contraponiendo dos visiones, que planteadas ideológicamente son contrpauestas pero para explicar la realidad que está ocurriendo tienen que ser complementarias", inició en diálogo con PERFIL su visión sobre el conflicto en Chile el analista internacional, Claudio Fantini. "Una de ellas tiene que ver con una conspiración externa. Lo que Piñera dice de una guerra ante un enemiga poderoso. La otra es que la causa de la totalidad de lo que ocurre es el modelo neoliberal. Pero hay componentes de los dos".
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En esa línea, siguió: "Las protestas en la dimensión en lo que se están dando no pueden ser originadas desde afuera. Son internas, un talón de Aquiles muy visible que el modelo chileno viene arrastrando".
"Esa contradicción interna que se fue agudizando en el modelo, no porque haya aumentado la pobreza, sino porque aumentó la desigualdad y en los últimos años se ha ido volviendo más caro para la clase media acceder a los niveles de bienestar que consideran que tienen derecho de acceder", comentó.
De todas maneras, advirtió que esto "no quiere decir que no haya una mano o conspiración detrás. Hubo actos de violencia que parecen profesionalmente organizados. El desborde de violencia alcanzar hasta los saqueos o quemar coches, pero incendiar shoppings, edificios públicos, edificios corporativos, impermercados, estaciones de trenes es otra coas. Vemos un estallido social que tiene que ver con una insatisfacción de capas medias y medias bajas, pero estallada la protesta, hay células que están agazapadas y financiadas para actuar profesionalmente y llevar la violencia al extremo".
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Por su lado, el analista internacional Leandro Morgenfeld cree que "las rebeliones populares en los distintos países de la región están marcando los fracasos de la ofensiva de gobiernos de derecha y neoliberales de los últimos 3 o 4 años. América Latina sigue siendo la región más desigual del mundo y este tipo de políticas económicas profundizan esas desigualdades y al mismo tiempo provocan un desastre medioambiental como los incendios en el Amazonas".
"Una de las causas son los ajustes, muchos acordados con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en un contexto de recesión y caída de las economías de muchos países de la región. Tanto las rebeliones como las derrotas electorales de esos gobiernos, muestran los límites de esta ofensiva neoliberal. Los gobiernos de derecha no lograron establecer una hegemonía robusta y la experiencia de resistencia popular se está viendo en estos conflictos", señaló en diálogo con PERFIL.
En esa línea, el analista político Rosendo Fraga, recuerda que "el triunfo de Macri en 2015, inició un proceso de salida de la región del populismo". Sin embargo, "su eventual derrota, puede iniciar la tendencia contraria. Pero ello no está claro todavía. Lo que suceda en Ecuador y Chile, son temas a resolver, al igual que las elecciones presidenciales de Bolivia y Uruguay. En dos o tres meses, vamos a tener claro si hay realmente un cambio de tendencia, como algunos indicadores parecen adelantarlo".
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En cambio, Fantini no cree que estos conflictos tengan que ver con un modelo económico, sino con una etapa de la historia de estallidos sociales: "Lo que estamos viendo marcan distintas cosas, hay estallidos sociales por razones diferentes. Por un lado, estamos en una etapa de la historia, que como en la década del 60 del siglo 20 se generan protestas de todo tipo: como el Mayo Francés del lado occidental y la Primavera de Praga en la vereda comunista".
"Hoy mirás a Hong Kong y hay una protesta impresionante que no tiene mucho que ver con la protesta en Barcelona que es una ciudad rica. Como estuvieron los Chalecos Amarillos poniendo París patas para arriba. Hasta en Beirut (Líbano) estallaron por un impuesto a los mensajes por WhatsApp. Hay una volatilidad que cualquier chispa se convierte en barricadas ardientes", ejemplificó.
Y añadió: "Los enojos no son exactamente lo mismo en Bolivia (en tensión por las polémicas elecciones), Chile, Ecuador, y ni cerca de lo de Venezuela. En Bolivia no ha sido neoliberal ni chavista, capitalismo pragmático y heterodoxo, un modelo económico muy exitoso"
"En todos los casos vemos que puede haber hechos organizados pero eso no quita que haya habido protestas espontáneas. Incluso en Venezuela también hubo manitos de Washignton y Bogotá financiando e incitando a las protestas callejeras, pero también está el hecho de que es un régimen esperpéntico que generó una realidad trágica y calamitosa", comentó.
Al especialista le llamó la atención el "nivel de estupidez de la fanfarronería" de Maduro (dijo al Foro de Sao Paulo que están cumpliendo a la perfección con el plan) y Diosdado Cabello hablando de la "brisa bolivariana". "Se están autoinculpando, le están dando de comer a la teoría que alimenta Piñera".
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En cambio, para Morgenfeld, resulta "un absurdo plantear que los levantamientos populares tienen que ver con una injerencia venezolano o cubana. Utilizan la crisis en Venezuela para aprovecharla electoralmente y plantear un cuco en la región. Lo de la etapa de la Guerra Fría era el comunismo, ahora es el eje cubano-venezolano. Es un despropósito, un disparate explicar los conflictos sociales en países donde las poblaciones están sufriendo los aumentos de precios, baja de los salarios, privatización de la salud y educación. Un empeoramiento clarísimo de las condiciones de vida de las mayorías populares".
"Así se comprobó en las PASO, es una táctica que le dio muy poco resultado al Gobierno e igual la sigue usando. Es la incapacidad de estos gobiernos de derecha de explicar que el supuesto modelo de la región, que era Chile, termine en un levantamiento popular. Apelan al miedo, al fantasma, de la supuesta injerencia cubano-venezolano porque no pueden dar respuesta a que sus modelos en la región que eran Perú, el Ecuador de Lenín Moreno y el Chile de Piñera terminen en una catástrofe social", señaló.
En su análisis, Rosendo Fraga cree que "aunque Alberto Fernández no se suma al ALBA, que reúne a los países bolivarianos, apunta a organizar un tercer grupo con México y Uruguay,-si hay reelección del Frente Amplio,- que se ubique entre el Grupo de Lima y el eje bolivariano. Eso favorece a Cuba y Venezuela, en momentos que EEUU redobla las sanciones económicas sobre ellos".
"En Ecuador y Chile, el eje Cuba-Venezuela no ha generado las crisis, pero si las están aprovechando a su favor. Sin duda los benefician", comentó.
ED/MC