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El Congreso peruano aprobó el gabinete de Pedro Castillo

Tras un áspero debate, el Parlamento, dominado por la oposición, dio el voto de confianza y evitó agravar la crisis política del país.

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Voto. El primer ministro Guido Bellido junto al presidente. | afp

El Congreso de Perú, unicameral y dominado por la oposición derechista, otorgó ayer un voto de confianza al gabinete ministerial del nuevo presidente izquierdista Pedro Castillo, permitiéndole continuar en funciones.

Tras un áspero debate iniciado el jueves, el gabinete, que encabeza el ingeniero Guido Bellido, consiguió 73 votos a favor y 50 en contra, sin abstenciones. Necesitaba 63 de los 124 parlamentarios presentes en la sesión para poder sobrevivir. Definieron la votación los pequeños partidos aliados del gobierno, y algunos legisladores de centro, frente a un voto contrario de los partidos de derecha. 

“En consecuencia ha sido aprobada la cuestión de confianza”, declaró la jefa del Congreso, la opositora María del Carmen Alva, tras la votación.

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Después de superar la primera prueba de su mandato iniciado hace un mes, Castillo agradeció en Twitter al Congreso y afirmó que “la búsqueda de consensos nos permitirá gobernar junto con el pueblo y por el desarrollo de políticas públicas con carácter social”.

Si el voto hubiese sido rechazado, Castillo, que se impuso en la segunda vuelta a Keiko Fujimori por 0,25%, habría tenido que nombrar a otro primer ministro, en sustitución de Guido Bellido, y reorganizar el gabinete, lo que habría retrasado su agenda y ahondado la incertidumbre que existe en Perú desde inicios de año.

El presidente, que gobierna un país profundamente polarizado, fue electo gracias a una mayoría abrumadora que obtuvo en las regiones más alejadas y pobres de Perú, frente al voto masivo que recibió Fujimori en Lima y otras ciudades grandes del país. 

El ballotage entre Castillo y Fujimori se realizó el 6 de junio, con la victoria del maestro rural de izquierda con el 50,12 por ciento, con apenas poco más de 44 mil votos de ventaja sobre su rival derechista, según lo establecido por la justicia electoral el 19 de julio, luego de semanas de demoras por las impugnaciones de Keiko, que sólo este lunes reconoció formalmente su derrota. 

Debate. El áspero debate comenzó el jueves en la mañana, luego de que Bellido expuso al plenario los planes del gobierno que asumió hace un mes, pero la sesión fue suspendida tras 11 horas.

“Nuestros objetivos inmediatos son derrotar la pandemia producida por el covid-19 y reactivar nuestra economía”, indicó Bellido ante el Congreso, sin mencionar la principal promesa electoral de Castillo de convocar a una asamblea constituyente que redacte una nueva carta magna, propuesta resistida por sus adversarios.

Bellido enfrenta una investigación por apología al terrorismo por una antigua publicación en Facebook en la que aparece defendiendo a una ex rebelde del grupo maoísta Sendero Luminoso. No se han presentado cargos y el funcionario niega la acusación.

“No hemos planteado ningún programa comunista. No venimos a sostener ningún programa que responda a otras realidades que no sean las del país”, afirmó el primer ministro, al rechazar que Castillo busque imponer un gobierno como los de Venezuela o Cuba. 

Tras su exposición, los legisladores presentes comenzaron a debatir bajo un clima crispado. El fujimorista Eduardo Castillo llamó a negar la confianza, alegando que es “un gabinete altamente cuestionado, ligado a grupos de fachada de Sendero Luminoso”, la guerrilla que sembró el terror en Perú entre 1980 y 2000, una acusación frecuente durante la campaña electoral. 

“El gobierno tiene los votos para obtener la confianza”, expresó el analista Augusto Alvarez Rodrich, para quien un eventual respaldo del Congreso responderá más al interés de evitar atizar la confrontación con el Ejecutivo. 

Analistas advierten que detrás de la aprobación del gabinete hay razones pragmáticas de parte de la oposición peruana, ya que la Constitución prevé que si los legisladores le niegan dos veces el voto de confianza a un mismo gobierno, el presidente puede disolver el Congreso y convocar a nuevos comicios parlamentarios. 

“El Congreso no quiere darle herramientas al gobierno para que pueda disolverlo tan rápido, cuando recién empezó su gestión de cinco años”, asegura Álvarez Rodrich.