Las tropas ucranianas intentaban ayer hacer retroceder a las fuerzas rusas en el este y sur del país, teatro de feroces combates desde hace semanas, en una guerra que afecta gravemente el abastecimiento mundial de cereales.
Francia ofreció precisamente ayuda para garantizar el acceso al puerto ucraniano de Odesa, en el mar Negro, para aliviar esa presión que está disparando la inflación y amenazando con provocar esasez alimentaria en todos los continentes.
El Estado mayor del ejército ucraniano indicó en Facebook haber golpeado “posiciones rusas” en cinco localidades de Jérson, en el sur, una de las primeras regiones en caer bajo control de Moscú tras el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero.
La ofensiva rusa, que fue repelida en otras partes de Ucrania, se centra actualmente en el sur y el este del país, concretamente en el Donbás, formado por las provincias de Lugansk y Donetsk y controlado parcialmente por rebeldes prorrusos desde 2014.
Los combates arrecian sobre todo en Severodonetsk y la vecina Lysychansk, posiciones claves en la conquista de este territorio.
Las tropas rusas ya controlan parte de esta antigua zona industrial y, según informó ayer el gobernador de Lugansk, Serguéi Gaidai, han destruido el Palacio de Hielo de Severodonetsk, uno de los símbolos de la localidad.
En un mensaje difundido el jueves por la noche, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, dijo sin embargo que “Severodonetsk, Lysychansk y otras ciudades del Donbás, que los ocupantes toman como objetivos, resisten”.
Zelenski también señaló que las fuerzas armadas ucranianas realizaron avances en las regiones de Zaporiyia (sur) y Járkov (noreste) y están en proceso de “liberar nuestra tierra”.
“Victoria de Ucrania”. Rusia y Ucrania, responsables de un 30% de las exportaciones mundiales de trigo, se reprochan mutuamente la destrucción de las reservas de cereales. Además, Ucrania tiene paralizadas millones de toneladas de granos que no puede exportar por el bloqueo de sus puertos.
Por otro lado, las sanciones occidentales impiden que Rusia exporte gran parte de su producción agrícola o de fertilizantes.
Un asesor del presidente francés Emmanuel Macron dijo que Francia estaba dispuesta a ayudar a garantizar el acceso al puerto ucraniano de Odesa. Kiev se niega a retirar las minas de este puerto, por temor a que Moscú aproveche para atacar la ciudad.
“Estamos a disposición de las partes para que se ponga en marcha una operación que permita el acceso seguro al puerto de Odesa, es decir, que permita el paso de los barcos a pesar de que el mar esté minado”, dijo el asesor francés. El líder galo viajará la próxima semana a Rumanía y Moldavia, que comparten frontera con Ucrania. Pero aún no se ha fijado una fecha para que visite Kiev, según el Elíseo. Macron aún no ha visitado la capital ucraniana, contrariamente a muchos de sus pares europeos.
Zelenski elogió ayer el liderazgo británico y su apoyo contra Rusia, durante una visita no anunciada del secretario de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace. “Las palabras se convierten en hechos. Esa es la diferencia entre la relación de Ucrania con Gran Bretaña y otros países”, dijo Zelenski en un video.
La presidencia francesa afirmó que desea la “victoria de Ucrania”, después de que Macron despertara las críticas de Kiev cuando pidió “no humillar a Rusia”.
La invasión rusa ha puesto en vilo a los países europeos, y nueve de ellos instaron ayer a la OTAN a reforzar su flanco oriental.
Los líderes de Bulgaria, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia se reunieron en Bucarest, la capital rumana, a menos de tres semanas de una cumbre de la Alianza en Madrid.
“En vista del aumento de los riesgos para la seguridad en Rumanía y el mar Negro, la consolidación de la OTAN en su flanco oriental resulta aún más urgente y crucial”, manifestó el presidente rumano Klaus Iohannis.
“Crimen de guerra”. Además de armamento, las fuerzas ucranianas han recibido refuerzos de miles de voluntarios extranjeros que se alistaron para combatir la invasión de Rusia. Tres de ellos, dos británicos y un marroquí, fueron condenados a muerte el jueves por las autoridades separatistas de la región de Donetsk, acusados de actuar como “mercenarios” de Ucrania.
Se trata de los británicos Aiden Aislan y Shaun Pinner, que se rindieron en abril en la ciudad portuaria de Mariúpol (sureste), y del marroquí Saadun Brahim, capturado en marzo en la localidad oriental de Volnovaja.
El Ministerio alemán de Asuntos Exteriores calificó las sentencias de “chocantes” y lamentó “el total desprecio de Rusia por el derecho internacional humanitario”. La jefa de la diplomacia británica, Lizz Truss, aseguró que fue “una farsa de juicio sin absolutamente ninguna legitimidad” y un portavoz de su gobierno exigió que se les dé un tratamiento de “prisioneros de guerra”.
La ONU considera que estos juicios no tenían “garantías” y constituían en sí “un crimen de guerra”, afirmó la portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, mientras que el canciller ruso, Sergei Lavrov, deslindó toda responsabilidad de Rusia y dijo que la sentencia se basa en el código penal de la autoproclamada república de Donetsk.