El Hotel Hans Brinker Budget, de la Ciudad de Ámsterdam (Países Bajos) aconseja usar sus cortinas antes que sus toallas, advierte que poca agua saldrá de sus canillas y que pueden contraerse infecciones. Parece ridículo, pero eso puede leerse en el sitio web del “peor hotel del mundo”. “Estamos orgullosos de habernos pasado 40 años defraudando a los viajeros”, afirma la original estrategia de venta que utilizaron los dueños de este desvencijado hotel (FOTOS).
La idea no es única en el mundo, pero al parecer está funcionando: las suscripciones por internet están llenando las 127 habitaciones y los comentarios empiezan a llegar, algunos de ellos, en tono “crítico”: “No hace honor a su reputación, no fue tan malo como esperaba”, se queja un turista australiano. Sin embargo, hace foco en algo que le pareció coherente: “El baño era atroz”.