Estado Islámico (EI) construyó su califato con un letal poder de fuego, la utilización de las redes sociales y una billetera abultada. La principal fuente de financiamiento que engrosa sus arcas es la venta de petróleo en el mercado negro. Construyó un imperio energético al controlar una media docena de pozos en Irak y Siria. Allí produce entre 30 y 40 mil barriles por día, que le reportan ganancias de entre 2 mil y 3 mil millones de dólares anuales.
Según el diario británico The Guardian, Estado Islámico creó una sofisticada red de contrabando que lleva sus exportaciones a Turquía, Jordania e Irán. Pese a que el régimen de Teherán combate a Estado Islámico, en ese país operaran mercaderes que compran a bajo precio el petróleo yihadista y lo venden casi cuatro veces más caro. Sami Khalaf, un contrabandista de petróleo y ex agente de inteligencia iraquí durante el gobierno de Saddam Hussein, explicó el negocio del oro negro. “Compramos un tanque de petróleo con capacidad para entre 26 y 28 toneladas por 4.200 dólares. Lo vendemos en Jordania por 15 mil. Cada contrabandista lleva alrededor de ocho tanques por semana”, confió al diario británico.
Con ese dinero, EI no sólo compra armas sino que también les paga 500 dólares por mes a los combatientes que se enrolan en sus filas. Los comandantes se llevan un sueldo de 1.200 dólares.
Dos de las tres rutas llegan a Turquía. Por eso, el gobierno de Vladimir Putin acusó esta semana al mandatario Recep Tayyip Erdogan y a su familia de lucrar con el petróleo de Estado Islámico. “Son calumnias”, contestó el presidente. La tensión entre los dos países comenzó hace dos semanas, luego de que Ankara derribara un avión de combate ruso.
El modelo de negocios de EI comenzó a resquebrajarse en los últimos meses, cuando cazas norteamericanos y franceses atacaron refinerías y camiones que transportaban crudo. Además del petróleo, los yihadistas se financian mediante el cobro de impuestos. Así construyeron un imperio que impuso la ley islámica en Irak y Siria y sembró el terror en París y gran parte de Occidente.