El candidato a la Presidencia por partido Social Liberal de Brasil, Jair Bolsonaro, se acercó esta mañana a votar, acompañado por numerosos custodios y con un chaleco antibalas. El motivo del fuerte operativo de seguridad es que 6 de septiembre el Bolsonaro fue apuñalado en medio de una recorrida proselitista y aún se encuentra recuperándose de aquella herida.
Al ultraderechista le tocó votar en una escuela municipal del barrio Villa Militar, en el oeste de Rio de Janeiro. Allí, se refirió con optimismo al posible desenlace electoral: "Esto acaba hoy", afirmó, mostrando su confianza en un triunfo en primera vuelta. Si bien los sondeos lo colocan como principal candidato a obtener la mayor cantidad de votos hoy, pocos son los que arriesgan un triunfo directo. La mayor parte de los analistas estiman que habrá un ballotage entre Bolsonaro y el canidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad.
Bolsonaro, acompañado por uno de sus hijos, Flavio, sonrió a los fotógrafos y con el pulgar levantado señaló sonriente: "¡El 28 vamos a la playa!".
El 28 de octubre es la fecha prevista para la segunda vuelta, pero este controvertido exmilitar de 63 años sostiene que puede obtener este domingo más de la mitad de los votos válidos, que le asegurarían la presidencia. "No habrá negociaciones partidarias" para formar alianzas y poder gobernar, añadió ante un enjambre de camarógrafos y fotógrafos de la prensa. "Recibí el apoyo de más de 260 diputados de la bancada ruralista, gran parte de la bancada evangélica", agregó. La Cámara de Diputados tiene 513 diputados.
Los últimos sondeos le dan a Bolsonaro un 40% o 41% de intención de votos válidos, frente a los 25% de Haddad. Si ningún candidato obtiene más de la mitad de los votos válidos, habrá segunda vuelta. Bolsonaro, visiblemente debilitado y cansado, hizo de esta manera su primera aparición pública después de la puñalada que casi terminó con su vida el 6 de septiembre y que lo mantuvo tres semanas en el hospital.
Para Haddad, acompañado por su mujer Ana Estela, el voto fue más agitado. Al salir del colegio electoral de Moema, en Sao Paulo, ciudad de la cual fue alcalde (2013-2016), el delfín del encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva fue recibido con cacerolazos de vecinos desde sus balcones.
Los cacerolazos evocaron las protestas que acompañaron la caída de la presidenta Dilma Rousseff, sustituta de Lula, en 2016, destituida por el Congreso bajo la acusación de maquillar las cuentas públicas. Un veintena de militantes de su fuerza política, el Partido de los Trabajadores (PT), vestidos con camisetas rojas, respondieron con gritos de apoyo a Haddad. "Golpea la cacerola, puedes golpear, quien saca al pueblo de la miseria es el PT", corearon.
Haddad, exministro de Educación (2005-2012), le quitó hierro al asunto. "En día de elección, es normal este tipo de manifestación, siempre que sea pacífica no pasa nada. Lo importante es que habrá segunda vuelta. La segunda vuelta siempre es una oportunidad renovada de comparar proyectos", afirmó. Los resultados se esperan hacia las 21H00 locales (00H00 GMT).
