La Cámara de Diputados del Congreso Brasileño aprobó el pedido de juicio político hacia la presidenta Dilma Rousseff.
Entre un ambiente tenso lleno de gritos, los diputados brasileños votaron a favor de llevar a juicio político a la presidenta, salpicada por casos de corrupción y acusada de violar normas fiscales.
Uno de los principales impulsores del proceso fue el exoficialista y presidente de la cámara Eduardo Cunha, miembro del partido Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
La jefa de Estado siguió la votación junto al expresidente Lula Da Silva, quien, según el diario Folha do Sao Paulo, se siente "decepcionado" por ña votación a favor de Alfredo Nascimiento, exministro de Transportes, al que lo acusan de revanchismo.
La razón para llevar a juicio político a la mandataria es que, según denuncian, altero índices durante 2014 para que el déficit fiscal de ese año no afectara su campaña de reelección presidencial.
Los juramentos más insólitos durante al votación. Varios diputados sorprendieron por sus declaraciones mientras votaban a favor o en contra del jucio político a Roussef.
"Por la paz en Jerusalén, voto sí", sostuvo uno de los legisladores en al recinto.
Galuber Braga, diputado del Partido por el Socialismo y la Libertad, apuntó contra el presidente de la cámara cuando votó: "Cunha, vos sos un gangster", gritó.
Wladimir Costa, integrante de Solidaridad, dijo durante su discurso que el Gobierno le dio "un tiro en los corazones de los brasileños" y, acto seguido, tiró papel picado en el recinto.
En tanto, Jai Bolsonaro, un representante de la extrema derecha brasileña, fue el más duro en el recinto, ya que a la hora de votar por el sí. le dedicó su voto al militar que torturó a Rousseff durante la dictadura.
Qué pasará. El impeachment aprobado en la Cámara de Diputados deberá pasar al Senado para ser aprobado y que Rousseff sea juzgada y destituida. Para cumplir con este protocolo, los senadores tienen 10 días. En caso de confirmarse el juicio político, la presidenta sería suspendida en sus funciones durante 180 días, y en su lugar asumiría el vicepresidente Michel Temer, exaliado y ahora referente opositor.