El año 2018 empezó con un nuevo eje de debate en el conflicto entre Israel y Palestina. La pena de muerte, que ya existe en Israel contra crímenes de guerra, resurgió como una posible respuesta ante ataques terroristas perpetrados por palestinos. Esto reavivó el conflicto entre ambos Estados de Medio Oriente, más aún luego de que el Knesset (el Parlamento israelí) votara a favor de una aprobación preliminar del proyecto.
“Esto fue motivado por una serie de atentados atroces que hubo en el último tiempo”, dijo Julián Schvindlerman, analista político internacional y columnista de The Times of Israel, a PERFIL. “Como este tipo de atentado es frecuente, este proyecto de ley parlamentaria refleja un cansancio social existente contra los terroristas que son apresados y luego liberados por intercambio de prisioneros u otras alternativas”.
En 2011, por ejemplo, para asegurarse la liberación de un soldado secuestrado, Israel liberó a más de mil palestinos responsables de casi 600 muertes en total. Así otros miles también han sido liberados, algo que provocó que el nuevo proyecto facilite la aplicación de la pena de muerte contra terroristas. De aprobarse la ley (aún debe pasar, por lo menos, tres instancias), el veredicto judicial no necesitaría ser unánime para dictar la pena capital, sino solo la mayoría. Para Schvindlerman, el proyecto “tiene chances de avanzar”.
Más violencia. “Es una jugada que deteriora la calidad institucional y democrática de Israel y lo hace más susceptible a caer en la demagogia de los populistas”, remarcó a este diario una fuente diplomática de Israel, que no quiso dar su nombre a conocer. “Por otro lado, desde un punto de vista más pragmático, podría llevar al desquite de terroristas; como no puedo atentar en Israel porque me matan, hago el atentado en otros países contra judíos”, añadió. Esto podría afectar a las comunidades judías argentinas, entre otras.
Amplio apoyo oficial. La medida cuenta con el apoyo expreso del ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, y con el del primer ministro, Benjamin Netanyahu. Este último se dirigió a los legisladores antes de la primera votación y afirmó que “hay casos extremos en los que quienes cometen horribles crímenes no merecen vivir, deben sentir toda la dureza de la ley”.
Por su parte, desde la oposición señalaron que la pena de muerte existente no se aplica por desacuerdos entre quienes deben ejercerla. No obstante, los números no alcanzaron para frenar el proyecto en la primera instancia del Knesset (ganó la aprobación por 52 votos contra 49).
La pena capital cuenta también con un amplio apoyo popular entre los israelíes. Una encuesta de fines del año pasado, realizada por el Instituto de Democracia de Israel y la Universidad de Tel Aviv, relevó que el 70% de los israelíes está a favor de su uso contra atacantes palestinos.
Rechazo. Desde el lado palestino, sin embargo, aseveraron que el proyecto de ley promueve una “atmósfera fascista dentro de la sociedad israelí” y que está dirigido exclusivamente contra los palestinos.