La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió sobre la existencia de un "gran riesgo biológico" asociado con la ocupación de un laboratorio de salud pública en la capital de Sudán después de que los combatientes tomaran el edificio.
La organización dijo que los combatientes del conflicto ocuparon el Laboratorio Nacional de Salud Pública en Jartum, donde se conservan muestras de enfermedades como la poliomielitis y el sarampión, creando una situación "extremadamente, extremadamente peligrosa".
El cólera es una enfermedad diarreica aguda, que puede causar la muerte del enfermo en cuestión de horas si no recibe tratamiento, mientras el sarampión es una enfermedad viral muy contagiosa, al igual que la poliomielitis, que afecta en gran medida a los niños menores de 5 años.
"Existe un enorme riesgo biológico asociado con la ocupación del laboratorio central de salud pública", dijo Nima Saeed Abid, representante de la OMS en Sudán. "Secuestraron a todos los técnicos del laboratorio que ahora está completamente bajo el control de una de las partes combatientes como base militar", añadió.
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Denunció que los científicos no pudieron acceder al lugar para asegurar los materiales. "Esta es la principal preocupación: no hay acceso a los técnicos de laboratorio para ir al laboratorio y contener de manera segura el material biológico y las sustancias disponibles", dijo Abid, negándose a especificar qué facción se había apoderado de la instalación.
La violencia del país africano, de unos 45 millones de habitantes, se desató el 15 de abril por la pugna entre el ejército del general Abdel Fatah al Burhan, gobernante de facto de Sudán desde el golpe de 2021, y su rival, el general Mohamed Hamdane Daglo, líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
Los diez días de mortíferos combates entre el ejército y paramilitares dejaron hasta este 25 de abril más de 460 muertos y una cifra de heridos superior a 4.000. Un alto el fuego de 72 horas negociado por Estados Unidos entre las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) entró oficialmente en vigor el martes después de 10 días de combates urbanos.
Mientras tanto, cientos de funcionarios de la ONU, trabajadores humanitarios, diplomáticos y sus familias, además de parte de personal civil extranjero, fueron evacuados.
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En Jartum, la capital de más de cinco millones de habitantes, la guerra entre los dos generales que se disputan el poder acabó con un sistema de salud ya quebrantado en un país golpeado desde hace décadas por guerras y sanciones internacionales. En total, según el sindicato médico, 13 hospitales fueron bombardeados y otros 19 forzados a cerrar por falta de material o porque fueron tomados.
La oficina humanitaria de las Naciones Unidas (OCHA) se vio obligada a reducir algunas de sus actividades en partes de Sudán debido a los intensos combates y al menos cinco trabajadores humanitarios murieron desde que estallaron los combates y las dos agencias de la ONU que perdieron personal, la Organización Internacional para las Migraciones y el Programa Mundial de Alimentos, suspendieron sus actividades.
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"En áreas donde los intensos combates han obstaculizado nuestras operaciones humanitarias, nos hemos visto obligados a reducir nuestra huella", dijo Jens Laerke, portavoz de OCHA. "Pero estamos comprometidos a continuar entregando para el pueblo de Sudán".
Patrick Youssef, director regional para África del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), instó a otros países a continuar presionando a Sudán para encontrar una "solución duradera", incluso después de que los extranjeros hayan sido evacuados.
Un alto el fuego de 72 horas negociado por Estados Unidos entre los generales en guerra de Sudán entró oficialmente en vigor el martes después de 10 días de combates urbanos que mataron a cientos, miles de heridos y provocaron un éxodo masivo de extranjeros.
ds