INTERNACIONAL
El presidente brasileño amenazó con el fin de la democracia

La tragedia de Manaos puso en jaque a Bolsonaro

Con rostro tenso el presidente brasileño habló con sus seguidores y atribuyó a las Fuerzas Armadas el rol de decir si un lugar vive en democracia o dictadura. El desacuerdo por sus dichos fue categórico.

Jair Bolsonaro en las puertas del Palacio de la Alvorada 20210119
Jair Bolsonaro en las puertas del Palacio de la Alvorada | Cedoc Perfil

Jair Bolsonaro volvió el lunes 18 a su hábito matinal: hablar con sus seguidores en las puertas del Palacio de la Alvorada, la residencia oficial. Había dejado de discursear frente a ellos a pedido de sus propios ministros. Esta vez, con el rostro tenso por las dificultades que enfrenta su gestión, el jefe de Estado les dijo a sus simpatizantes: “Quien decide si un pueblo va a vivir en democracia o en una dictadura son sus Fuerzas Armadas”. Desde luego. Completó su discurso con otra muy llamativa: “En Brasil todavía tenemos libertad, pero todo puede cambiar”.

La reacción del mundo político fue inmediata. No le disculparon la amenaza que implicaba esa declaración. El líder de la bancada del Partido Socialdemócrata de Brasil (PSDB), Rodrigo de Castro, replicó con dureza: “El papel de las Fuerzas Armadas está definido por la Constitución a la que todos le deben obediencia”. Recordó luego que “cada vez que las FFAA brasileñas extrapolaron su misión, las experiencias fueron muy negativas”. Advirtió, por último, que “no hay espacio para amenazas de que los militares podrían actuar en sentido contrario a la democracia”.

Parlamentarios, jueces y partidos políticos, no dudaron hacia dónde apuntaba el presidente con sus declaraciones: “Fue un gesto de intimidación”, a imagen y semejanza del estilo que llegó a usar Bolsonaro en abril del 2020, cuando en la Cámara de Diputados ingresó un pedido de impeachment.  Ahora, el bloque de centroizquierda acaba de presentar otro reclamo de juicio político para destituir al gobernante. El jefe del Partido Socialista, el diputado Alessandro Molon, describió el nuevo episodio: “Cada vez que la incompetencia de Bolsonaro queda expuesta, él reacciona de esa forma”. El legislador avisó que “frente al desastre de su gestión en los casos de las vacunas y en Manaos, el presidente volvió a amenazar con la dictadura. Las Fuerzas Armadas tienen un papel: velar por la defensa de la patria y de los poderes institucionales”, como lo establece la Carta Magna.

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Frente al desastre de su gestión en los casos de las vacunas y en Manaos, el presidente volvió a amenazar con la dictadura

El último domingo, la aprobación de la vacuna china Coronavac y del inmunizador de Oxford-AstraZéneca por parte de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria, representó un nuevo resbalón para el presidente. Es que Bolsonaro reconoció tardíamente la “importancia” como propaganda electoral de aparecer en la foto al lado del primer vacunado en Brasil.

Ni el jefe de Estado ni su ministro de Salud, el general Eduardo Pazuello, tuvieron esa fortuna. Por el contrario, la suerte favoreció al político más “odiado” por el bolsonarismo: el gobernador del estado de San Pablo, Joao Doria. Al ser aprobada el domingo la Coronavac, Doria fue el primero en aparecer en las fotos, al lado de la primera persona vacunada en Brasil: una enfermera afrobrasileña, que trabaja en el principal hospital de infecciosas Emilio Ribas.

Para Bolsonaro, este “triunfo” del paulista Doria fue una herida. Y lo hizo explícito: “¡La vacuna es de Brasil, y no es de ningún gobernador!” protestó. El presidente había salido de una semana dramática, donde por falta de oxígeno murieron decenas de pacientes de Covid en Manaos. Le “incomodó” que lo culparan del caso y percibió su desventaja frente a la “opinión pública”; y por eso decidió introducir cambios en su estrategia de comunicación. Sin embargo, esta vez no parece ser suficiente con el retorno a las descalificaciones de sus enemigos. El general Carlos Alberto Santos Cruz, ex ministro de la Secretaría de Gobierno durante los primeros meses de la administración bolsonarista, publicó una columna donde cuestiona duramente al gobierno:  "Desde el comienzo de la pandemia estamos viviendo una total irresponsabilidad y un show de incompetencia gubernamental”.

Para Bolsonaro, este “triunfo” del paulista Doria fue una herida. Y lo hizo explícito: “¡La vacuna es de Brasil, y no es de ningún gobernador!” protestó.

El nerviosismo presidencial se entiende, también, por los comentarios negativos de los ex camaradas del Ejército brasileño. Y por cómo podrá influir esa postura de rechazo en la elección que se avecina en febrero: la del futuro presidente de la Cámara de Diputados. Hay dos congresistas que compiten; uno apoyado por toda la oposición, incluido centroderecha y centroizquierda; el otro respaldado por el gobierno. Si gana ese puesto clave el representante opositor, Bolsonaro podrá tener un problema serio. Es que tal como ya definió ese candidato, el diputado centrista Baleia Rossi, está dispuesto a aceptar el pedido de impeachment.

Entre los aliados del presidente hay quienes cuestionan con severidad al ministro de Salud, el general Eduardo Pazuello. “Lamentablemente su gestión es un desastre” comentó otro general que prefirió guardar el anonimato. Ya hay una fuerte presión para que Bolsonaro lo dimita. La columnista del diario Estado de Sao Paulo y de la TV Glovo, Eliane Cantanhede, juzga que el presidente brasileño fue “derrotado y humillado”. Recordó algunas declaraciones contradictorias del jefe de Estado quien hace un par meses dijo: “No voy a comprar la vacuna china de Joao Doria”, el gobernador de San Pablo que optó por ese inmunizador. El fin de semana último, su ministro Pazuello decidió incautar 6 millones de dosis de la Coronavac, que estaban en los refrigeradores del Instituto Butantán (su fabricante local). “El mundo real se impuso y el gobierno federal debe recurrir a la vacuna china, de la que ahora depende para inmunizar a los brasileños” analizó Carlos Andreazza, columnista del diario O Globo.

*Autora de Brasil 7 días