INTERNACIONAL
Primera vez en 32 años

Impiden en Hong Kong la conmemoración de Tiananmen

La policía no permitió una vigilia por la masacre de 1989 que se realizaba en un parque de la isla, en otra muestra de la nueva “línea dura” de Beijing, que ya encarceló a un centenar de líderes pro democráticos.

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Luces. El encuentro se realizaba en el Parque Victoria, que los agentes bloquearon por completo. | afp / dpa

Por primera vez en 32 años, miles de jóvenes de Hong Kong no pudieron realizar ayer una tradicional vigilia en recuerdo de la represión de la plaza Tiananmen, en 1989 en Beijing, porque la policía cerró por completo el parque Victoria, lugar habitual de la conmemoración. 

Los policías bloquearon los accesos al lugar, situado en el centro de la isla de Hong Kong, lo que impidió la tradicional vigilia con velas que se organiza cada año al caer la noche, para conmemorar la sangrienta represión efectuada por el ejército chino contra el movimiento social y estudiantil de Beijing, el 4 de junio de 1989.

Prohibición. Las conmemoraciones de Tiananmen están prohibidas en China y la región semiautónoma de Hong Kong era el único lugar del país en el que se toleraban hasta ahora. Sin embargo, con la creciente influencia del gobierno chino contra cualquier forma de oposición en la ex colonia británica, la vigilia quedó prohibida.

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En los alrededores del parque se establecieron tres cordones policiales, en los que los agentes paraban y registraban a cualquier persona que se acercara al lugar. Por unos altavoces, se instaba a los peatones de las calles aledañas a dispersarse.

Aún así, algunos ciudadanos encontraron el modo de conmemorar el aniversario. A las ocho de la noche, en varios barrios de la ciudad, algunos habitantes encendieron luces, en las calles o en las ventanas, sirviéndose de velas o con las linternas de sus celulares.

Otros asistieron a servicios religiosos en varias iglesias que abrieron sus puertas con motivo del aniversario.

Unos 7.000 policías fueron movilizados para disuadir a los hongkoneses de desafiar la prohibición de asistir a la vigilia. En la madrugada, la policía detuvo a la abogada Chow Hang-tun, una de  las vicepresidentas de la Alianza de Hong Kong, que organiza la vigilia. 

Cuatro agentes la arrestaron frente a su despacho, en el centro de la ciudad.

Hasta ahora, esta abogada de 37 años era una de las pocas figuras del movimiento prodemocrático que no estaba detenida ni había optado por el exilio. La policía confirmó que dos personas, Chow y un hombre de 20 años, fueron arrestadas por ser sospechosas de promover una reunión ilegal por redes sociales.

“El régimen quiere enseñarnos que la resistencia es inútil, pero vamos a contraeducarlos”, indicó más tarde Chow en una declaración firmada junto a otros activistas, Raphael Wong y Tsui Hon-kwong.

¿Pandemia o política? Como el año pasado, las autoridades alegaron que la vigilia fue prohibida a causa de la pandemia del coronavirus, pese a que la ciudad no ha registrado casos de transmisión local de origen desconocido en más de un mes. Tras la prohibición, la Alianza de Hong Kong anunció que no organizaría la vigilia.

Sin embargo, Chow había dicho a la prensa que tenía previsto visitar el parque Victoria, donde hasta el año pasado se reunían pacíficamente grandes multitudes.

Mucho ha cambiado en Hong Kong en el último año, desde que la policía comenzó a utilizar una drástica ley de seguridad nacional aprobada por el régimen chino para perseguir al movimiento prodemocracia.

El año pasado, la policía observó sin intervenir cómo miles de personas se reunían pacíficamente para la vigilia ilegal en el lugar. Algunos de los organizadores fueron condenados a penas de cárcel. 

Hasta ahora, más de 100 personalidades prodemocráticas fueron detenidas en virtud de la ley de seguridad, que puede acarrear una pena de cadena perpetua.  A la mayoría se les denegó la libertad bajo fianza y están encarcelados. 

En Beijing, la seguridad era estricta en la plaza de Tiananmen ayer, con la policía controlando identidades en cada punto de acceso. En la China continental, la represión, que dejó cientos o quizás más de mil muertos, sigue siendo un tabú. 

Ayer, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidió a Beijing que proporcione un balance humano de los hechos. Unas horas más tarde, el portavoz de la cancillería china, Wang Wenbin, pidió a Washington que “enfrente sus propios y serios problemas de derechos humanos”.