afp
Roma
El reflotamiento del crucero Costa Concordia, que naufragó en 2012 frente a la isla italiana del Giglio causando la muerte de 32 personas, comenzará mañana y, días después, será remolcado al puerto de Génova para ser desguazado, informaron ayer las autoridades italianas.
El barco de 114.500 toneladas de peso fue enderezado en septiembre y ahora será reflotado para ser destruido. Este último capítulo de la larga y trágica historia del barco costará 100 millones de euros y generará decenas de empleos en el puerto genovés.
La decisión definitiva del lanzamiento de la operación, condicionada al visto bueno del Observatorio sobre el Medio Ambiente y a la meteorología, se tomará hoy, informó la compañía Costa, del grupo estadounidense Carnival, propietario del barco.
Durante la operación, se prohibirá sobrevolar la zona y se impondrán restricciones de movimiento a las embarcaciones entre tierra firme y esta isla turística, en las costas de la Toscana.
La operación de rescate desde el naufragio del crucero habrá costado en total unos 1.100 millones de euros. Corrió a cargo del armador italiano y del consorcio italoestadounidense Titan-Micoperi.
El reflotamiento durará uno o dos días. Seguirán cuatro o cinco días de estabilización y luego será trasladado.
“La fase más crítica será el primer día, cuando vamos a reflotar el barco por primera vez. Una operación de este tipo, en un barco que transporta a tantos pasajeros, nunca ha sido realizada hasta la fecha”, dijo el sudafricano Nick Sloane, encargado del proyecto desde sus inicios.
Al frente de un equipo de expertos, Sloane supervisará las diferentes etapas desde una sala de control.
El último viaje por el Mediterráneo del gigante de los mares durará unos cuatro días, en los que recorrerá 280 km, y terminará en Génova hacia el 24 de julio.
Miedo a que se rompa. Para el traslado se requieren condiciones meteorológicas concretas, con vientos que no superen los 30 KM/h y con olas de un máximo de dos metros.
Los más de 300 ingenieros, técnicos y buzos que trabajan en el barco terminaron de fijar al casco los treinta cajones llenos de agua que, una vez vaciada, harán que suba de -30 metros a -18 metros. “Lo peor que podría pasar es que el barco se rompa o se hunda durante el reflotamiento”, explicó Giorgia Monti, de Greenpeace, que prevé enviar a un equipo de observadores para vigilar la operación en la isla, donde se encuentra una de las reservas marinas más importantes de Europa.
No hay que olvidar, añade Monti, que era una “ciudad flotante, equipada para acoger a miles de pasajeros, con litros de líquidos contaminantes, aceites, detergentes y otros productos químicos que siguen allí”.
El cuerpo de un camarero indio, Russel Rebello, que nunca ha sido encontrado, podría aparecer durante el reflotamiento.
El capitán del Concordia, Francesco Schettino, está siendo juzgado por homicidio por imprudencia, naufragio y abandono del barco.