“Qué andarán haciendo las monjas que no pueden atender", se preguntó el papa Francisco. El Pontífice llamaba en el fin de año, sin mayor suerte que la de ser atendido por un contestador telefónico. "Soy el Papa Francisco, las quería saludar en este fin de año, voy a ver si más tarde las puedo llamar”, dejó grabado.
Las destinatarias del risueño mensaje son un grupo de religiosas argentinas que viven en España y forman parte de la congregación de las Carmelitas Descalzas de Lucena.
Con un tono simpático, cariñoso y descontracturado, Francisco volvió a demostrar su sencillez.
En una nota publicada en LucenaHoy, Adriana, una de las religiosas a las que Francisco saluda en el mensaje de voz, contó que un rato después el Papa volvió a comunicarse y habló con toda la comunidad de durante aproximadamente 15 minutos.