En su quinto día en Brasil, el papa Francisco presidió una nueva misa ante los obispos de Río Janeiro, donde exhortó a los presentes a ampliar la evangelización. Ante una multitud, el religioso pidió a la Virgen "nos empuje a que salir a buscar y encontrar a quienes están en la periferia y tienen sed de Dios".
En el marco de las 28 Jornadas Mundiales de la Juventud, Francisco pidió hoy a los obispos que "vayan contra la corriente de la cultura del descarte y la exclusión" y rescató el concepto de "solidaridad" al señalar que esa "es una palabra que esconden en esta cultura". En su homilía, exhortó a los obispos "a anunciar el Evangelio y promover la cultura del encuentro".
Además, les dijo, "tienen que ser callejeros de la fe", aseveró. Tras advertir que "el permanecer en Cristo no es aislarse, sino un permanecer para ir al encuentro de los otros", citó a la beata Teresa de Calcuta para recordar que "debemos estar orgullosos de nuestra vocación, que nos da la oportunidad de servir a Cristo en los pobres".
"Es en las favelas, en los cantegriles, en las villas miseria donde hay que ir a buscar y servir a Cristo", subrayó ante 640 obispos, entre ellos 30 argentinos, 7,814 sacerdotes y 632 diáconos.
En una homilía en español y en la que improvisó varias veces, el Papa también llamó a los obispos a "ser constructores de un mundo más fraterno" y "promover la cultura del encuentro".
"En muchos ambientes se abrió paso lamentablemente una cultura de la exclusión y del descarte" en la que, advirtió, "no hay lugar para el anciano ni para el hijo no deseado", en referencia al aborto.
Francisco sostuvo que "las cruces están en el camino" y en la "periferia", no en las parroquias, por lo insistió: "salgan para servir a Cristo desde el pobre". Al final, pidió a la Virgen que "nos empuje a salir, buscar y encontrar a quienes están en la periferia y tienen sed de Dios y no tienen quién se los anuncie".