El ministro de Salud, Alain Berset, uno de los 7 miembros del Consejo Federal suizo, el órgano colegiado elegido por el parlamento para gobernar la Confederación Helvética (4 hombres y 3 mujeres), lanzó la consigna: “Hay que actuar suficientemente rápido, pero tan lentamente como sea necesario”, al anunciar el plan en tres etapas para ir abandonando el confinamiento contra la pandemia. Por lo demás, el sistema sanitario destaca mundialmente en la intensificación de pruebas para detectar la contaminación, o la generación de anticuerpos en la población.
Pequeño país de 8,5 millones de habitantes, Suiza registra más de 28.000 mil infectados por el coronavirus, con 1.562 fallecidos, y 20.600 curados, con la grata novedad de solo 14 casos, por ahora no mortales de funcionarios en la sede de la ONU en Ginebra. Cabe precisar que entre los factores agravantes de su progresión a lo largo del país, al margen de la vecindad con Francia, Italia y Alemania, altamente afectados, se destaca que el 40% de los adultos está excedido de peso, y el 10% son obesos. Su presencia en las unidades de cuidados intensivos oscila, por ejemplo, entre el 75% en el Hospital de Lausana, y el 83% en el Hospital de Ginebra, y su impacto facilita la irrupción negativa de otros factores de riesgo como la hipertensión y la diabetes, para acelerar la degradación de la función pulmonar, y arrastrar el paciente a la extrema gravedad.
La cuarentena se extiende hasta el 10 de mayo, con habilitaciones por provincias
La primera etapa comienza el próximo lunes 27 de abril, con el retorno a las actividades de peluqueros, floristas, tatuadores, masajistas, pedicuros, jardineros y dentistas, y el reinicio de intervenciones quirúrgicas aplazadas en los establecimientos sanitarios. Los supermercados y almacenes nunca cerraron, pero ahora se le sumará el resto de las tiendas especializadas, todas acatando reglas de higiene: la desinfección de manos antes de entrar, la separación de dos metros en las filas de espera, y demás gestos de distanciamiento y protección individual entre los transeúntes, y evitar los transportes públicos, o hacer compras en horas de baja aglomeración de clientes.
Las grandes fábricas y obras de construcción siempre estuvieron autorizadas, manteniendo el alejamiento de 1 a 2 metros entre los operarios, salvo Ginebra, el único de los 26 Cantones que mandó cerrarlas y ahora se reabren el lunes venidero. El uso de máscaras en la vía pública continúa siendo optativo, no obligatorio. Y las ceremonias funerarias son nuevamente habilitadas, al tiempo que las reuniones en los espacios abiertos no pueden reunir más de 5 personas, con la debida separación entre los participantes. Una primera evaluación será inmediata, prevista para el miércoles 29 de abril.
La segunda etapa se empezaría el 11 de mayo, con el reinicio de las clases para la educación primaria, sabiendo que los jardines de infantes mantuvieron sus puertas abiertas. Se desaconseja a los abuelos llevar y traer a sus nietos. Tomando en consideración que los menores no son blanco del virus, ni tampoco vectores de la enfermedad, Alain Berset instó a las autoridades educativas a que adapten “los conceptos” en las salas de clase, frente a los inconvenientes de la cercanía entre los alumnos.
Alberto Fernández escuchó a las provincias y anunciará la extensión de la cuarentena el sábado
Recién en una tercera etapa, a partir del 8 de junio, se retomaran las clases del secundario y “aprendizajes” de formación especializada (carpinteros, chapistas, torneros, etc.), al igual que las visitas a museos, bibliotecas, y jardines botánicos o zoológicos. Perduran en la incertidumbre los cines, bares, restaurantes, como los eventos deportivos y culturales. El Consejo Federal podría tomar nuevas medidas de alivio o suavizado las restricciones el 27 de mayo. Ante la cercanía de los meses de verano, en julio y agosto, el turismo helvético afina propuestas para que los habitantes permanezcan de vacaciones en Suiza, con sus 1500 lagos, y grandes montañas, algunas eternamente nevadas.
El costo económico de la pandemia ha ocasionado un déficit de unos 30.000 millones de dólares en las finanzas estatales. Comparativamente significa la pérdida de los ahorrado en los últimos 15 años. El PIB es negativo en un 6,7% y el paro ha crecido a un 3,9%. El gobierno federal financia la inactividad obligatoria de obreros y empleados, tanto de las grandes empresas privadas, no obstante incluyendo pequeñas y medianas, y trabajadores independientes, como los taxistas. Y ha extendido garantías bancarias a los empresarios para acceder al crédito de unos 60 mil millones de dólares. De cualquier modo, los préstamos deberán ser restituidos a las arcas del Estado en un futuro, cuyas modalidades no han sido todavía definidas, tal vez a través de una suba generalizada de impuestos. Con todo, los sindicatos ya han pedido al gobierno que anule las deudas y considere esos fondos “perdidos”.