INTERNACIONAL
mediado por china

El acuerdo entre Teherán y Riad impacta en todos los conflictos de Medio Oriente

Siria, Líbano, Yemen, ahí donde haya un conflicto en la región, Arabia Saudita e Irán están en bandos diferentes. El compromiso entre las potencias musulmanas mediorientales de recomponer sus relaciones diplomáticas luego de siete años puede imponer una nueva dinámica a esas crisis. El anuncio del entendimiento, después de intensas y reservadas negociaciones en Beijing, tomó por sorpresa a la mayoría de los analistas, que coinciden en que el acuerdo confirma la decisión de China de ser un actor global, abandonando la actitud ambigua que solía sostener y desafiando la influencia de Estados Unidos.

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Momento. El acuerdo en Beijing. | AFP

El acuerdo para restablecer relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Irán tendrá un gran impacto en Medio Oriente, y más allá, porque no solo acerca a las dos potencias musulmanas –una sunnita, otra chiita– que se enfrentan a través de terceros en varios países de la región, sino que también confirma que China, mediadora para acercar a las partes, habla en serio cuando asegura que su diplomacia será un actor global que puede generar soluciones a las graves crisis que vive el planeta. 

Yemen, Siria, Líbano, Israel son países de Medio Oriente a los que llegan las ondas del acuerdo para que en dos meses ambas, Riad y Teherán, normalicen sus relaciones diplomáticas, interrumpidas hace más de siete años, luego de que manifestantes iraníes atacaran las misiones diplomáticas sauditas en la República Islámica tras la ejecución en Riad del clérigo chiita Nimr al-Nimr.

Las dos potencias regionales apoyan a bandos diferentes en varios conflictos en la región, como en Yemen. 

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El anuncio de su acercamiento fue totalmente inesperado, dice la analista Dina Esfandiary, del International Crisis Group. “El sentimiento general era que los sauditas estaban especialmente frustrados y tenían la impresión de que restaurar las relaciones diplomáticas era su mejor carta”, explica, y parecía que era algo “con lo que no querían ceder”.

“Está muy bien que lo hayan hecho”, afirma.

El analista Hussein Ibish admite que tampoco esperaba un anuncio así, “un gran avance para la diplomacia de Oriente Medio”.

Estrategia saudita. Las repercusiones del acuerdo se harán sentir en Yemen, donde el gobierno –apoyado por una coalición militar liderada por Riad– lucha desde 2015 contra los rebeldes hutíes, respaldados por Teherán. A partir de ayer se llevarán a cabo negociaciones entre el gobierno y los rebeldes en Ginebra, Suiza, sobre un posible canje de presos (ver recuadro).

A cambio de la reanudación de las relaciones con Riad, “es probable que Irán se haya comprometido a presionar a sus aliados en Yemen para que sean más cooperativos con miras a una resolución del conflicto en este país”, considera Ibish. Pero “todavía no sabemos qué compromisos se alcanzaron entre bastidores”, señala.

Con esta iniciativa, Arabia parece continuar con la estrategia diplomática que la ha llevado a acercarse a Qatar y a Turquía. 

Según los expertos, la ausencia de avances en las negociaciones sobre el programa nuclear iraní –cuyo acuerdo de 2015 está moribundo desde la salida unilateral de Estados Unidos, en 2018– ha impulsado a Riad a posicionarse para asegurarse de que Teherán no cruce ciertas líneas rojas.

“Como las tensiones entre Irán y Estados Unidos no se calman, Arabia Saudita sabe que va a tener que tener un papel más proactivo en la gestión de sus relaciones con Irán”, apunta Torbjorn Soltvedt, de la empresa de información sobre riesgos Verisk Maplecroft.

Siria podría ser la próxima etapa en esta estrategia de Riad, según Aron Lund, del grupo de reflexión Century International. El reino rompió sus relaciones con Damasco en 2012, un año después del inicio de la guerra civil en Siria, debido sobre todo a los estrechos vínculos entre el régimen de Bashar al-Asad y Teherán. El restablecimiento de las relaciones entre Riad y Teherán podría llevar a un “acercamiento entre Arabia Saudita y Siria”, vaticina Lund.

“Victoria diplomática”. Este anuncio significa también un paso adelante de China en su peso diplomático en Oriente Medio, según los analistas, que hasta ahora se percibía como reticente en los temas más espinosos de la región.

Pero el acuerdo entre Teherán y Riad, alcanzado bajo la égida de Beijing, pone de manifiesto que el gigante asiático está dispuesto a tener un papel predominante.

Se trata de una “victoria diplomática de China y una ruptura significativa con la posición regional que hasta ahora había adoptado”, destaca Jonathan Fulton, de Atlantic Council. Es un cambio de paradigma, en parte para “contrarrestar la dominación de Estados Unidos en Oriente Medio”, agrega.

 

Retoman negociaciones por Yemen, primer impacto

Agencias. 

Representantes del gobierno yemení y de los rebeldes hutíes en Yemen iniciaron ayer en Ginebra conversaciones sobre un intercambio de prisioneros, y la ONU instó a ambas partes a entablar conversaciones “serias”. 

La apertura de estas conversaciones, que deberían durar 11 días, tiene lugar al día siguiente del anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita, que apoya al gobierno en su guerra contra los hutíes, e Irán, que apoya a estos rebeldes. 

“Espero que las partes estén dispuestas a entablar conversaciones serias para acordar la liberación del mayor número posible de detenidos”, declaró el enviado especial de la ONU para Yemen, Hans Grundberg, en un comunicado. 

“Al acercarse el (mes de ayuno musulmán del) Ramadán, exhorto a las partes a respetar los compromisos que han contraído, no solo entre sí sino también con los miles de familias yemeníes que llevan demasiado tiempo esperando reunirse con sus seres queridos”, añadió. 

Esta es la séptima reunión destinada a aplicar un acuerdo sobre el intercambio de prisioneros firmado en Estocolmo hace cinco años, detalló la ONU.