INTERNACIONAL
un presidente que nace debil

Kuczynski necesita el apoyo del fujimorismo para gobernar en Perú

Tendrá minoría en el Congreso, que deberá ratificar a sus ministros. Llamó al diálogo y propuso designar a opositores en su gabinete. Keiko reconoció la derrota.

Líder. El presidente electo tendrá que negociar con la oposición, que controlará el Congreso. Confía en lograr apoyos para su política económica, similar a la propuesta por Fuerza Popular.
| AFP

Pedro Pablo Kuczynski es el hombre del momento en Perú, aunque no tendrá una luna de miel demasiado prolongada. Tras confirmarse este jueves su elección presidencial, el economista, de 77 años, deberá ahora definir cuáles serán los nombres que conformarán su gabinete y qué políticas públicas priorizará durante sus cinco años en el poder. En ambos casos, necesitará el apoyo de la oposición, tanto del fujimorismo, que cuenta con una mayoría absoluta de 73 diputados, como de la izquierda, la segunda fuerza en el Parlamento. Gobernar será para PPK mucho más complicado que ganar las elecciones.
Al igual que Mauricio Macri en la Argentina, el jefe de Estado peruano enfrentará un Congreso controlado por la oposición. Quizá por eso, prometió que “trabajará para todos”, afirmó que está abierto al diálogo y no descartó incluir a fujimoristas y miembros de la izquierda en su futuro gabiente. “El mayor obstáculo que tendrá que superar será en aspectos de control político más que en temas de legislación. El gabinete nombrado por el presidente debe ser ratificado por el Congreso, es decir, debe superar un voto de confianza. Para eso, necesita la mitad más uno, que equivale a 66 votos. Los diputados de PPK y de los grupos antifujimoristas no alcanzan esa cifra. Por lo tanto, tendrá que negociar, acercarse al fujimorismo o esperar que ese bloque se parta”, confió a PERFIL José Carlos Requena, socio fundador de la consultora política Cincuenta Más Uno.
El Comercio describió ayer en una editorial cuál será el nuevo escenario político: “El fujimorismo tiene frente a sí una disyuntiva. O se deja llevar por la sangre en el ojo que le ha dejado la campaña y privilegia los que eventualmente podrían parecerle sus intereses partidarios, o prioriza las ideas por las que se suponía buscaba el poder en primer lugar”.
Pese a los primeros gestos que Kuczynski envió a la oposición, sus declaraciones también preanunciaron las tensiones que tendrá con Fuerza Popular. “No voy a indultar a Alberto Fujimori”, aseveró ayer, aunque dejó abierta la puerta para una prisión domiciliaria. “Yo sé que Verónika Mendoza votó por nosotros agarrándose la nariz, pero su voto fue importante. Podemos conciliar perfectamente con eso. Y creo que todos los fujimoristas sí están a favor de muchas de las cosas que queremos hacer”, agregó, enviando guiños a izquierda y derecha.
“PPK tiene algunas debilidades. Carece de un partido político detrás de él. Tiene un número muy reducido de operadores políticos, ya que su círculo más cercano es tecnocrático, al igual que él. Pero no necesariamente nace debilitado. Todo depende de qué haga estos primeros meses”, agregó el analista político Requena.

Oposición. Rodeada por sus 73 diputados electos, Keiko Fujimori reconoció ayer la derrota. “Estaremos vigilantes del gobierno del señor Kuczynski y de sus aliados en campaña”, advirtió. El problema para PPK –que también puede ser parte de la solución– es que hay dos bandos enfrentados en Fuerza Popular: los keikistas, más dialoguistas y liderados por la derrotada, y los albertistas, cuya figura visible es Kenji Fujimori, quien desea ser el próximo postulante presidencial. Quien se imponga en esa disputa será quien defina si habrá una oposición constructiva o no.
Kuczynski tendrá ahora el duro desafío de superar la grieta entre fujimoristas y antifujimoristas y persuadir a la oposición para acompañar sus políticas.