La retórica del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, cambió rotúndamente en las últimas horas: este martes volvió a hablar en cadena de radio y televisión sobre el coronavirus, pero morigeró sus expresiones y pidió un pacto nacional para hacer frente a la pandemia. "Agradezco y reafirmo la importancia de la colaboración y la unión necesaria de todo en un gran pacto para la preservación de la vida y el trabajo: parlamento, poder judicial, gobernadores, alcaldes y sociedad", declaró.
Bolsonaro, que cargó con vehemencia en las últimas horas contra la cuarentena que decretaron varios estados, esta vez dijo que el país enfrenta un "gran enemigo". "Estamos enfrentando el mayor desafío de nuestra generación. Mi preocupación siempre ha sido salvar vidas", afirmó el mandatario que había minimizado al coronavirus señalándolo como "una gripecita".
La pandemia se acelera
El presidente brasileño también se comprometió a proteger vidas y empleos, y asistir con todas sus fuerzas y recursos a enfermos por el coronavirus y expresó solidaridad y reconocimiento a los profesionales de la salud que trabajan en la primera línea de combate contra virus en Brasil, así como los productores agropecuarios, camioneros y trabajadores de servicios esenciales que "mantienen al país funcionando".
En su país fallecieron 42 personas por coronavirus en las últimas 24 horas, una cifra record, que supera en más del 80 por ciento el número de víctimas fatales del día anterior. De este modo el país vecino llegó el 31 de marzo a 201 personas fallecidas por la dolencia y 5.717 pacientes infectados en los 27 estados de la Unión, según los datos del ministerio de Salud en la tarde de este martes. El estado más afectado es Sao Paulo, con 136 fallecimientos, de los cuales 23 ocurrieron en 24 horas, mientras el número de infectados ascendió a 2.339.
DS