Las agresiones contra dirigentes opositores se incrementan a pocos días de las elecciones legislativas del 6 de diciembre en Venezuela. El antichavismo denuncia que el asesinato de Luis Manuel Díaz, secretario general del partido Acción Democrática (AD), ocurrido el miércoles durante un acto en el estado de Guárico, es otro intento del oficialismo de amedrentar a la oposición. Díaz estaba en un acto de campaña dirigido por Lilian Tintori, esposa del líder opositor preso Leopoldo López, en la ciudad de Altagracia, cuando recibió un disparo. “Responsabilizo directamente a Nicolás Maduro”, dijo Tintori. La oposición asegura que el homicidio fue planificado por el gobierno. “El mismo día que mataron a Luis Manuel se incendió el avión en el que viajó Lilian Tintori y, además, fue hostigada por chavistas en el aeropuerto”, contó a PERFIL Carlos Prosperi, dirigente de AD en Guárico. Prosperi estuvo en el momento y lugar del asesinato. “No había terminado el acto de campaña cuando se escuchó la ráfaga de disparos. Muchas personas pensaron que se trataba de fuegos artificiales”, relató. En cambio, según Jorge Rodríguez, jefe del comando de campaña del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el asesinato del dirigente opositor obedeció a un ajuste de cuentas: “Luis Díaz era ampliamente conocido como un delincuente que pertenecía a la banda Los Plateados”, dijo a la prensa. Según los opositores, las últimas agresiones a dirigentes políticos obedecen a la “desesperación” del gobierno por las encuestas que lo dan por seguro perdedor en los comicios. “El oficialismo está nervioso; quieren intimidar para que los venezolanos no salgan a votar”, dijo a este diario el diputado Richard Blanco, candidato a su reelección. Al menos cuatro opositores han sido atacados a balazos por supuestos chavistas desde el domingo. El propio Blanco sufrió un atentado el lunes en un acto en Caracas. “Iba en una caravana cuando integrantes de un colectivo chavista comenzaron a dispararme. La Fiscalía ignora deliberadamente las amenazas del gobierno”, agregó. Para el politólogo Gabriel Reyes, la actitud del gobierno contribuye a la conflictividad: “El discurso de Maduro parece no ofrecer garantías de gobernabilidad. Dijo que ganará las elecciones ‘como sea’. Y no repudió las agresiones contra opositores”.
