Se ajusta el cuello de botella de la crisis venezolana. A partir del lunes, y por los próximo cuarenta días, el país gobierno de Nicolás Maduro realizará cortes programados de luz de cuatro horas por día.
Si hay un indicador que puede dar cuenta de la situación que atraviesa el país ese es que, pese a sus reservas petroleras, se vean en la obligación de ahorrar energía. Sin embargo, desde el Palacio de Miraflores evitan hablar de crisis, en lugar de ello culpan a la lluvia, o mejor dicho a su ausencia.
"Es necesario tomar estas medidas debido a que no se está haciendo un ahorro consciente de la energía y hay que preservar los embalses hasta que se llenen por las lluvias. Es un sacrificio en beneficio y para protección del pueblo", afirmó el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta, quien precisó que el 63% del consumo se realiza en el ámbito residencial.
La medida, según informó la agencia AFP, se aplicará en 10 de los 24 estados venezolanos, incluida la capital, que concentra el grueso de la población y de la producción industrial del país.
Los cortes de luz se suman a medidas similares como el racionamiento de agua o la reducción de hasta el 40% de la jornada laboral del sector público, siempre con el objetivo de ahorrar. El gobierno, sin embargo, no ha hecho anuncios referentes a la cuestión de fondo: el estancamiento en las inversiones que está detrás de ese cuello de botella.
Mientras tanto, la Cervecería Polar, una de las principales embotelladoras de Venezuela, anunció que dejará de vender cerveza, pues sólo tiene "cebada malteada para producir hasta el 29 de abril", debido a que no cuenta con divisas para reponer inventario y pagar a sus proveedores.
