Una enfermera que fue asesinada de 130 puñaladas por su celoso ex novio, no había sido informada por la Policía que el agresor tenía historial de violencia y que había intentado matar a otra ex pareja durante unos ataques previos.
Katie Cullen, de 34 años, fue apuñalada en la cabeza por quien había sido su pareja, un solicitante de asilo de origen iraní identificado como Iman Saeed Ghaefelipour, de 28 años.
El brutal crimen ocurrió en octubre de 2009. Cullen, quien había conocido a su asesino en una clase de salsa, se había quejado a la policía después de que él la amenazó con matarla cuando ella rompió la relación en 2008. Sin embargo, a la mujer nunca se le advirtió que en 2007 había amenazado con matar a otra ex-novia que rompió con él, y que él fue el responsable de los ataques incendiarios contra su coche y el hogar.
Según explica el diario británico Daily Mail, Ghaefelipour fue encarcelado de por vida, con un plazo mínimo de 23 años antes de la libertad condicional por el asesinato de Cullen, que trabajaba Chester Hospital de Liverpool.
El informe de una comisión investigadora independiente sostuvo que hubo “inacción y pérdida de oportunidades” y aseguran que tenían delitos incendiarios anteriores y un historial de violencia que Cullen desconocía.
Diane Cullen, madre de la enfermera, dijo:”Estamos angustiada por lo que le pasó a Katie y totalmente consternados por la falta de atención que recibió cuando ella reportó la amenaza de muerte”.
"Es inconcebible para nosotros que los dos oficiales de policía protejan a su agresor, un hombre con antecedentes reportados de violencia, en lugar de proteger a una chica vulnerable que vivía por su cuenta y que se dirigió a ellos en busca de ayuda”, concluyó la madre.
