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veinte muertos

En Ucrania ignoran el cese del fuego y siguen los combates

Militares. Atacaron ayer un bastión de los prorrusos.
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Desde Kiev
Pese a los pedidos de cese del fuego por la tragedia del avión de Malaysia Airlines, los combates entre tropas ucranianas y fuerzas rebeldes continuaron ayer en diversas regiones del país. Los enfrentamientos, sin embargo, no se produjeron en el área donde cayó la aeronave, ya que el gobierno de Petro Poroshenko y los prorrusos acordaron establecer un perímetro de seguridad de 20 kilómetros a la redonda de ese lugar. Por el contrario, las fuerzas ucranianas redoblaron la ofensiva en la ciudad de Lugansk, de medio millón de habitantes.
“Las conversaciones con mediación internacional permitieron llegar a un acuerdo para crear una zona de seguridad de 20 kilómetros para que Ucrania pueda cumplir lo más importante, la identificación de los cadáveres y su entrega a sus familiares”, dijo ayer Valentyn Nalyvaychenko, jefe del servicio de seguridad del gobierno ucraniano.
Esa minitregua no impidió que otras escaramuzas estallaran en otras partes del país. El ministro de Defensa ucraniano, Valeri Gueletei, informó anoche al presidente Poroshenko sobre la toma del sureste de Lugansk, bastión de los rebeldes. Esos choques dejaron veinte muertos en las últimas 24 horas.
Por su parte, los milicianos de la República Popular de Lugansk, autoproclamada independiente del resto de Ucrania, desmintieron a Kiev y aseguraron a medios rusos que los combates continuaban en las afueras de la zona. Otros enfrentamientos se registraron ayer en el aeropuerto internacional de esa ciudad, donde uniformados leales a Kiev resistieron el asedio de los separatistas.
Los dos bandos reconocieron también duros combates en la ciudad de Severodonetsk, en la vecina región de Lugansk, un punto estratégico cuya toma cubriría las espaldas al ejercito ucraniano en una hipotética ofensiva sobre Donetsk desde el norte.
Tras la rendición de las fuerzas ucranianas de Slaviansk, símbolo de la sublevación y escenario de los combates más encarnizados durante los últimos meses, el gobierno de Ucrania prometió rodear y aislar los otros bastiones rebeldes, para obligar a que los milicianos depongan las armas.